Intelectuales y artistas advierten sobre una "persecución evidente"
Aseguran que desde el oficialismo hay una "voluntad de censurar"
LA NACIONFiguras de la cultura y el arte manifestaron su rechazo a las presiones a la prensa y a periodistas. El ensayista y sociólogo Juan José Sebreli puso en relación la cuarentena con la voluntad de silenciar voces: "En las democracias, en los períodos entre una votación y otra, la única forma de manifestar el descontento es en la calle y en la prensa -dijo a LA NACION-. Ahora la calle está prohibida por la cuarentena; queda la prensa".
Según su mirada, "se buscan pretextos para censurar a periodistas y medios; por ejemplo, se acusa a periodistas de tener como fuente de información a los servicios de la AFI, cuando es sabido que en Estados Unidos el famoso Watergate se hizo por la denuncia de periodistas sobre la base de informes de espías del FBI. En definitiva, la acusación es simplemente censura para que al ciudadano no le quede ni la calle ni la prensa y poder gobernar autoritariamente sin ninguna contención."
En la misma línea, el filósofo y poeta Santiago Kovadloff sostuvo que para el Gobierno "el periodismo crítico, el que no es obsecuente con su opinión y no se subordina a su parecer, no es periodismo cabal sino una práctica corrupta, enemiga de la verdad. En esa medida, se lo debe combatir y censurar. El pensamiento único no puede ni quiere proceder de otra manera. Por eso, o termina con el pluralismo o el pluralismo lo desenmascara como totalitario."
"Lo que está en juego son los valores de la República: la libertad, en primer lugar, la independencia de los tres poderes del Estado y el funcionamiento de la Justicia en los términos claramente expuestos en la Constitución, dijo Oscar Martínez, actor y autor. Y añadió: "Todos sabemos que es un ideal utópico, pero irrenunciable. Porque también sabemos por rigor histórico a qué conducen las experiencias de otro tipo".
El humorista Juan Acosta tampoco no quiso permanecer callado. "Un país que pierde la libertad de expresarse también pierde la soberanía. El periodismo tiene que ser algo independiente, tiene que haber libertad y no tiene que ser un periodismo político en el que cada uno se ponga de un lado o del otro".
Enrique Pinti se manifestó harto: "Ya no creo más en nada. Con todo mi desastre de señor de 80 años. Ahora está el asunto de Majul, Longobardi, Lanata y cuando termine esto van a venir los que hoy en día elogian a Fulano, Sultano. En este caso es de espionaje, en otro caso es de corrupción, no creo más en nada. Por supuesto, como opinador que no tengo nada que ver con aquellos que investigan de verdad, estoy a favor siempre de la gente que está perseguida".
Para José Emilio Burucúa, historiador del arte y ensayista, a partir de la administración de Néstor Kirchner "el panorama se nubló una y otra vez por varios caminos: la autovictimización de nuestros mandatarios; la frecuencia de las llamadas operaciones de prensa; las acusaciones en sede judicial contra redactores de la prensa, conductores de programas de radio y televisión quienes, al criticar medidas de gobierno u oponerse a ellas, fueron señalados como enemigos de los intereses del pueblo, representantes de la antipatria o criminales culpables de algún delito. Estas tres vertientes se repiten ahora."
El cineasta Juan José Campanella señaló: "Hay momentos en que expresarse no es solo una obligación. Es también un orgullo. Uso una frase acuñada por un periodista con coraje: 'Seamos libres, lo demás se arregla'". El actor Luis Brandoni coincidió con él .
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