Dólar, empleo y subas: los cepos temáticos en la discusión pública
Desde su asunción, en diciembre de 2015, Cambiemos debió lidiar con varios cepos, que fue resolviendo con suertes diversas. Algunos son "cepos temáticos": temas que entran en agenda y que diagraman no sólo la comunicación gubernamental, sino que obligan a todos los espacios políticos a pronunciarse al respecto. Ocupan buena parte del interés público y, por un tiempo determinado, dejan en planos secundarios a otras discusiones.
Una de las grandes complicaciones heredadas fue el cepo cambiario. Éste era un tema inevitable, impuesto como agenda, que el Gobierno supo resolver a mucha velocidad. Hasta el momento, sigue siendo uno de los grandes aciertos de gestión y es, desde una mirada de opinión pública, uno de sus pilares más fuertes en términos de aprobación general. El precio del dólar prácticamente desapareció de las preocupaciones ciudadanas, independientemente de que la cantidad de argentinos que efectivamente compraban dólares en el mercado oficial o el paralelo no alcanzaba, según nuestras mediciones, el 10% de la población.
Durante buena parte del primer semestre del año el Gobierno debió enfrentar un segundo cepo temático, vinculado al empleo. La empantanada discusión entre modernizar el Estado y los despidos masivos fue zanjada no sin costos políticos para Macri (especialmente en relación con la pérdida de empleo). El cepo se levantó mediante un veto luego de un extendido debate que combinaba chicanas y discusiones políticas con legítimas preocupaciones ciudadanas.
En la agenda
Actualmente, estamos ante un tercer cepo temático vinculado con las tarifas, del cual el Gobierno no logra salir. Nuevamente, los niveles de discusión pública son similares y las posiciones, inamovibles: un sistema eléctrico colapsado contra un tarifazo impagable. Desde el comienzo del cepo, una mezcla de mala praxis y comunicación fallida, por un lado, junto con cierto oportunismo político, por el otro, culminaron con el reciente fallo de la Corte Suprema, que refuerza la instalación del tema en agenda.
¿Cómo actuar frente a estos cepos temáticos? Hay cierta unanimidad, al analizar el gobierno anterior, en asumir que éste fue exitoso en manejar los temas de agenda pública, particularmente durante sus primeros años. Elegir los ejes sobre los cuales comunicar a nivel gubernamental es siempre preferible a tener que responder cuestiones espinosas, aunque por supuesto no siempre es posible. En el extremo, se llegó a no hablar sobre temas evidentes (la inseguridad o la inflación) o incluso a esgrimir argumentos inverosímiles, como por ejemplo que en la Argentina había menos pobres que en Alemania.
El gobierno de Mauricio Macri ha sido exitoso en instalar desde su comunicación los problemas asociados con la herencia recibida. La situación es comprendida por buena parte de la opinión pública, lo cual se verifica en que le sigue otorgando tiempo. El gran problema que enfrenta es que en este cepo temático la discusión ha mutado hacia un análisis de su propia impericia que golpea precisamente en uno de sus principales atributos: la gestión. Su desafío cardinal radica, entonces, en modificar el eje de discusión sobre el tema y, asimismo, dar vuelta la página lo más rápidamente posible para volver a tener un mayor dominio de la agenda pública.
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