Cada vez son más los locales comerciales que suman rubros en busca de incrementar su facturación
Algunos concibieron esta alternativa para costear el alquiler de sus locales y otros, con la intención de ofrecer un plus a sus clientes. Como centros de reunión y recreación, los locales con ofertas mixtas marcan tendencia.
Comprar un libro puede ser una odisea o un momento de distensión, según el lugar que se elija. En Buenos Aires hay varias librerías que ofrecen un espacio para que, además de disfrutar del placer de la lectura, los clientes puedan acompañar el momento con un café o una copa de vino. "Cuando pensamos incluir bar a la librería, la idea original era sumar dinero para pagar el alquiler. Luego, por el ambiente que se generaba, nuestros clientes nos decían muchas veces que se querían quedar a vivir aquí, era muy gracioso", dijo Néstor Pascuzzo, uno de los tres dueños de Crack Up, una de las librerías de Palermo.
Esta predisposición modifica, en ciertos casos, los hábitos de consumo: "Nos ven leer, tomando un café; los clientes esperan que terminemos de almorzar. Se transforma un poco la idea de apuro: si el libro no está, esperan un par de días a que se lo busquemos; la lectura y la relación con el tiempo son innovadoras", asegura Pascuzzo.
La idea es complementar con otros rubros el clásico snack. Ignacio Guillén, gerente del departamento comercial de Bullrich, explicó: "Hace unos años, los pequeños bares o cafés de barrio comenzaron a incorporar otros rubros. Casi siempre de origen artesanal. Tenemos las ferias itinerantes de diseño. Su origen principalmente fue en la zona de plaza Serrano. Ha sido tal el éxito que varios locales se transformaron en exclusivas ferias de diseño. Lo hicieron agrupando a pequeños productores".
Comienzos
Esta tendencia mixta nace cuando la gente comienza a buscar algo distinto de la gastronomía ligera. Así surgió la idea de consumir acompañado por un libro escuchando algo de música tranquila. "Uno de los primeros bares temáticos es el que se encuentran frente a la plaza Vicente López, Ópera Prima, o Clásica y Moderna, en Callao. Con un proyecto aún más ambicioso está El Ateneo, sobre la avenida Santa Fe", comentó Guillén.
Hace aproximadamente diez años, las marcas importantes eligieron Palermo Viejo como lugar de tendencias y posicionamiento, y agregaron un servicio de bar. Horacio Berberian, de Inmobiliaria Shenk, sostiene que los principales rubros mixtos que se fusionan en la zona de Palermo tienden a ser arte y bar, indumentaria-bar y librería-bar. En general, en Palermo las casas de estilo con doble altura son las más buscadas como locación para este tipo de actividades. Los valores en la zona para este tipo de unidades tienen un promedio de $ 30.000 para alquiler y rondan los US$ 900.000 para la venta. Por ejemplo, una casa de estas características en Armenia 1600 para alquiler está tasada en $ 37.000 mensuales. En Malabia esquina Gorriti, un local antiguo se ofrece en alquiler por $ 18.000 mensuales. Sobre Honduras al 4700, una vieja casona reciclada se arrenda a $ 42.000 por mes. Para la venta, en Gorriti al 4800 una casa con las mismas características parte en los 890.000 dólares.
Las propuestas de espacios mixtos transformaron los sitios en puntos de encuentro: "Un lugar que no es la casa ni el trabajo y al que se puede ir a no comprar, aunque el solo hecho de encontrarse ahí motiva el contacto con los libros y el deseo de tenerlos. Esto propone una experiencia diferente", dijo Jorge González, director comercial del Grupo Ilhsa (El Ateneo).
González se refiere a los inicios del café que actualmente funciona en el Ateneo Grand Splendid: "En su comienzo fue una estrategia más de diferenciación y su éxito nos sorprendió".
Además, la combinación de servicios incrementa notablemente la afluencia de público: "Incorporar actividades múltiples generó grandes cambios con la transformación de librería tradicional a espacio cultural: librería-galería de arte-café concert-restaurante-confitería. Esto diversificó el perfil del público y lo aumentó", asegura Ana Albarellos, responsable de prensa de Clásica y Moderna, una librería tradicional de la ciudad que fue pionera en servicios de estas características.
En Barrio Norte, para la instalación de estos locales por lo general se busca en calles perpendiculares a las avenidas. También en zonas cercanas a centros comerciales y shoppings. Incluso cerca de espacios verdes. Los locales requeridos rondan entre los 110 y 150 m² de planta baja. "Respecto de los valores de alquiler, en locales dependerá de su frente, la cuadra, vereda, etcétera. Por ejemplo, un espacio sobre la avenida Callao al 1200, de cinco metros de frente y 157 m² se alquiló en 17.500 pesos", aseguró Guillén.
Otros rubros
No sólo las librerías incorporan la opción gastronómica. El rubro de la indumentaria se está sumando a este fenómeno. Tal es el caso de Wanama, que en su local de Unicenter Shopping cuenta con un bar donde las clientas pueden disfrutar de la moda desde una alternativa diferente. "Siempre nuestra intención es sumar, darle un valor agregado al cliente y generar una experiencia de compra. Incorporando a Biutiful logramos reunir moda, decoración y buena gastronomía", afirmó Emiliano Fitá, director y dueño de Wanama.
Biutiful, el bar de Wanama, tiene un público variado: por un lado, los clientes habituales que conocen la marca y se sorprenden gratamente porque tienen la opción de quedarse a tomar un café o almorzar. La gente convirtió en parte de su rutina desayunar en el bar o tener sus reuniones de trabajo allí. Algunos comienzan desde cero a montar este estilo de negocios; otros se adaptan como estrategia comercial, pero todos obtienen una respuesta favorable por parte de los clientes: "La oportunidad de poner un freno en la ciudad es una de las cosas que más gustó", concluyó Pascuzzo.