El represor Adolfo Scilingo dijo que hubo militares españoles en la ESMA y habló de su hermana montonera
El excapitán Adolfo Francisco Scilingo, de 72 años, quien participó de los "vuelos de la muerte" durante la dictadura militar, reveló que hubo militares españoles que viajaron a la Argentina para enseñarles a torturar, y denunció que el gobierno nacional tiene la lista de personas que desaparecieron durante ese período.
En diálogo con el medio español Voz Populi, el exmilitar -que fue condenado a 1084 años de prisión- dijo que todo el personal de las Fuerzas Armadas de Seguridad Argentina que participó de las torturas de la ESMA está siendo juzgados, pero aclaró que "hubo españoles en la ESMA".
Según él, se trataba del jefe de operaciones del grupo operativo y dos personas más. "Una muy locuaz dijo llamarse 'el gallego'. Él se presentó como español", enfatizó, y agregó -mientras leía un documento- que este hombre "dijo pertenecer a la Armada Española y contó que fue enviado personalmente por el Rey de España para colaborar en la lucha contra la subversión por su experiencia contra ETA (Euskadi Ta Askatasuna)". Según destacó, "la mayoría no tenía nombre real".
Además, este exmilitar -que, desde 2016, goza de permisos para salir de la prisión en la que está en España- señaló que Victor Melchor Basterra, el fotógrafo que registró los hechos ocurridos en la ESMA, dio una serie de nombres "de oficiales españoles que participaron activamente".
El entrevistado, que pasó 21 años en prisión, hizo una distinción entre el obrar de la Justicia argentina y la española, y dijo: "¿Cuántos condenados por las torturas en el franquismo hay en España? Ninguno. ¿Se quiso investigar en Argentina? Sí. ¿Qué pasa? No, a los torturadores españoles no los toquemos. ¿Cuántos presos hay en Argentina por esto? ¡Cientos!, ¡Cientos!. Porque la Justicia argentina actuó. Soy el argentino más investigado de los últimos años ¿usted cree que no me hubiese pedido la extradición?".
Scilingo nació en Bahía Blanca el 28 de julio de 1946 y fue el primer militar argentino en ser condenado en presencia por un tribunal extranjero; en su caso, por la Justicia española. En una entrevista que concedió en 1996, explicó el modus operandi de los "vuelos de la muerte" -de los que participó-, sin embargo, más adelante se desdijo al decir: "Me pidieron que contara la fantasía más grande del mundo". Durante esta entrevista con el medio español, el periodista volvió a consultarle por esto, y él respondió: "Los vuelos no existieron como tales". ¿Qué quiere que le cuente también cómo maté a la gente de Paracuellos? Se lo inventó en dos minutos", disparó.
Sobre esta cuestión, el periodista dijo: "Daba la sensación de que era más humano no trasladar en los vuelos a las mujeres embarazadas hasta dar a luz. Los niños no se les daba a los familiares y llevarlos a familias biennacidas...". Scilingo lo interrumpió: "El fiscal adjunto dice que se probó que el tema de los niños nunca existió como autorización de las Fuerzas Armadas, es más, todos los que secuestraron niños fueron condenados por las propias Fuerzas Armadas. Eso no existió... el secuestro".
Además, ante la pregunta de si estaba justificada la tortura durante la dictadura militar, Scilingo contestó que sí, "de acuerdo a los reglamentos militares argentinos aprobados". Entonces, dijo que la Argentina e Israel son los únicos países donde estuvo reglamentada la tortura. "La explicación que dan los reglamentos es que hay 30 minutos para obtener la información, a los 30 minutos la información que puede tener un integrante de una célula deja de tener valor", señaló.
Al inicio de la entrevista, el periodista le preguntó: "¿De qué se arrepiente más, de haber participado en el Proceso de Reorganización Nacional (la dictadura militar) o de venir a España en los noventa a contarlo y acabar preso?". Ante eso, sostuvo: "El Proceso de Reorganización Nacional era un tema político, yo no era político, o sea no participé en nada. Y, si me arrepiento de haber venido, no, porque yo vine con un objetivo, lo que ocurre es que luego hubo circunstancias que yo pensé en la seriedad de determinadas personas que no se dieron".
Desligándose de su participación en la dictadura, agregó: "El Tribunal Supremo me tiene condenado por delitos de asesinato, de nadie. No han logrado, hasta ahora, que nadie me diga a quién asesiné. [El juez] me pide que le pida perdón a las víctimas, y entonces le digo: 'Dígame quiénes son mis víctimas, y yo les pido perdón".
En ese momento, el periodista recordó que el juez habla de su frialdad para con los hechos y de su falta de empatía hacia las víctimas. Entonces, enojado, retrucó: "¡Cómo voy a tener empatía con alguien que no existe! ¿Usted tiene empatía con la gente que mató?".
Scilingo fue más allá y dijo que se trata de una discusión por la postura de España hacia la Argentina: "Yo tengo una sentencia judicial argentina que dice que no existe ningún hecho concreto de casos concretos. Si usted es un imperialista que cree que los argentinos somos menos que los españoles, estoy de acuerdo, usted confía en la sentencia española, pero yo confío en la sentencia argentina. Si yo fuese español, etarra o chino no estaría preso pero como soy de un país subdesarrollado".
El exmilitar insistió en que él no tuvo incidencia en los sucesos de la dictadura, y dijo: "Jamás me dejaron participar porque yo escondí un hecho muy serio a nivel personal. Lo tuve muy guardado y se me preguntó varias veces porque tenía un problema personal con [Emilio Eduardo] Massera. Mi problema era que ordenó a los grupos operativos de la Armada como los de Puerto Belgrano a buscar a mi hermana, que era integrante del grupo Montonero".
Y remarcó: "Lo odio a Massera. Estando vivo le dije que era un cobarde porque no publicaba la lista de dónde está cada uno de los desaparecidos, y esa lista la tiene el gobierno argentino. Tengo prohíbo hablar de estos temas, porque el gobierno argentino no quiere que se hable. Me arrepiento de no haber tenido la suficiente valentía para decir esto en su momento, pero me hubiera tenido que ir del país porque me fusilaban por traidor".
Para él, era "terrible" tener una hermana montonera, a tal punto que "nunca lo pudo asumir". "Cuando me reencontré con mi hermana, estaba totalmente deformada", recordó, y reflexionó: "Yo no sé si podría haber hecho más por ella, no lo sé".
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