El banco suizo acepta revisar la cuenta del dinero nazi
Empeñadas en demostrar que la actual conducción nada tiene que ver con su cuestionado pasado, pero sin abandonar las estrictas normas del secreto bancario, las autoridades del Credit Suisse manifestaron a LA NACION su "disposición a encontrar la verdad" con el requerimiento del Centro Simón Wiesenthal, que pidió abrir la cuenta única número 4063, a la que habrían aportado buena parte de los 12.000 afiliados al partido nazi argentino. Se trata de una cuenta bancaria que fue congelada desde la derrota del Tercer Reich.
En un comunicado oficial posterior, el banco comunicó que "volverá a analizar" la cuestión y que está "en contacto" con el centro que lleva el nombre del célebre cazador de nazis.
"Siempre hemos colaborado con los requerimientos externos, a fin de identificar fondos de origen dudoso", afirmó una fuente vinculada al Credit Suisse en la Argentina.
Con el aval de la sede central en Zurich (donde fue dirigido el reclamo del Centro Wiesenthal y herederos de algunos de los titulares de esas cuentas), la fuente destacó que el Credit Suisse "ya colaboró" con la investigación de la comisión encabezada por el economista norteamericano Paul Volcker, que entre 1995 y 1999 buscó echar luz sobre la actuación de la banca suiza en el blanqueo de las fortunas robadas por los nazis a los judíos europeos, antes, durante y después del Holocausto.
En el comunicado se hace mención a la colaboración del banco con esa comisión, y afirma: "El comité concluyó que su investigación era "sin precedentes ... y un esfuerzo intensivo y sostenido de un gran equipo de contadores forenses, que ha proporcionado una contabilidad completa y completa del estado de las cuentas en Suiza de las víctimas de la persecución nazi " hasta el momento.
A consecuencia de esa investigación, los más importantes bancos de Suiza –además del Credit Suisse, el Suiss Bank Corporation y Union Bank of Switzerland- acordaron conformar el denominado "Fondo humanitario para las víctimas del Holocausto"·, con un monto inicial de 70 millones de dólares, e invitaron a otras instituciones financieras y al gobierno suizo a que también se sumen. Un reconocimiento implícito de la responsabilidad de los bancos suizos en el blanqueo de la expoliación de los judíos europeos.
La ruta del dinero
El lunes, LA NACION reveló la reaparición de una lista con los nombres de 12.000 personas (varios de ellos titulares de empresas) adheridas a la filial local del partido nazi, entonces llamado Unión Alemana de Gremios, que tenían fondos depositados en una cuenta única del banco suizo, heredero a su vez del Schweitzerische Kreditanstalt, donde estaban los depósitos originarios.
Un monto estimado en 35.000 millones de euros que, se presume, surgió de la expoliación de los judíos alemanes y de otros países del mundo durante la primera etapa del régimen de Adolf Hitler y llegó, por medio de un complejo proceso de triangulación, desde Europa a Buenos Aires, y desde aquí a Suiza.
Además del Centro Wisenthal, herederos de aquellas cuentas también iniciaron su reclamo a Zurich. Entre ellos, los descendientes de Ludwig Freude, el empresario maderero amigo de Perón y Evita, que -según coinciden diversas fuentes- controlaba el flujo del dinero nazi desde Buenos Aires hacia Europa como presidente del Banco Alemán Transatlántico.
Alfredo Freude, nieto de Ludwig e hijo de Rodolfo Freude, joven secretario de Perón en su primer gobierno y facilitador de la llegada de jerarcas nazis al país luego de la guerra, encabeza el reclamo en conjunto con Rodolfo y Margarita Koennecke, descendientes de Werner Koennecke, familiar de Ludwig Freude e importante dirigente de la comunidad alemana en Buenos Aires. Al igual que Freude, también era afiliado al nazismo argentino.
El reclamo, efectuado a través del abogado Oliver Widmer del estudio jurídico Pestalozzi, de Suiza, acaba de naufragar. En enero pasado, y con la firma de su vicepresidente, Cristian Kung, la sede central del Credit Suisse le rechazó por carta a Freude nieto la apertura de cuentas, pero abrió una posibilidad. Habló, en su respuesta a los representantes legales de la familia, de la "herencia de Ludwig Freude" y condicionó así una sucesión de bienes. Ayer, fuentes del banco confirmaron que se produjo un "intercambio" con el estudio, pero afirmaban de manera terminante que "no se encontraron cuentas" a nombre de Freude.
"Por el buen nombre del Credit Suisse, esperamos que esta historia y los activos que aún existen del listado de 12.000 nazis y que han sido presuntamente saqueados, sean vistos bajo una nueva óptica", afirmaron el director de Relaciones Internacionales del Centro Wiesenthal, Shimon Samuels, y su director para América latina, Ariel Gelblung, en su carta inicial a las autoridades del banco suizo. Anoche, desde el mismo centro confirmaban el contacto con el Credit Suisse y agregaban: "Estamos evaluando institucionalmente el método de contacto y el contenido" de la conversación, en el inicio de una nueva y trascendente negociación.
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