Un opositor ganó la capital de Córdoba

CORDOBA.- Esta capital provincial, la segunda ciudad de la Argentina en número de habitantes, le dio ayer un duro golpe al bipartidismo peronista-radical e instaló en lo inmediato y con fuerza una nueva figura en el mapa político provincial. Se trata del ex fiscal anticorrupción Luis Juez, quien se convirtió en intendente electo con un aluvión de votos.

Al cierre de esta edición, con el 56,39 por ciento de las mesas escrutadas, el Frente Nuevo de Luis Juez ganaba en la capital cordobesa con el 55,39% de los votos; el oficialista Unión por Córdoba, 23,11%, y la UCR, el 8,21%.

La fuerte expresión de cambio de los cordobeses de esta ciudad implica un castigo para el gobernador José Manuel de la Sota, en particular a su alianza con la Ucedé que entronizó como jefe comunal a Germán Kammerath, considerado aquí casi por unanimidad como el peor intendente de la historia.

Sin embargo, a nivel provincial la oficialista alianza Unión por Córdoba mantuvo su condición de primera fuerza, aunque no alcanzó ni por asomo el 52 por ciento con el que De la Sota consiguió su reelección hace tres meses, a pesar de lo cual mantendrá la mayoría en la Legislatura local.

La derrota en la capital cordobesa afecta sólo tangencialmente al presidente Néstor Kirchner, quien en la semana previa a la elección apoyó tibiamente al candidato del delasotismo, Alfredo Keegan, al posar para un afiche de campaña.

El vencedor se encargó ayer de pasarle esa factura al gobierno nacional en vivo y en directo por los tres canales de televisión cordobeses. Justo cuando iba a iniciar una conferencia de prensa, a las 20, alguien le acercó un celular. Del otro lado de la línea, según el dirigente, estaba el ministro del Interior, Aníbal Fernández.

Ironías

"Gracias ministro por la felicitación y mándele un abrazo al Presidente (Kirchner), que este triunfo también es de él, a pesar de que se sacó el afiche con otro", se escuchó decir al ex fiscal que, estratégicamente, mantuvo durante toda la conversación el micrófono abierto.

Al cierre de esta edición, según las cifras de la elección para diputados nacionales, el PJ obtenía el 33,19% de los votos, el Frente Nuevo, 32,22% y la UCR 20,22%.

Por efecto de arrastre y por la excelente elección de Juez en Córdoba capital, el radicalismo quedaba como tercera fuerza a nivel provincial, un resultado ominoso para un partido que fue hegemónico durante los 16 años (1983-1999) que gobernó el distrito.

Esta dura caída se traduciría, además, en la pérdida de la banca de senador nacional por la minoría y, por lo menos, dos de los cuatro diputados nacionales que la UCR puso en juego en estos comicios.

En este eventual escenario, la performance del Partido Nuevo apuntaba a más de lo esperado por los más optimistas de sus dirigentes.

Una fuerza creciente

Además de la elección de Juez, también el Frente Nuevo podría ubicar a un senador nacional -el vecinalista Carlos Rossi- y tres diputados nacionales, según las proyecciones estimadas anoche.

El lento escrutinio le otorgaba al PJ la revalidación de los cuatro escaños que renovaba en la Cámara de Diputados, aunque disputaba una quinta banca con la UCR, y de los dos senadores nacionales por la mayoría, que a partir del 10 de diciembre serán el empresario Roberto Urquía y Haidé Giri.

El triunfo de Juez comenzó a confirmarse apenas finalizados los comicios, cuando las encuestas en boca de urna divulgadas por los medios de comunicación de esta capital coincidieron en darle más de 30 puntos de ventaja sobre Keegan.

Todos esos sondeos ubicaron al ex fiscal anticorrupción por arriba del 50 por ciento de los votos.

Resultados tan abrumadores llevaron a que el oficialismo y la UCR reconocieran su derrota apenas pasadas las 18. Así, cuando aún se votaba en algunas escuelas de la provincia, el primer candidato a diputado nacional de Unión por Córdoba, el peronista Jorge Montoya, admitió que Juez ya era intendente electo.

Unos minutos después hizo lo propio el candidato radical a la intendencia, el diputado nacional Luis Molinari Romero, quien anticipó el debate que se viene en la UCR.

"Al radicalismo le corresponde hacer una profunda autocrítica, pero no me arrepiento de haber asumido la responsabilidad que otros no se animaron a hacer", disparó Molinari Romero, un tanto golpeado, aunque se preocupó por advertir que "se equivoca el que cree que por este resultado electoral el radicalismo desaparece".