Murió el general (R) Castro Sánchez
El general de brigada retirado Eduardo Rómulo Castro Sánchez hizo algo que muy pocos militares se animaron a hacer: protegió a un presidente constitucional cuestionado por buena parte de sus pares como débil e hizo lo posible por evitar el golpe de Estado con el que fue destituido.
Castro Sánchez, que falleció el 17 del actual en esta ciudad, víctima de una afección respiratoria a los 88 años, fue el secretario de Guerra del radical Arturo Illia que trató de impedir que el teniente general Juan Carlos Onganía ocupara la Casa Rosada.
Había nacido el 16 de junio de 1918 en San Juan. Luego de egresar del Colegio San José, decidió seguir la carrera de militar. En 1935 ingresó en el Colegio Militar de la Nación, de donde egresó como subteniente del arma de artillería cuatro años después con el más alto promedio de su promoción, la número 65.
En su prestigiosa carrera pasó por distintos puestos. Fue subdirector de la Escuela de Artillería, secretario general de la Secretaría de Informaciones del Estado, entre otros puestos públicos. Entre 1974 y 1978 fue presidente de la Comisión del Arma de Artillería Santa Bárbara y desde noviembre de 2002 era el decano honorario de la Tropa Técnica de Inteligencia.
En 1962, se desempeñaba como profesor del Colegio Interamericano de Defensa, en Washington, cuando lo mandaron a llamar para ocupar la Subsecretaría de Guerra.
Castro Sánchez tenía 47 años cuando, a fines de noviembre de 1965, fue designado secretario de Guerra, en reemplazo de Ignacio Avalos, quien había renunciado tras un roce con el comandante en jefe del Ejército, teniente general Onganía.
Su nombramiento fue la excusa que eligió Onganía para alejarse de la conducción del Ejército y así romper su compromiso de obediencia a las autoridades constitucionales y comenzar a planificar el golpe de Estado.
Al comenzar 1966, desde la secretaría de Castro Sánchez se diseñó una estrategia legalista, que buscaba transformar las presiones del Ejército en apoyo al gobierno de Illia, sobre todo propiciando un cambio en el gabinete. Sin embargo, Illia se negó a realizarlo y la ola de rumores y versiones golpistas siguió sonando.
El 29 de mayo de 1966, el Día del Ejército, el general Pascual Pistarini pronunció un discurso que era un inventario de cargos contra el gobierno. En él se hablaba de "desunión política", "lentitud en la Justicia y en el Congreso", problemas económicos, entre otros. Sin embargo, la debilidad de Illia no podía sancionarlo.
Cuando Pistarini ordenó el relevo del general Carlos Caro y desconoció la autoridad de Castro Sánchez, debido a una reunión que ambos habían tenido con un grupo de diputados peronistas y los golpistas comenzaron a temer un pacto, empezó el fin.
Illia relevó a Pistarini, pero el militar se sublevó y exigió la renuncia del jefe del Estado.
Castro Sánchez sirvió en sus funciones como secretario de Guerra desde el 22 de noviembre de 1965, hasta el 29 de mayo del año siguiente, cuando pidió el pase a retiro.
En la madrugada del 28 de junio de 1966, el Regimiento 3 de Infantería rodeó la Casa Rosada. El general Julio Alsogaray y un grupo de coroneles le pidió al renuncia a Illia. Al día siguiente, Onganía asumió el gobierno de facto.
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