Murió el embajador Gustavo Figueroa
A los 75 años y tras padecer una grave enfermedad, falleció ayer en la Capital Gustavo Eduardo Figueroa, un reconocido hombre de la diplomacia.
Casado con Judith Canclini y padre de cinco hijos, Figueroa ya estaba alejado de la función pública. La embajada de Austria fue uno de los últimos destinos que tuvo Figueroa como embajador argentino. Pero desde muy temprana edad se volcó a la diplomacia.
Figueroa nació en Buenos Aires el 6 de enero de 1936, egresó de la Facultad de Ciencias Políticas, de la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad del Salvador y en 1958 ingresó en la Cancillería.
Estuvo en diferentes cargos en el exterior e integró misiones diplomáticas, como en 1982, cuando fue miembro de la delegación argentina a la Reunión del Consejo de Seguridad en las Naciones Unidas por el conflicto de la guerra en las islas Malvinas.
En aquella oportunidad, representó al entonces canciller argentino, Nicanor Costa Méndez, ya que Figueroa ocupaba el cargo de director de Prensa y Difusión del Palacio San Martín.
Figueroa participó en las negociaciones de Costa Méndez durante la gestión mediadora del ex secretario de Estado de los Estados Unidos, Alexander Haig.
De esta manera, Figueroa se transformó en esos agitados días en la voz de la Cancillería en torno a las infructuosas negociaciones diplomáticas destinadas a evitar la guerra con Gran Bretaña. Años más tarde de esos hechos, Figueroa enviaría a La Nacion una carta en la que comentó, entre otras cosas, que "nunca lo pude convencer [al ex presidente de facto Fortunato Galtieri] de que los británicos no sólo iban a pelear, sino que además iban a ganar" la guerra.
Sus compañeros de la diplomacia recuerdan con afecto y respeto intelectual a Figueroa, quien también fue cónsul en Nueva York y embajador en Noruega y en Holanda.
"Era un hombre de consulta permanente de la diplomacia y de reconocida trayectoria en el cuerpo diplomático", expresó ayer un embajador que conocía de cerca a Figueroa.
Ocupó también misiones diplomáticas especiales en la Organización de Estados Americanos, fue representante permanente ante las Naciones Unidas, miembro de la delegación de la Comisión de Integración Física con Chile y fue condecorado por los gobiernos de Bolivia, Brasil, Grecia, Colombia y Austria, entre otros. También Figueroa trabajó como referente de la diplomacia en diferentes cargos en las embajadas de Chile y la entonces Checoslovaquia.
En la misma misiva que había enviado a La Nacion, en agosto de 1997, Figueroa agregó un comentario final: "Ingresé en la Cancillería en 1958, vi pasar muchos cancilleres y muchos presidentes. La prioridad, la obsesión de todos era el tema de Chile y las Malvinas. Lo de Chile ya está casi solucionado, sólo faltan los hielos continentales. ¿Por qué no pensar que con Malvinas algún día puede pasar lo mismo?".
Los familiares y amigos de Figueroa le harán hoy al mediodía una misa de cuerpo presente en la Iglesia del Pilar.
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