Escándalo en Formosa por la expulsión de un diputado radical

La Legislatura formoseña, tristemente célebre por ser la más cara del país, suma en estos días un nuevo escándalo.

La expulsión del diputado radical Benito Aranda a pocas horas del inicio de la convención constituyente que puede determinar la reelección indefinida del gobernador Gildo Insfrán motivó escenas de pugilato en el propio recinto y acusaciones al PJ provincial de propiciar una "dictadura", sin respeto por las elementales leyes del sistema democrático.

Todo comenzó hace dos semanas, cuando la bancada del PJ propuso la expulsión de Aranda, un severo crítico de la gestión de Insfrán. La razón esgrimida fue la de incompatibilidad de roles: el radical fue elegido convencional constituyente, sin abandonar su banca de diputado provincial.

El propio Aranda pidió una licencia de un mes, el tiempo que durará la convención, que comenzó el lunes. La petición le fue denegada, y en un trámite récord se lo expulsó de la cámara.

"Es un absurdo total. Una muestra del autoritarismo y un castigo al rol opositor que he llevado adelante en estos años", se quejó Aranda ante LA NACION. "Acá hay una dictadura, es una democracia sólo formal", agregó.

La UCR provincial -al igual que el comité nacional- le brindó apoyo y decidió que sus diputados no asistirán a las sesiones de la Legislatura ni participarán de la convención hasta que Aranda se reincorpore a su banca.

El PJ negó todos los cargos y atribuyó las palabras de Aranda a una cuestión meramente jurídica. "El legislador incurrió en un claro caso de incompatibilidad", dijo el diputado Jorge Ibáñez, y precisó que la sola aceptación por parte de Aranda del diploma que lo acreditaba como constituyente es una falta que la Constitución provincial pena con la separación del cargo.

Lo curioso del caso es que el propio reemplazante de Aranda en la cámara, el también radical Andrés Peyró, calificó de "acertada" la medida del congreso y se mostró ansioso por asumir el cargo.