El plan electoral de Larreta: qué lo motiva a jugar en la Capital y con quiénes busca resurgir
El exjefe porteño será candidato en la Ciudad de Buenos Aires con el objetivo de reinventarse tras la dura derrota en las presidenciales de 2023; apuesta a diferenciarse de los Macri y Milei, pero no se va de Pro
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Horacio Rodríguez Larreta decidió volver a las trincheras. Después del duro traspié que sufrió en las elecciones presidenciales de 2023, cuando salió derrotado de la interna con Patricia Bullrich y cosechó apenas el 11% de los votos, el exjefe de gobierno porteño intentará renacer de las cenizas en el territorio que le sirvió como trampolín en su carrera política: la ciudad de Buenos Aires.
En medio de la hecatombe política por el escándalo del criptogate y la tensa escalada de la disputa entre Jorge Macri y los libertarios en la Capital, Larreta confirmó ayer sus deseos de regresar a la política grande. En una carta que difundió a través de las redes sociales, el exalcalde expresó con todas las letras lo que era hasta ahora un secreto a voces en su entorno: será candidato en las próximas legislativas.
Larreta se inclinó por mover sus fichas después de que la semana pasada se despejaran las incógnitas más relevantes en torno al proceso electoral: el adelantamiento de los comicios porteños para el 18 de mayo -se elegirán ese día 30 legisladores locales- y la suspensión de las PASO nacionales. El hecho de que Jorge Macri haya definido el desdoblamiento de los comicios en la ciudad, una jugada que ejecutó con el objetivo de contener la avanzada de los libertarios en la histórica fortaleza de Pro, le abrió un menú de alternativas electorales a Larreta, quien puso en marcha un plan para reacomodarse en la grilla política y recuperar parte de la centralidad perdida.
Larreta dio ayer el primer tarascón, pero aún no definió si será candidato a legislador porteño -una opción que promueven sus socios más estrechos-, o intentará competir en octubre por un escaño en la Cámara de Diputados o en el Senado, el lugar que, a priori, más lo seduciría en su fuero interno. Tampoco tiene clara la ingeniería electoral que lo llevará a la boleta. Por ahora, su maniobra se asemeja más a un globo de ensayo.
El exjefe porteño esperó su momento para activar la hoja de ruta con la que apuesta a salir de la oscuridad. “Es una invitación; veremos qué pasa y cuáles son las reacciones. Había que aclarar el camino”, grafica uno los integrantes fieles de la tropa larretista. Cuando restan veinte días para el cierre de listas en la Capital -faltan 75 días para la elección-, no le quedaba mucho margen para dilatar una definición.
Está claro que Larreta salió malherido de la interna de Juntos por el Cambio, cuando Bullrich lo venció con amplitud, y su vuelta al llano fue compleja: quedó prácticamente en soledad en Pro desde que optó por no acompañar el apoyo que le dieron Mauricio Macri y su excontrincante a Javier Milei en el balotaje presidencial de 2023.

