En la ex embajada de Uruguay funciona una universidad

El barrio de Recoleta cuenta con uno de los mejores exponentes de la arquitectura brutalista de la ciudad de Buenos Aires: el famoso edificio que se encuentra ubicado en la esquina de Ayacucho y la avenida Las Heras. El inmueble en donde hasta hace unos años funcionaron la embajada, el consulado y las agregadurías militares, turísticas y culturales de la República Oriental del Uruguay hoy es la sede central de la casa de estudios de la Fundación Héctor Barceló para el desarrollo de las ciencias de la salud.

El edificio de 14 pisos, que fue construido en 1973 y que lleva el sello de los arquitectos Mario Payssé Reyes, Perla Estable, Carlos Peluffo y Nayla Laxalde, fue adquirido en 2014 por la entidad educativa por US$12,5 millones. El inmueble tiene alto valor patrimonial dado que cuenta con más de una decena de murales de prestigiosos artistas uruguayos, entre los que se destacan Julio Alpuy y Edwin Studer, entre otros.

La torre, al momento de la compra, se encontraba en muy mal estado de conservación ya que solo se utilizaban las primeras cinco plantas. De los cuatro ascensores solo dos tenían motor. "Los trabajos de conservación demandaron tres años y se requirió un desembolso de casi US$20 millones para refaccionarlo y convertirlo en un moderno centro de formación universitaria", explica Axel Barceló, vicerrector de la universidad desde 2010.

El nuevo espacio de 6839 metros cuadrados cuenta con 14 aulas equipadas con tecnología de última generación, salas de teleconferencias, un auditorio para más de 200 personas, un espacio para conferencias con 100 plazas, una biblioteca, oficinas y espacios adaptados para la enseñanza. "Las reformas se hicieron cuidando el valor cultural y patrimonial del espacio", comenta Barceló.

En donde hoy funciona la recepción, antiguamente se encontraban las cocheras. La embajada había cambiado su función mucho antes haciendo del lugar un espacio guardacoches, en cuya intervención se tapó un mural con paneles de roca de yeso. El arquitecto Juan José Barros Tomé, encargado de la reforma del edificio y de la puesta en valor, se había notificado de la existencia de esa obra de arte. Luego de la observación de los planos originales y del análisis de viejas fotografías, se propuso sacar del ostracismo al mural. Con la reciente remodelación se descubrió la obra que actualmente ocupa un lugar de privilegio y se encuentra en el área de la recepción.

Una parte importante de la inversión se destinó al diseño interior, que responde a características modernas y funcionales. "El edificio además, cuenta con un layout que podría ser digno de una empresa corporativa. Priorizamos mucho los espacios colaborativos y abiertos, entendiendo que resultan fundamentales en cualquier espacio educativo. Las oficinas cerradas son solo para los directivos que necesitan por cuestiones organizativas tener reuniones o encuentros privados. Sin duda las obras artísticas que aquí existen son las protagonistas de nuestro espacio", sostiene Barceló.

"Esta nueva sede es un reflejo más de nuestro compromiso con el desarrollo del país y de la educación universitaria en ciencias de la salud", resalta Héctor A. Barceló, rector de la institución. Además, enfatiza en que el proyecto refleja "la materialización del crecimiento de la institución" y que es "un eslabón más en este camino que se comenzó a transitar hace 50 años".

La apuesta en este emprendimiento le permitió a la casa de estudios concentrar todas las actividades en un mismo lugar y lograr no solo la reducción de costos sino también una optimización de recursos. "Al mudar la mayoría de los sectores de la entidad a este inmueble logramos bajar los gastos administrativos, de mantenimiento y seguridad", reconoce el vicerrector.

El crecimiento de la entidad también se denota en la consolidación de sus sedes educativas ubicadas en Buenos Aires, La Rioja y Santo Tomé, en la provincia de Corrientes, que conforman una verdadera red federal de educación en ciencias de la salud de gran impacto regional. Pero los planes de crecimiento de la entidad no se detienen. Según Barceló, ya comenzaron a proyectar los próximos pasos. "Recientemente logramos adquirir un terreno lindero a nuestro edificio. Allí pensamos construir un centro de simulación médica. Un espacio de última generación de 5000 metros cuadrados donde coexistirán desde laboratorios de investigación hasta sectores dedicados a simuladores, que les permitirán a los estudiantes y médicos trabajar en casos de altísima complejidad", finaliza.