Como en todo, la pandemia resaltó lo bueno y lo malo de las cosas, dejó en evidencia que muchos de los edificios categorizados como AAA ya no responden a las nuevas necesidades de los usuarios inmobiliarios de estos tiempos con las consecuencias que esto implicará.
A esto hay que sumarle, que en breve llegará una nueva oferta de m2 con alto nivel de tecnología, un management focalizado en aportar valor agregado a los usuarios, y sobre todo, con amenities que permitan la colaboración y la construcción de comunidad, respondiendo así a todos los requerimientos que el mercado está demandando.
Los propietarios de edificios AAA deberían preocuparse por que sus oficinas no caigan de categoría y pasen a ser clase B en menos de un año, con el impacto que esto generará en el valor de sus activos y sus rentas.
La única alternativa es reconvertirse para seguir siendo competitivo. Por ello, hay que repensar los edificios, reconfigurar sus espacios, adecuar sus propuestas de servicios de management, actualizar sus tecnologías, y reducir los gastos operativos.
Este es el momento ideal, ya que el costo de construir en dólares está en sus mínimos históricos y la baja en la tasa de ocupación de las oficinas durante el próximo tiempo permitirá realizar los trabajos con mayor facilidad.
El resultado de este proceso se verá reflejado en la atracción de compañías interesadas en estas oficinas, niveles óptimos de ocupación y valores de renta de activos AAA.
Llegó el momento de convertir la preocupación en acción, ¡empecemos!
*El autor es Director de Waves in movement, compañía especializada en gerenciamiento y operación de edificios corporativos.
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