
Sus integrantes se desempeñan en la huerta y preparan comidas en Los Girasoles, de Carlos Keen
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Susana Esmoris y Hugo Centineo crearon hace doce años la Fundación Camino Abierto, después de abandonar la comodidad y holgura de un modo de vivir que no los hacía felices. Y en la búsqueda de sentido para sus vidas, lograron dar significado a la de varios chicos que, por diferentes motivos, no podían estar con sus padres.
De este modo invirtieron su capital y apelaron a la ayuda de amigos para encontrar un espacio amplio y natural, donde actualmente conviven quince chicos, de entre 9 y 21 años. Además de ir a la escuela, aprenden la importancia fundamental de los valores del ser humano, transmitidos principalmente a través de la cultura del trabajo.
"En la educación de un nuevo hombre tiene un valor fundamental el contacto con la naturaleza y el hecho de no poseer televisor en la fundación", comenta Susana.
Tarea artesanal
A su vez, los chicos que viven allí tienen la posibilidad de desarrollar su talento natural a partir de la diversificación de las tareas: la labor en la huerta y el cuidado de la gran variedad de animales; la cría de pollos, conejos, cerdos, y el trabajo en el tambo. La sospecha de que está todo dispuesto en función del aprendizaje de los chicos se confirma con las palabras de Susana: "Cocinamos mucho en el horno de barro para que los chicos vean cuánto se puede hacer, aun si no se tiene gas", comenta.
El fruto del trabajo que realizan durante la semana se ve en el restaurante Los Girasoles, donde desempeñan diferentes funciones, desde la cocina hasta la atención, siempre esmerada e impecable, al público que asiste.
Si bien Camino Abierto es una fundación prácticamente autosustentable, con el paso del tiempo han ido adquiriendo apoyo de los diferentes gobiernos nacionales y provinciales, de ONG internacionales y de nuestro país, así como de empresas privadas que los acompañan en su acción.
A la tradicional actividad del restaurante se agregó los sábados de agosto y septiembre -por iniciativa de la bodega Catena Zapata- la presencia de reconocidos chefs, que preparan un menú especial para cada día. De este modo, ya pasaron por Los Girasoles Pablo Massey, Paula De Felipe y Samanta Leske, que comenta: "Vine a enseñar lo que sé hacer, pero la que aprende más de esta experiencia con los chicos soy yo".
Para hoy esperan la presencia de Dolli Irigoyen, y en septiembre se acercarán otros cuatro renombrados chefs, para completar de este modo el grupo de ocho, que desinteresadamente dedican su tiempo a beneficio de los chicos. Los menús que preparan constan de entrada, plato principal y postre, y tienen un costo de 35 pesos con vino Uxmal incluido en el costo.
Más cerca
La fundación ofrece además la posibilidad de hospedarse y conocer de cerca su actividad, en una cabaña de adobe y madera, en cuyo diseño y construcción participaron los chicos, que está abierta al público todo el año.
La Fundación Camino Abierto y el restaurante Los Girasoles funcionan en Julio Roca s/N°, Carlos Keen (a 13 kilómetros de Luján).
Para llegar, por Acceso Oeste, hay que pasar las salidas de Luján; la primera, luego de la Bajada Puente Roca, es la Bajada Carlos Keen. Hay que doblar a la derecha y después de 13 kilómetros de asfalto se llega al pueblo.
Nuevamente hay que doblar a la derecha y continuar unos 200 metros hasta la esquina de la despensa Ca-chi. Después tomar la calle Roca hasta el cartel de la fundación y el restaurante.
Reservas para el restaurante Los Girasoles o para el servicio de hospedaje, por el 02323- 495041.



