Lino Gutiérrez tuvo una cálida despedida
El vicepresidente Scioli saludó al embajador por el 4 de julio
Lino Gutiérrez tuvo una despedida a lo grande: el presidente fue a la embajada norteamericana para saludarlo por el 230° aniversario de la independencia norteamericana y para despedirlo, a poco del final de su misión diplomática en Buenos Aires.
Es cierto. En nombre de la precisión lo correcto sería decir que el vicepresidente de la Nación a cargo interinamente de la presidencia, Daniel Scioli, fue quien estuvo ayer en la residencia de la Avenida del Libertador y Kennedy.
Tres conspicuos políticos locales comentaban con ironía cómo un hecho tan simple como un cóctel dejaba al descubierto las prioridades de cada uno: "Mientras Kirchner está en Caracas con Chávez, Scioli vino acá", dijeron risueños.
En uno de los cuatro salones habilitados, el vicepresidente posaba para las fotos con el anfitrión: "¡Qué buena despedida para Lino! Se merecía una cosa así".
La convocatoria, uno de los hechos sociales del año, tuvo un alto índice de presentismo. No hubo cifras oficiales, pero a juzgar por el prolongado besamanos con el que cumplieron Gutiérrez y su mujer, Miriam Messina, la gran mayoría de los 1200 invitados aceptó el convite.
Aunque formalmente se conmemoró el día de la independencia, la recepción en la que se sirvieron los tradicionales sándwiches de lomo y como postre enormes tortas decoradas con la bandera norteamericana fue la virtual despedida para Gutiérrez.
Si el Senado norteamericano le da su acuerdo, el año que viene habrá otro dueño de casa: Earl Anthony Wayne. En las próximas semanas la representación diplomática también estrenará segundo: se trata de Mike Matera, viejo conocido de la Argentina -ya cumplió funciones aquí-, reemplazante de Hugo Llorens.
Entre bocaditos y copas de champagne circuló un variadísimo muestrario de la política, economía y sociedad locales. Desde la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, hasta Juan Carlos Blumberg -padre del secuestrado Axel- y uno de los líderes del reclamo ciudadano para tener mayor seguridad.
La Corte, ausente
No se vio a ningún ministro de la Corte Suprema de Justicia. Sí a varios jueces del fuero penal económico. "Todos los jueces con los que hablé me dijeron que la reforma del Código Penal que se analiza en el Gobierno es una locura. Recibo mil faxes y mails por día con la misma postura. Si impulsan eso vamos a organizar una marcha, pero no al Congreso, directamente a la Plaza de Mayo para que el Presidente vea que somos muchos los que pensamos distinto", comentaba Blumberg.
Cerca se escuchaba el entusiasmado relato que el diputado oficialista Jorge Argüello, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, hacía de una exposición sobre Malvinas que el mes que viene se hará en el Salón de los Pasos Perdidos. A pocos metros, Catherine Royle, segunda de la embajada británica, intercambiaba lamentos con un ex vocero del Ministerio de Defensa local por la salida de ambos equipos del Mundial de fútbol.
Dicen que la derrota argentina del viernes pasado hizo naufragar un proyecto que algunos invitados locales de aceitada relación con la embajada habían hecho como al pasar: colocar una pantalla gigante que permitiera seguir el hipotético partido entre nuestro seleccionado e Italia hubiera sido muy valorado, justificaron.
Del Gobierno se vio a varios ministros: Ginés González García (Salud), Nilda Garré (Defensa) y Alberto Iribarne (Justicia). El canciller Jorge Taiana, ausente con aviso -encabeza una visita a la India-, envió al vicecanciller Roberto García Moritan como representante. También estuvieron el titular de la AFIP, Alberto Abad; el jefe de gobierno porteño, Jorge Telerman, el diputado de Pro Mauricio Macri y numerosos empresarios, economistas, encuestadores y embajadores de otros países.
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