
Se fue Bossert por "hartazgo espiritual"
El juez de la Corte con menos acusaciones presentó su renuncia ante Duhalde; comenzó un intenso debate entre sus colegas
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Gustavo Bossert, el juez de la Corte Suprema menos cuestionado por la Cámara de Diputados durante el intento de juicio político, renunció a su cargo en el alto tribunal.
El jurista, un especialista en derecho civil que fue nombrado camarista de ese fuero en 1984 y que en marzo de 1994 fue designado ministro de la Corte, presentó la renuncia indeclinable al ministro de Justicia, Juan José Alvarez, que, por la noche, se la llevó en mano al presidente Eduardo Duhalde. Los jueces del máximo tribunal son nombrados por el primer mandatario y deben renunciar ante él.
Hace diez días, cuando se debatía la posibilidad de avanzar en un juicio político en contra de los nueve miembros de la Corte, sólo 63 diputados votaron por sostener ante el Senado los ocho cargos que le había imputado la cámara, mientras que una amplia mayoría de 163 legisladores se inclinó por desestimar tales imputaciones.
A pesar de eso el ahora ex magistrado se quejó amargamente de que los legisladores no tuvieron en cuenta sus argumentos de defensa y de que debió esperar largos meses hasta que la Cámara de Diputados revocó los cargos sin razón ni fundamento alguno que le imputó la citada comisión legislativa.
"La desilusión sufrida después de tantos años de esfuerzo contribuye a este hartazgo espiritual. No obstante mi cariño a la función judicial, ya no podría ser un juez anímicamente útil a la República", dice en uno de los párrafos de su dimisión (Ver aparte).
La renuncia también contiene un amargo llamado de atención a los legisladores. "Tal vez esta renuncia ayude a provocar reflexiones de mayor seriedad en quienes tienen la facultad de evaluar la conducta de los jueces para que pequeños cálculos de supuesta conveniencia política no induzcan a formular imputaciones a quienes cumplen correctamente su función."
Apesadumbrado
En la Comisión de Juicio Político se le imputaron algunos cargos sin fundamento, a tal punto que, apenas finalizado el enjuiciamiento, el diputado Sergio Acevedo, según cuenta su colega Rafael Martínez Raymonda (demócrata progresista-Capital), reconoció que Bossert no debió ser cuestionado.
Durante los últimos meses el juez no ocultó su malestar entre amigos y allegados y les anticipó que evaluaba la posibilidad de alejarse de la Corte, tal como anticipó LA NACION en julio. En su renuncia, que terminó de redactar el viernes último, el ex magistrado resume su sentir en un concepto: "Hartazgo espiritual".
A pesar de esa sensación de amargura de las últimas semanas, ayer el magistrado se mostraba tranquilo, pero emocionado. Apenas conocida la decisión, el titular de la Comisión de Juicio Político, Sergio Acevedo, sostuvo que Bossert no debió sentirse ofendido por haber sido investigado, sino que debía sentirse ofendido con los demás jueces de la Corte.
El próximo debate
En la Casa de Gobierno dicen que la dimisión causó sorpresa, aunque, en realidad, no eran desconocidas las versiones sobre el probable alejamiento.
Tanto en el Ministerio de Justicia como en Balcarce 50 ya se mencionan los nombres de varios magistrados y juristas para reemplazar a Bossert en el cargo. Se habla de Pedro David, un destacado jurista con treinta años de trayectoria en las Naciones Unidas; de Alberto García Lema, principal constitucionalista del PJ y procurador del Tesoro de la Nación durante el gobierno de Menem, y del ex ministro de Justicia bonaerense León Arslanian. Quizá no sean los únicos nombres y con el correr de las horas surjan algunos más.
Pero la renuncia de Bossert puede provocar un fuerte impacto político:
La Corte tiene pendiente el debate de la pesificación. Bossert y Enrique Petracchi fueron los jueces que emergieron en mejores condiciones del enjuiciamiento político. Ambos estaban excusados en las causas del corralón, porque sus ahorros quedaron atrapados en el sistema financiero. Pero sí tienen intervención en otros asuntos delicados, como la obediencia debida y el punto final.
Si bien Bossert se había excusado, el nombramiento de su reemplazante puede tener un peso decisivo a la hora de que la Corte pueda conformar una mayoría de votos necesaria para dictar una sentencia.
A menos de dos semanas de cerrado el juicio político, los ministros del alto tribunal parecían abocados a estudiar estas cuestiones judiciales; la renuncia de Bossert puede desencadenar que otros jueces anticipen su salida.
Ayer, por la tarde, Julio Nazareno, presidente de la Corte, telefoneó a Bossert. "Te saluda un ex colega. Cada uno renuncia conforme con su sensibilidad y la decisión responde a los sentimientos más profundos", le dijo.