Larreta tomó impulso después de que analizara encuestas junto a su equipo de colaboradores –desde Emmanuel Ferrario hasta Pablo Avelluto y Guadalupe Tagliaferri o Álvaro González, quienes lo acompañan desde que lanzó el Movimiento al Desarrollo (MAD), su think tank-; se envalentonara con el feedback de los votantes durante sus recorridas; y mantuviera una serie de conversaciones con exaliados o consejeros políticos. Por caso, dicen cerca del exjefe porteño, Emilio Monzó, con quien recompuso su vínculo después de que se distanciaran en 2023 por el aval del diputado a la candidatura de Bullrich, influyó en la decisión de Larreta de plantar bandera y anunciar que será candidato en este proceso electoral. Monzó teje con sigilo para construir una alternativa a Milei y el kirchnerismo. Procura unir las distintas piezas de los sectores de la oposición a Milei que se alejan de los extremos: desde Larreta, Juan Schiaretti y Florencio Randazzo hasta Martín Lousteau o Facundo Manes.
Sin embargo, Larreta le huye a cualquier vinculación con un esquema multipartidario. Considera que apostar por las fotos con dirigentes o “amontonar” aliados fue uno de los grandes errores de su campaña de 2023. Por eso, procura exhibir una identidad propia y preservar autonomía de cara a los próximos comicios.
Aún no definió cuál será su vehículo electoral. Su idea es armar un espacio que compita en todas las categorías y que exhiba “nitidez”. Se anclará en el staff de MAD, su “base” política, pero también anhela incorporar figuras extrapartidarias o representantes de la sociedad civil, un proyecto en el que trabaja Ferrario. En caso de que se anote en la contienda porteña, cuando se renovará la mitad de la Legislatura, deberá presentar un sello propio. Por ahora, parece difícil que pueda llegar a un acuerdo con los Macri. “Ayer hicimos una diferenciación clara, pero no hay ruptura”, aclaran cerca de Larreta. De hecho, Ferrario y Claudio Romero seguirán formando parte del bloque de legisladores del oficialismo. Lo mismo harán Tagliaferri o González en las bancadas de Pro en el Congreso nacional.
Vuelvo.
— Horacio Rodríguez Larreta (@horaciorlarreta) February 24, 2025
Todos los días elijo un barrio de la ciudad de Buenos Aires y lo camino durante horas. Después de tantos años, reconozco cada calle, cada cuadra. Sé lo que hicimos en cada lugar. Mi vida y la de Buenos Aires se mezclan. A veces no sé dónde termina una y dónde comienza la…
Larreta hizo saber a los suyos que Jorge Macri no lo convocó para una reunión. También negó contactos con el titular de Pro, quien retomó la actividad política la semana pasada tras sus vacaciones en Cumelén. Quienes frecuentan a Larreta deslizan que hubo sondeos informales del jefe porteño. “Jorge no quiere que Horacio sea candidato, pero no le ofreció ninguna alternativa”, comenta una fuente al tanto de las conversaciones. En la cúpula de Uspallata reconocen que hubo aproximaciones, pero que el diálogo no prosperó.
En el posteo de ayer, Larreta volvió a cuestionar a la conducción de Pro por su respaldo al proyecto de Milei y apuntó sin rodeos contra los primos Mauricio y Jorge. No solo dijo que el Pro “ha perdido su identidad”, sino que criticó la gestión en la Ciudad. Dijo que la Capital está “sucia”, alertó sobre la inseguridad por la fuga de presos y cuestionó la falta de obras. En rigor, Larreta cree que Jorge Macri, a quien él incorporó a la administración capitalina a finales de 2021 para despejarle el camino a Diego Santilli en Buenos Aires, desarmó “el método” de gestión. Ayer, por primera vez hizo públicas sus divergencias con su sucesor. Tensionó, pero no rompió ni anunció su salida de Pro.
Por estas horas los funcionarios de Jorge Macri mascullan bronca por el tono de las críticas del exjefe porteño. Consideran que debe explicar por qué “decide ser tan virulento y agresivo”. “Que diga por qué critica una gestión donde la mayoría de los actuales ministros trabajaron con él y por qué deja un partido político”, señalan allegados a Jorge Macri. En el entorno de Larreta ofrecen otra versión: aseguran que la mayoría de sus laderos o las segundas y terceras líneas fueron corridos de la gestión.
Si bien Laura Alonso, vocera institucional de la Ciudad, salió a replicar los dichos de Larreta, los laderos de Jorge Macri procuran relativizar el efecto del lanzamiento del exjefe porteño. “No vamos a darle más entidad, es el candidato a presidente que sacó 11%; le ganó Patricia. ¿Cuál sería el riesgo?”, afirman en la sede de Uspallata.
Larreta sigue viendo al Pro desdibujado y con un accionar “contradictorio”, pese a que Macri se aleja cada vez más de un acuerdo electoral con Milei. De hecho, el exjefe porteño no vio un obrar nítido de sus exsocios ante el estallido de la polémica por la promoción de la criptomoneda LIBRA que hizo Milei. En el seno del larretismo cuestionan que mientras Macri calificó el hecho como “grave”, la bancada de Pro en el Senado rechazó la creación de la comisión investigadora sobre el criptogate. A su vez, Larreta y los suyos sospechan que habrá más fugas a LLA -ven a Néstor Grindetti o Hebe Casado, vicegobernadora de Mendoza, cerca de mudarse- o que referentes como Diego Santilli, Cristian Ritondo o Guillermo Montenegro lo empujarán a Macri a llegar a un entendimiento con Milei. Es sabido que Larreta no tolerará un pacto entre el Presidente y Macri para que Pro y LLA confluyan. Por eso, toma distancia de sus exsocios y se alista para competir en soledad.
A sabiendas de que Pro y LLA se encaminan a medir fuerzas en los comicios porteños, Larreta analiza junto con sus colaboradores cuál sería el horizonte más redituable para volver al ruedo. “Se va a focalizar en la ciudad, pero la decisión aún no está tomada. Está todo abierto”, resalta un interlocutor habitual de Larreta.

En el entorno del cofundador de Pro hay distintas visiones. Están los que creen que debe anotarse en la disputa local de la ciudad para capitalizar su principal activo: la asociación que hace el electorado entre su figura y la gestión municipal. En ese grupo desconfían de que Larreta pueda colarse en la discusión nacional de octubre con un discurso de “oposición razonable” a Milei. Descuentan que será complejo romper la inercia de la polarización entre LLA y el kirchnerismo.
Otros consejeros de Larreta, en cambio, especulan que solo podría salir del ostracismo y recuperar centralidad a nivel nacional si desembarca en una banca en el Congreso. Son los que apuestan a edificar un “cordón sanitario” al modelo de ultraderecha de Milei. Dicho de otro modo: aglutinar a Larreta, radicales y peronistas no k en una propuesta opositora al Gobierno.
Quienes rodean al exjefe porteño sostienen que seguirá caminando los barrios de la ciudad. “Tengo la ventaja de que no necesito instalación”, suele decir Larreta, quien se jacta de caminar durante ocho horas por día los distintos puntos de la Capital. Hoy, por caso, estará Colegiales. En sus irrupciones mediáticas, hará hincapié en los asuntos vinculados a la gestión, pero también buscará fijar sus posiciones en los debates nacionales. Es que, habituado a seguir al milímetro los movimientos del electorado, quiere dejar abierta la chance de ingresar a la disputa nacional. En su afán de reconstruirse, no le cierra la puerta a ninguna alternativa.
Esta semana encontró “una ventana” en la discusión pública para colar su anunció. Después de que escalara la tensión en la Casa Rosada por el criptogate, quiso anticiparse a la apertura de sesiones ordinarias tanto en el Congreso nacional como en la Legislatura, que acapararán la atención de los medios durante el próximo fin de semana. En la elaboración de su posteo lo asistieron Avelluto y Ferrario, quien tiene un lugar preponderante en la mesa chica de Larreta. Ya sin Federico Di Benedetto como principal estratega político y comunicacional, el exjefe porteño se apoya en su círculo íntimo.
En el entorno de Larreta aún están azorados por la actitud del catalán Antoni Gutiérrez-Rubí, el flamante gurú de Jorge Macri. Es que Gutiérrez-Rubí había asesorado a Larreta hasta fines del año pasado, según cuentan cerca del referente de Pro. Cuando la Ciudad lo llamó para colaborar con el alcalde, el español abandonó a Larreta. “Fue muy desprolijo”, dicen. Otro foco de tensión con los Macri.

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