Siete detenidos y acusaciones a manifestantes “marginales” por los enfrentamientos en la desconcentración de la movilización de la CGT
Tanto en la Policía de la Ciudad como en la central obrera apuntaron a la presencia de representantes de grupos de izquierda que buscaron entorpecer el repliegue
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Tiempo después de que los sindicatos y principales movimientos sociales comenzaran a desconcentrar la manifestación en Plaza Lavalle, un grupo de personas sin identificación con ninguna agrupación comenzó a realizar disturbios y a enfrentarse con la Policía de la Ciudad. Al intentar cortar la Avenida Corrientes, la temperatura de protesta se elevó y derivó en violencia por parte de los manifestantes y la reacción policial. “Los de los sindicatos y principales movimientos sociales ya se habían ido. Estuvieron sobre la plaza, no intentaron cortar la calle y desagotaron por las veredas. Los que se pelearon con la policía no tienen nada que ver”, dijeron desde el gobierno porteño.
De acuerdo con fuentes oficiales, se detuvieron a siete personas (dos mujeres y cinco hombres) por resistencia a la autoridad. Uno de ellos (el único cuya identidad ya fue ratificada) sería militante de ATE, referido en Claudio Lozano. No confirmaron a LA NACION si fueron arrestados los responsables de lesiones a terceros grabados por las cámaras de televisión, como el golpe asestado a un periodista de LN+.
Uno de los detenidos, llamado Martín Miguel Brunas, realizó 21 aportes monetarios a la agrupación “Instrumento electoral por la unidad popular”, conocida como Unidad Popular, (cuyo presidente es Lozano), en los últimos tres años. En los balances de la agrupación, hay anotaciones de transferencias monetarias de Brunas desde 2015.

Dirigentes de la CGT y funcionarios del Ministerio de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires concordaron, al ser consultados, que se trata de unas 50 a 60 personas sin identificación organizacional específica. Según los primeros reconocimientos de las fuerzas policiales, se trataría de grupos minoritarios de izquierda a los que se les sumaron algunos trabajadores “altamente ideologizados” que salieron de trabajar en las cercanías de la concentración.
Los representantes de los distintos movimientos presentes hoy expresaron enojo: “Logramos lo que quisimos. Mostramos el poder de movilización que tenemos sin necesidad de generar quilombo y 20 marginales quieren pudrirla”, dijo un jefe sindical.
En conferencia de prensa, Patricia Bullrich, ministra de Seguridad, dijo que todavía no fue identificada la afiliación de los que causaron incidentes. Aseguró que el 90% de los manifestantes se fueron de manera pacífica pero que hubo un “desprendimiento” de una columna de personas que intentaron cortar la avenida Corrientes provocando, por ejemplo, el accidente del policía que fue golpeado por un colectivo. “Se tiraron unos manifestantes para tratar de cortar la calle y una moto de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires los paró, el colectivo no pudo frenar a tiempo y tenemos una víctima, que es un policía de la Ciudad de Buenos Aires, que está hoy internado en el Hospital Italiano”, explicó Bullrich.
“Es lamentable que un grupo pequeño haya realizado este tipo de acciones. Fue una marcha ordenada, una llegada ordenada, con algunos cortes que eran inevitables por la cantidad de gente que había, pero circunscriptos nada más que a la zona donde tenían que estar. No se quedaron instalados en la 9 de julio antes para llegar a la marcha y cortaron la 9 de julio ni cortaron corrientes, nada. Llegaron ordenados al lugar donde iban a realizar esta manifestación”, agregó.
Respecto de los manifestantes más violentos, dijo: “Más del 90% de la gente se fue ordenadamente, siguiendo el mismo protocolo, volviendo a sus casas y este grupo, que habrá que identificarlo, intentó generar este desorden”.
Además, la ministra dijo que, con acuerdo de la Ciudad, se habilitarán a los comerciantes a reclamar por los daños ocasionados por quienes formaron parte de la protesta y por el lucro cesante del día perdido de trabajo. La CGT ofreció un seguro de caución por $100 millones que se ejecutaría para compensar los perjuicios.
“Son días importantes, donde se vende mucho por ser año nuevo, por ser momentos de fiestas, con lo cual hay lucro cesante. Y esas pintadas que puedan haber sufrido los comerciantes, al haber habido un ofrecimiento de un seguro de caución por parte de la CGT, de acuerdo a nuestra interpretación (la interpretación final la hará la Ciudad de Buenos Aires) es que los comerciantes pueden pedirle que se ejecute ese seguro de caución para poder cobrar los daños y el lucro cesante que tuvieron por no poder trabajar toda la tarde y por haber tenido en algunos casos pintadas u otros daños”, cerró.
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