Nuevas medidas: la concesión de Sergio Massa a un reclamo de los Moyano

Entre los invitados especiales de Sergio Massa a su asunción como ministro de Economía figuraron los Moyano. Hugo, en su caracter de jefe del sindicato de los camioneros; Pablo, en su rol de integrante del triunvirato de mando de la CGT, y Jerónimo, el menor, que es una suerte de secretario privado de su padre y a quien el flamante funcionario conoció hace tres años en un asado en Rincón de Milberg con todo el clan sindical. Aquella vez también habían asistido Hugo (h.) y Facundo, que por estos días analiza con distancia y mirada crítica el rumbo de la gestión del Frente de Todos tras su renuncia como diputado nacional.

En el rosario de medidas que anunció ayer Massa, hubo una clara señal a un reclamo que los Moyano hicieron propio y que tiene que ver con las asignaciones familiares, un beneficio que según sus cálculos perciben hoy solo 2.500.000 de trabajadores registrados sobre un universo de 6.000.000. El ministro dijo que avanzará en una ampliación del beneficio para aquellos empleados del sector privado con salarios entre 50.000 y 150.000 pesos. Hay diferentes tipos de asignaciones, aunque las más solicitadas serían la familiar [por nacimiento y/o adopción de un hijo], por matrimonio o ayuda escolar, según comentaron fuentes sindicales. El costo de la ayuda es afrontado por la Anses. En la actualidad cobran el denominado salario familiar los trabajadores con ingresos de hasta $316.731 por grupo familiar o $158.366 por el progenitor a cargo.

En su intento de desmarcarse de sus compañeros del triunvirato de mando de la CGT, Pablo Moyano activó como reclamo propio “la universalización de las asignaciones familiares”. De hecho, desplegó un ejército de militantes camioneros a pintar paredes y pegar afiches con la reivindicación.

“Es muy emocionante que Massa tome ahora la propuesta. La vengo conversando hace un mes y medio, incluso con Cristina [Kirchner]. Sería una ayuda muy importante”, dijo ayer Pablo Moyano a Ámbito Financiero. El dirigente camionero, que visitó a la vicepresidenta el martes pasado en el Senado, asistió ayer a la asunción del ministro junto con Héctor Daer y Carlos Acuña, sus otros dos colegas del triunvirato cegetistas, aunque se sentó alejado de ellos.

Además de esta concesión a los Moyano, Massa envió otras señales para el sindicalismo. Prevé reunir a la CGT y a las dos vertientes de la CTA el jueves de la semana próxima para garantizar la actualización de los salarios ante una inflación en alza. El ministro evalúa dos alternativas, según comentaron a LA NACION dos sindicalistas que cruzaron mensajes con él. Por un lado, se elevará el salario mínimo, que es una referencia para planes sociales y el sueldo incial de los docentes. Pero por el otro se estudiará la viabilidad de otorgar un aumento por decreto al estilo suma fija, como propuso Cristina Kirchner hace un mes, durante un acto en Avellaneda. En la CGT hay resistencia a este tipo de bonificaciones con el argumento de que no mejoran a largo plazo la base salarial. El grupo mayoritario de la central obrera pedirá actualizar salarios únicamente a través de las paritarias.

“La CGT no quiere aumentos por decreto”, dijo ayer el barrionuevista Acuña en su paso por el Museo del Bicentenario. La misma postura tiene el sector de “los Gordos” (grandes gremios de servicios), cuyo referente es Daer.

“La CGT ya había señalado su oposición al pago de un bono y ratificó siempre la necesidad de mantener las paritarias libres según cada actividad”, dijo Daer hace dos semanas, cuando la central obrera definió el 17 de agosto para activar su primera movilización de protesta contra el Gobierno y los empresarios por el aumento de los precios.

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