Un "fugitivo" convertido en funcionario

"(Del latino fugitivus ) Que anda huyendo y escondiéndose". Así, con esas textuales palabras, define el término fugitivo el diccionario de la Real Academia Española (RAE). ¿Cómo se puede entonces entender que una persona así nombrada sea ministro de Defensa de un país reconocido mundialmente y por cuyas calles transita libre e impunemente?

Basta con ingresar al sitio de Interpol para realizar una consulta básica sobre el estado del pedido de captura internacional que pesa sobre el funcionario iraní Ahmad Vahidi. Allí está, con foto incluida. Sin embargo, lo sorprendente resulta la sección en la que se lo ubica: Fugitivos. Y nada menos que bajo el título "Wanted" (Buscado), como en las antiguas películas de cowboys .

No contento con ello, esta mañana, tras su nombramiento, Vahidi aseguró que su elección resulta "una bofetada decisiva para Israel", algo que no hizo más que profundizar sus dichos de anteayer, cuando se pronunció en el Congreso iraní al grito de "muerte a Israel".

La situación resulta aún más compleja si se tiene en cuenta que Irán, el país que legitimó su designación y posterior nombramiento, es uno de los 187 miembros de Interpol, el mayor órgano policial internacional del mundo.

Vahidi es considerado por la justicia argentina uno de los responsables de planificar y financiar el atentado que voló la AMIA el 18 de julio de 1994, causando la muerte de 85 personas inocentes. A raíz de esa acusación, pesa sobre él desde hace más de dos años un pedido de captura de Interpol, desconocido hasta la actualidad por Irán, tanto en palabras como en hechos.

Este militar de 52 años es uno de los funcionarios iraníes cuya captura internacional reclama infructuosamente la Argentina desde 2007, al igual que lo hace con otros funcionarios de esa república islámica.

Por su parte, el grupo de los acusados y reclamados por nuestro país ante la justicia internacional lo completan el ex presidente de Irán Alí Akbar Hahsemi Rafsanjani; los ex ministros Alí Fallahijan y Alí Akbar Veleyati; el ex comandante Moshen Rezai; el ex jefe de Seguridad Exterior Imad Fayez Moughnieh; el ex consejero cultural de la embajada Mohsen Rabbani, y el tercer secretario de la delegación diplomática en Buenos Aires, Reza Ashgari.

Cuando voló la AMIA, Vahidi era el jefe de una unidad de elite de la guardia revolucionaria iraní: las fuerzas Al Quds, responsables de las operaciones militares del gobierno de Teherán en el extranjero y de numerosos atentados terroristas en diferentes partes del mundo. Con rango de general, tuvo durante más de una década un rol preponderante en el ejército.

En tanto, el Ministerio de Defensa no es un destino nuevo para él. Actualmente es el segundo de esa cartera y, como tal, acompañó al presidente Mahmoud Ahmadinejad en varios de sus viajes. Además, desde el ataque a la AMIA, nunca dejó de ser funcionario.