El debate por la intervención judicial envalentona otra vez a la Tupac Amaru
El proyecto de un sector del Frente de Todos para intervenir el Poder Judicial jujeño envalentonó a los militantes de la Tupac Amaru, que ansían la liberación de su líder, Milagro Sala.
Aunque la organización barrial está debilitada y actualmente goza de una porción ínfima del poder y de la estructura que llegó a detentar hasta 2015, aún hay un remanente de seguidores fervientes de Sala que en los últimos días levantaron el perfil y lanzaron advertencias a los exmilitantes de la Tupac, muchos de los cuales siguen viviendo en los barrios sociales construidos a través de la agrupación. La esperanza de rearmar a la agrupación incluso tiene nombre: "Nueva semilla".
Un grupo de vecinos de El Cantri, el barrio emblema de la Tupac en Jujuy, aseguró a LA NACION que en las últimas semanas se volvieron más frecuentes las amenazas y las promesas del resurgimiento de la organización. Las advertencias nunca cesaron, pero se habían reducido a medida que la Tupac se desintegraba.
Según relataron los testimonios de quienes formaron parte de la agrupación en otros años, comenzó a haber reuniones en los barrios adelantando que Sala podría ser liberada. La dirigente está detenida en su casa del barrio Cuyaya, con prisión domiciliaria y condenada a 13 años de prisión por la justicia provincial.
"Se están reorganizando. Lo llaman 'La nueva semilla', dicen que son 'nuevas raíces' de la Tupac, pero por ahora no tienen la convocatoria que esperaban. Son pocos", relató una extupaquera que vive y trabaja en El Cantri y pidió mantener su nombre en reserva por temor a represalias. La vecina aseguró que evalúa irse del barrio si el kirchnerismo logra hacerse con el control de la Justicia local.
El movimiento reciente de los tupaqueros, sin embargo, todavía se da en las bases. En la capital provincial, ciudad donde la Tupac solía hacer sus demostraciones de poder, aún no se registraron nuevos movimientos.
LA NACION consultó al Centro Provincial de Adultos Mayores (Cepam), que hasta 2015 fue sede central de la agrupación en el centro de la ciudad y alojaba la oficina principal de Sala. Voceros del predio indicaron que no recibieron mensajes más allá de las amenazas aisladas y cotidianas. Sala había mandado a decir, tiempo atrás, que de ser liberada su primer objetivo sería recuperar el control de ese edificio.
Los extupaqueros, considerados traidores por Sala, cuentan que se terminó la calma tensa que se vivía desde que Alberto Fernández llegó a la presidencia, cuando había resurgido cierta expectativa respecto de la eventual liberación de Sala, que se considera a ella misma una presa política. Las demoras de una maniobra política para liberarla y los llamados de atención de Sala al Presidente en declaraciones radiales, en los que se quejó por estar presa hicieron, aseguran, que se moderaran las esperanzas.
Sin embargo, desde que el senador Guillermo Snopek (Frente de Todos-Jujuy) presentó su proyecto, que fue discutido en comisión esta semana, el clima se enrareció. Hubo mensajes personales, llamadas y hasta la rotura de un caño de agua de la escuela de El Cantri que los vecinos atribuyen a la Tupac.
Mientras la oposición denuncia que la iniciativa del cuñado del gobernador Gerardo Morales esconde únicamente la intención del kirchnerismo de liberar a Sala, el Presidente se desentendió del proyecto, al afirmar que no provino del Poder Ejecutivo.
"Morales me lo preguntó y le dije que desconocía [el proyecto], porque francamente lo desconozco", afirmó Fernández en declaraciones radiales días atrás. Y agregó: "Es un tema que ocurre en otro poder, no es una iniciativa nuestra".
El mandatario forjó desde que asumió un vínculo fluido con el gobierno de Jujuy, con intercambio de elogios incluido. En medio de la discusión por la intervención federal de la Justicia jujeña, en tanto, el gobernador pidió que "el kirchnerismo deje de joder un poco" a Fernández.
Asimismo, el mandatario deslizó que es la Corte la que debe revisar el caso de la detenida. "Tenemos muchas dudas sobre cómo funcionaron esos procesos en Jujuy", dijo.
La líder de la Tupac está detenida desde el 16 de enero de 2015, poco más de un mes después de la asunción de Morales a la gobernación y de Mauricio Macri al poder.
Sala fue detenida durante la toma de la plaza central de la capital provincial en medio de una movida del gobierno por bancarizar a todas las cooperativas que trabajaban con la Tupac, lo que minó el poder de la agrupación.
A partir de esa causa -"instigación a cometer ilícitos y tumulto"-, la dirigente acumuló una decena de investigaciones más y pedidos de prisión preventiva.
A mediados de 2019, Sala fue condenada a 13 años de prisión en la causa "pibes villeros", la mayor condena que recibió hasta ahora. Fue por el desvío de $60 millones originalmente destinados a la construcción de viviendas sociales, pero que no llegaron a destino.
Esa investigación forma parte de una megacausa, que investiga el desfalco de $700 millones entre 2011 y 2015, y que tiene imputadas a una veintena de personas más, incluyendo exfuncionarios provinciales.
La dirigente está condenada también a tres años de prisión por instigar a un escrache a Morales en 2009, cuando era senador, y a cuatro años por el delito de "agresiones graves" contra el dirigente social Luca Arias.
Sin embargo, Sala también esquivó condenas en otras causas, como en la que estuvo acusada de ser coautora de homicidio agravado por precio o promesa remuneratoria en grado de tentativa (absuelta) y de inducir a cometer el delito de amenazas agravadas contra una comisaría (sobreseída).
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