Elbio Stoler: el desarrollador que convirtió cada crisis en una oportunidad
De una pequeña oficina hace 20 años a los 700 m² actuales del piso 13 en DOME Business Plaza, el director de ADN cuenta su historia de crecimiento exponencial y los secretos de una fórmula que resistió los vaivenes económicos del último tiempo.
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¿Qué significa Dome Bussiness Plaza para ADN? ¿Por qué es un ícono?
DOME Business Plaza expresa lo que es ADN. Es nuestra historia y también nuestra experiencia. Desde que uno llega al edificio hasta que ingresa la unidad, percibe un todo: las vistas, los aromas, las terminaciones, los materiales, la iluminación y la calidez de los espacios. Cada detalle fue pensado desde el primer minuto. DOME es el resultado de veinte años de aprendizaje, de escuchar al cliente y de animarnos a innovar sin perder la esencia.
¿Por qué decidieron mudar las oficinas de la compañía a este proyecto? ¿Qué representa en lo personal este nuevo hogar para ADN?
Mudar las oficinas de ADN a DOME Business Plaza fue una decisión tomada desde la génesis del proyecto. Queríamos que nuestra casa reflejara nuestra identidad: un espacio que combine diseño, calidad y visión a largo plazo. En lo personal es muy gratificante ver el crecimiento de aquella primera oficina de 3x8 a la de hoy de 700 m². Creo que simboliza el camino recorrido. Hoy puedo decir que alcanzamos un objetivo que soñamos desde el inicio: construir un lugar que exprese lo que somos y hacia dónde vamos.

Hoy día, como fundador y CEO de ADN, ¿qué diferencias encontrás en dirigir la empresa respecto de hace 20 años cuando arrancaste?
Mucho cambió en estos 20 años, pero lo esencial sigue intacto. Al principio trabajábamos en proyectos de 1.500 m²; hoy desarrollamos obras de 15.000 y tenemos en carpeta otras de mucho mayor escala. Ese crecimiento no fue producto de un salto abrupto, sino de una evolución constante, basada en el aprendizaje y la confianza. La otra gran diferencia está en la profesionalización: hoy ADN es un equipo consolidado, con especialistas en cada área, capaces de abordar proyectos de alta complejidad con el mismo compromiso de siempre. Lo que no cambió es la pasión por crear, por imaginar y hacerlo realidad. Esa energía es la que mantiene viva a la compañía.
A partir de esta nueva relocalización, ¿cómo se proyecta ADN hacia el futuro?
Esta nueva casa nos impulsa a mirar hacia adelante con entusiasmo. Cada etapa que alcanzamos nos invita a soñar la siguiente. Nuestro futuro se apoya en la misma filosofía que nos guio desde el primer día: crecer sin saltear pasos, mantener la excelencia y cuidar la confianza de quienes nos eligen. ADN Developers seguirá apostando por un Real Estate que combine diseño y valor.
¿Cómo cambió el rol del desarrollador inmobiliario en Argentina en los últimos años?
Desarrollar en Argentina siempre fue un desafío. Las reglas cambian, la economía se mueve y los contextos políticos se transforman. Pero, justamente por eso, aprendimos a mantenernos firmes. Desde el inicio decidimos no depender de la coyuntura, sino de un modelo propio: lanzar solo cuando el proyecto tiene garantizado su financiamiento. Esa filosofía nos dio libertad y solidez. Nos permitió sortear crisis, sostener el ritmo de construcción y llegar al final de cada obra con todas las unidades vendidas. Esa consistencia es lo que explica la permanencia y el crecimiento de ADN Developers a lo largo de los años.

Como empresario líder del sector, ¿cuál creés que fueron las claves para el crecimiento exponencial de ADN en los últimos años?
Creo que el crecimiento de ADN tiene una explicación sencilla: pensar cada proyecto como si fuera único y sostener las decisiones con convicción. Cuando compramos el terreno de Libertador y Olazábal, la tendencia marcaba otro rumbo. Muchos nos sugerían hacer residencias, pero elegimos desarrollar oficinas. Luego llegó la pandemia y el mercado dudó de los espacios de trabajo. Nosotros no. Creímos en el proyecto, en la ubicación y en la necesidad de seguir creando lugares que inspiren productividad y comunidad. Esa firmeza, sumada a una gestión profesional y una reputación basada en la confianza, es lo que nos permitió crecer, incluso cuando el contexto invitaba a revisar la decisión inicial.
¿Porqué eligieron cruzar la General Paz y hacer su primer proyecto en Puertos? ¿Qué oportunidad vieron?
Vimos en Puertos un ecosistema ideal para nuestro producto. El tipo de desarrollo, la infraestructura y el perfil de público encajan perfectamente con la propuesta DOME. Además, detectamos una oportunidad: llevar nuestro estándar de diseño y calidad a un ámbito donde aún no existían proyectos de ese nivel. Continuar desarrollando en la Zona Norte fue un paso lógico dentro de nuestro crecimiento. Ya estamos estudiando nuevos proyectos en la zona, tanto residenciales como comerciales, porque creemos que el corredor seguirá consolidándose como uno de los polos urbanos más dinámicos del país.

¿Cuáles son los proyectos en ejecución y cuáles las próximas inauguraciones?
ADN está transitando una etapa de expansión con varios hitos en simultáneo. En breve lanzaremos dos nuevos desarrollos en torre: Arcos y Sucre, en Belgrano, que combina elegancia clásica y modernidad; y Beruti y Godoy Cruz, en Palermo, un enclave urbano de gran vitalidad. A la par, estamos finalizando Cabello y Lafinur, avanzando con obras en Cabello y República Árabe de Siria, Boulevard Cerviño 3941 y en Humboldt y Paraguay. Todos bajo el concepto DOME, que son proyectos que reflejan nuestra visión: arquitectura de calidad en ubicaciones estratégicas.
¿Qué proyectos a futuro tiene la empresa?
El futuro de ADN está marcado por la diversificación y la escala. Actualmente avanzamos con un proyecto icónico en Palermo, en un terreno de 5.000 m², que reunirá un hotel, residencias, oficinas y un zócalo comercial de primer nivel. A la vez, estamos desarrollando nuevos conceptos comerciales en la Zona Norte, donde vemos un potencial enorme para la integración entre trabajo, servicios y calidad de vida. Y dentro de nuestra expansión suburbana, Puertos tendrá su segundo proyecto DOME, con unidades más compactas, orientadas a quienes buscan diseño, confort y accesibilidad.

¿Cómo te ves vos y a ADN dentro de 10 años?
Dentro de 10 años me imagino igual que hoy: disfrutando lo que hago y con la misma pasión del primer día. ADN va a seguir creciendo porque es parte de nuestra naturaleza. Pero más allá de los metros construidos o los proyectos nuevos, lo que quiero que permanezca es la esencia: la mezcla de entusiasmo y compromiso que nos define, que nació en aquel pequeño local y que con el tiempo se transformó en esta compañía que representa nuestra evolución.
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