Luis Majul: "¿Nos van a convencer o nos van a meter miedo?"

Hay tantas diferencia y tanto ruido sobre cómo tiene que seguir la cuarentena que los anuncios se pasaron para mañana. La pregunta que vos y yo nos tenemos que hacer es: ¿Nos van a asustar, nos van a meter miedo, o nos van a intentar convencer?
En el gobierno nacional, el de la Provincia y el de la Ciudad está circulando un paper titulado "El martillo y la danza" del ingeniero español que vive en Silicon Valley, Tomás Pueyo.
Su teoría, palabra más, palabra menos es que, para controlar el Covid-19, hay que pegar un fuerte martillazo inicial. Es decir: disciplinar a una sociedad que todavía puede estar convencida. Y, seguidamente, pasar a fases de mayor apertura y flexibilización, hasta que se logre aplanar la curva o evitar que colapse el sistema de salud.

La danza sería la etapa en que se van liberando algunas actividades. Y la denomina danza porque se necesitan muchos pasos de baile, una coreografía de mucha complejidad, en el momento que se van abriendo las actividades exceptuadas. En la Argentina, la estrategia del martillo y la danza estaría teniendo algunos problemas.
Presentado por algunos prestigiosos medios extranjeros como una fórmula de éxito, tiene una contra de marca mayor: a la sociedad, después de pegarle el martillazo de la cuarentena estricta, se le dijo que había un porqué: que había que prepararse para que no explotara el sistema.
Pero después de 100 días ¿no nos pudimos preparar a conciencia para que esto sucediera? ¿Qué estuvieron haciendo entonces?
Si fuese decisión exclusiva de la Ciudad, se iría a fase uno manteniendo las salidas saludables para los niños los fines de semana, los bancos abiertos, y restringiendo al máximo posible, no totalmente, el transporte público interurbano. Por 15 días. O por 21 días.
Si fuera por Horacio Rodríguez Larreta la idea sería arrancar mañana mismo con una restricción casi total del transporte y el 5 de julio, dentro de diez días, volver con las salidas saludables para niños.
La Provincia está mucho más dura. Quiere restringir el transporte público a cero. Repito a cero. Quiere que se vuelva a la fase uno, pero con mayor control, y si es necesario, más rigidez. Pero a la teoría del martillo y la danza y se le debe agregar, en la Argentina, un movimiento delirante y que está a las puertas de la violencia política.

Se le podría llamar el plan permanente y constante de venganza e impunidad. Y está sucediendo al mismo tiempo en que la mayoría de la sociedad está pendiente de su propia vida.
Están apretando a fiscales y jueces de la provincia para meter presos a quienes consideran responsables de los procesamientos y o la prisión de gente como Cristina Fernández, Cristóbal López y Fabián de Sousa, Hugo y Pablo Moyano, Lázaro Báez y Amado Boudou.
Y lo peor es que el presidente Alberto Fernández, por inacción o por miedo, lo estaría consintiendo.
Los ataques a periodistas están bordeando lo físico. Intentan que uno de nosotros reaccione, para generar todavía más caos. Nos acosan en nuestros lugares de trabajo. Nos quieren meter adentro de causas delirantes. Pero al mismo tiempo están encontrando su propio límite.
En C5N, por ejemplo, la mayoría de los periodistas se niega a denunciar y acusar sin pruebas a otros colegas, más allá de su pensamiento e ideología. Por eso a López y De Sousa no le queda más que utilizar a los más impresentables. A los panqueques. A los antisemitas.
Con los fiscales y los jueces pasa lo mismo. Actúan bajo amenaza, o sencillamente para mantenerse donde están. Los ataques son cada vez más virulentos y más desesperados porque la mayoría de los periodistas no nos desdecimos. No volvemos para atrás.
Hoy allanaron el domicilio del secretario privado de Macri, Darío Nieto. Fue el juez Federico Villena. El mismo juez que ordenó al gobierno de Macri cuidar a Cristina Fernández. Hay un berenjenal ahí. Hacen hablar a narcos.
Cristina y sus impresentables están empujando a fiscales y jueces a tomar decisiones que en el futuro podrían ser consideradas como delitos. Si te tenés que quedar en casa de nuevo, quedate.
Pero esto avanza: tarde o temprano vas a tener que alzar tu voz, como hiciste más de una vez, para que no se llevaran todo por delante.
Termino con una muy citada frase de Edmund Burkee, diputado de la Cámara de los comunes, a fines del siglo 18: "Lo único que se necesita para que triunfe el mal es que los hombres buenos no hagan nada".

100 días de cuarentena

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