Reforma Laboral: el Gobierno defiende el proyecto en el Senado ante las críticas del kirchnerismo
El secretario de Trabajo, Julio Cordero, aseguró que la iniciativa busca crear empleo; para el peronismo el texto fomentará la informalidad y la evasión fiscal
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El debate de la reforma laboral en el Senado comenzó con un claro enfrentamiento entre el Gobierno, que promueve los cambios en la legislación laboral con el argumento de que quiere crear empleo, y la oposición del bloque kirchnerista, que se ubicó en las antípodas de la postura de la Casa Rosada.
“El empleo lo genera la actividad económica, y la actividad económica esta por el piso; hay una recesión brutal en la Argentina. Esta ley [por el proyecto] promueve la informalidad, la evasión y el fraude laboral”, sentenció el kirchnerista Mariano Recalde (Capital) en el inicio del debate.
Salió, así, al cruce de la exposición del secretario de Trabajo, Julio Cordero, que dio inicio al debate de la reforma laboral en el Senado, que se lleva adelante en un plenario de las comisiones de Trabajo −que es cabecera y preside Patricia Bullirch− y de Presupuesto y Hacienda.
En una breve intervención de menos de diez minutos, Cordero había destacado las bondades del proyecto, al que calificó como “extremadamente equilibrado” y que viene a solucionar el estancamiento en los últimos diez años que, dijo, muestran los indicadores de creación de trabajo en el sector privado. También hizo hincapié en “la litigiosidad y cargas adjuntas al trabajo” que sufren los empleadores, en particular las pymes.
“Para que haya una persona trabajando alguien tiene que contratarlo. La imposición no forma parte de la libertad de la contratación y esta debe tener reglas claras, que nos lleven a que haya un fomento y no un estancamiento”, afirmó Cordero.
En ese sentido, el secretario de Trabajo dijo que el proyecto “se analizó durante mucho tiempo”, y que se hizo haciendo caso a “un pedido de la ministra Sandra Pettovello para que se conservaran los derechos esenciales de los trabajadores”.
Cordero reconoció que en la redacción de la reforma “se buscó la reducción significativa de los costos adicionales que llevan a una informalidad en el mundo del trabajo”, tras lo cual remató su exposición afirmando que “lo que este Gobierno busca es que las soluciones lleguen al mundo real, al mundo laboral”.
Más breve aún fue la subsecretaria de Política Industrial del Ministerio de Economía, Daniela Ramos, quien destacó que el proyecto está destinado a las micro, pequeñas y medianas empresas para “ponerlas en un pie de igualdad respecto a los grandes proyectos de inversión” que fueron regulados en la Ley Bases.
“Pensamos en inversiones que generarán ingresos que nos permitirá sostener el equilibrio fiscal, que es una condición indiscutible de este Gobierno”, remató Ramos, reiterando el credo rector de la administración libertaria de Javier Milei.
La primera intervención después de los funcionarios fue la de Recalde, que habló durante mas de media hora para cuestionar de manera global la iniciativa y establecer duras críticas a cuestiones puntuales que busca modificar la iniciativa, como el pago de horas extra y de la duración de la jornada laboral, entre otros puntos.
“Destilan odio, antiperonismo, revanchismo patronal, revanchismo del patrón de estancia”, afirmó Recalde, quien se preocupó por destacar que participaba en el plenario porque no quería evitar el debate, pero que el kirchnerismo mantenía la impugnación a la composición de las comisiones acordada por la vicepresidenta Victoria Villarruel y el resto de los bloques.
Según Recalde, el texto enviado por el Poder Ejecutivo “es todo lo contrario” a lo que había sostenido Cordero. “El empleo no está estancado, está en caída desde que Milei es presidente”, replicó el senador.
“Nunca una ley laboral logró que se genere empleo, nunca una ley laboral que reduzca derechos generó puestos de trabajo”, insistió Recalde antes de sostener que “la generación de empleo pasa por un plan económico”.
El senador por la Capital insistió con la idea del “revanchismo patronal” y destacó el hecho de que Cordero tiene pasado como miembro de la Unión Industrial Argentina. “Que usted venga de la UIA me hace sospechar de su parcialidad; son todas a favor el empleador”, sentenció Recalde.
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