La comunidad judía redefine su vínculo con el Gobierno por la apertura con Teherán

Entre la sorpresa y la desazón todavía latentes por el comienzo de las negociaciones con Irán, la comunidad judía ya se prepara para nuevos y difíciles tiempos en su relación con el gobierno de Cristina Kirchner.

Más allá de los matices, distintos referentes comunitarios rechazan el acercamiento con quien la propia justicia argentina denominó como responsable del cruento ataque terrorista contra la AMIA, en julio de 1994. Y coinciden en que las antiguas y cálidas relaciones entre el Gobierno y la comunidad judía organizada se transformarán en tres años de un vínculo vigente, pero signado por la frialdad y la distancia.

Es que, salvo casos aislados como el del familiar de una víctima del atentado Sergio Burstein, pocos creen que las negociaciones con Irán traigan algo bueno para la comunidad. "Hay una desazón muy marcada. Una sensación de que la Presidenta cerró un círculo que empezó con negociaciones secretas con Irán y termina con reuniones a la luz del día", afirmó a LA NACION el historiador y periodista Natalio Steiner. Para Sergio Widder, representante local del centro Simon Wiesenthal, "la reunión con Irán y la promesa de trabajo conjunto contrastan con la posición que el Gobierno venía sosteniendo. La forma de avanzar en la búsqueda de justicia no es negociar con sospechados y acusados de atacar contra nuestro país".

Steiner y Widder deducen que las relaciones entre la comunidad (que renovará autoridades en la DAIA el próximo lunes, y la AMIA, a principios de 2013) y el Gobierno serán tensas hasta 2015. "Guillermo Borger (presidente de la AMIA) y Aldo Donzis (titular de la DAIA) hicieron el mínimo imponible de lo correcto" en esa relación, criticó el rabino y legislador de Pro Sergio Bergman. Se refería concretamente al documento conjunto de esas dos entidades y distintos familiares en contra de las conversaciones con Irán.

Julio Schlosser, experimentado dirigente comunitario de estilo moderado, y Claudio Avruj (funcionario del gobierno porteño con licencia) competirán el 5 de noviembre por la presidencia de la DAIA. Ambos dieron muestras de que la negociación con Irán no podrá ser puesta en segundo plano para no estropear la relación.

Entre ellos, claro, hay diferencias. "Encabezo un grupo de dirigentes que venimos del voluntariado, sin filiación política. Esto nos va a llevar a defender sólo los intereses de la comunidad", apuntó Schlosser a LA NACION. Aunque no integra la lista de Avruj, Bergman sostiene que Macri "sólo pretende una DAIA neutral, y no una filokirchnerista como la que existió hasta ahora". El Gobierno también juega: designó a Jorge Elbaum, segundo de Donzis y cercano al Gobierno, en un grupo internacional de recuerdo del Holocausto.

Distintos dirigentes confiesan en voz baja que "tal vez fue ingenuo" el acercamiento mostrado por la AMIA y la DAIA al Gobierno en los últimos nueve años. El plantón de la Casa Rosada a la cena de la AMIA, a la que sí asistió Macri, y las antiguas tensiones entre Donzis con la propia Presidenta fueron indicios ciertos de un cambio de época. "Seguirán los lazos y también el apoyo del Gobierno a planes de ayuda. Pero para ver dirigentes con la Presidenta en una gira habrá que esperar", se resignó un dirigente de peso.

El fiscal Nisman, al Congreso

Pasado mañana, a las 10.30, el fiscal especial para la causa AMIA Alberto Nisman irá al Congreso para informar a la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados sobre sus avances en la investigación del atentado terrorista de cara al ofrecimiento argentino de dialogar con Irán. El fiscal investiga a ocho funcionarios y ex funcionarios iraníes acusados de colaborar con el atentado. También indagó sobre los vínculos de esos ciudadanos iraníes con el grupo terrorista Hezbollah.