El avión Pucará se queda sin repuestos
La Argentina cedió un avión Pucará a la fuerza aérea uruguaya, durante la realización de un ejercicio conjunto, porque carece de la línea de repuestos necesaria para atender esas aeronaves.
La razón es que, al venderse la ex fábrica militar de aviones en Córdoba parece que no se pensó en la línea de repuestos del Pucará ni en la del IA 62 Pampa.
La empresa norteamericana que arrendó las instalaciones no mostró ningún interés por estos aviones argentinos y está dedicada casi con exclusividad a modernizar los cazabombarderos A4 AR, adquiridos en los Estados Unidos, y al mantenimiento de los aviones de transporte.
En consecuencia, los Pucará se están "canibalizando", término aeronáutico para señalar que se desarma un avión para que otro pueda seguir volando.
Por la falta de repuestos, Colombia decidió devolver a la Argentina tres Pucará que le fueron donados como un aporte para la lucha contra el narcoterrorismo.
Ejercicio conjunto
Sin embargo, el ejercicio conjunto con el Uruguay fue un éxito, gracias a un antiguo radar, similar a los que se utilizaron en la Guerra de Malvinas; aviones IA 58 Pucará, de decorosa actuación en el mencionado conflicto bélico, y equipos de comunicaciones de prolongado uso en manos de expertos.
Estuvo destinado a controlar los numerosos vuelos irregulares que, se sospecha, realizarían aviones particulares operando desde pistas clandestinas. El operativo fue planeado a fines del año pasado, pero casi no se realiza por el recorte presupuestario de 18 millones de pesos que sufrió la Fuerza Aérea Argentina.
En un principio fue bautizado como Operativo Ojo 1. Al reflotarse su ejecución, tras largas negociaciones de las autoridades uruguayas, se lo denominó Operativo Fénix 1, por el ave mitológica que resurgió de las cenizas.
Debido a la falta de dinero, la Argentina no puso medios aéreos, excepto un avión de transporte Hércules C-130. En cambio, la fuerza aérea uruguaya empleó siete aviones a reacción A37 y tres Pucará; uno de ellos, el prestado por la Argentina.
Al margen de las deficiencias que quedaron en evidencia, se puede señalar como un acierto el hecho de que dos fuerzas de distintos países operen un mismo sistema de armas.
Los aviadores uruguayos se adaptaron de inmediato al control del radar y hasta uno de ellos, el mayor (FAU) Ariel Sánchez, realizó con éxito tres detecciones de otros tantos "bandidos", nombre que se dio a los incursores.
Como jefe del componente argentino actuó el vicecomodoro Mario Callejo, fue jefe de operaciones el vicecomodoro Eduardo Pertoldi y a cargo del radar se desempeñó el vicecomodoro Juan Carlos Biasi. Las comunicaciones entre el radar instalado en Concordia, Entre Ríos, y el componente aéreo que operó desde Salto, Uruguay, al mando del coronel Alberto Castillo, estuvieron bajo la jefatura del mayor Alfonso Gustavo Disandro.
En dos días de ejercicio se detectaron 60 incursiones irregulares. No se puede decir que todas fueran ilegales, ya que en la región los pilotos vuelan visualmente y en su mayoría no reportan a ninguna torre de control.
Más leídas de Política
Medida cautelar. La Justicia ordenó que las prepagas limiten sus aumentos a la inflación y devuelvan lo cobrado de más
Polémico préstamo. Presentan dos denuncias contra la jefa de la Aduana por posible pago de sobornos y presunto lavado de dinero
Entrevista. Diana Mondino y la base china: “Ellos afirman que no hay militares; si es que existen, sería muy difícil de detectar”