La fabulosa jugada de Miley Cyrus para vender su casa de California

De ícono Disney a reina del pop y ahora a estratega inmobiliaria. En medio de la inactividad en el ambiente de los espectáculos por la pandemia, Miley Cyrus compró una mansión de 4,8 hectáreas en California por una suma de US$4,9 millones. Un año después, la cantante aumentó la apuesta: renovó la decoración hogareña con un estilo muy psicodélico y rockero y vendió la propiedad a US$7,2 millones, llevándose una ganancia de US$2,3 millones.

Llena de muebles tapizados y paredes invadidas de animal print, la artista contó con las mentes creativas de su madre, la decoradora Tish Cyrus, junto a Mat Sanders para el rediseño del interior. El cambio fue radical. El blanco pacífico y luminoso fue reemplazado por los estampados más extravagantes y diversos.

Con 1950 m², la casa en Horsey Hidden Hills fue originalmente construida en el año 1957. Para los ojos, la ambientación que hizo Cyrus es un festín. Sillones multicolor en forma de caracol, sillas estampadas de símil piel de cebra, alfombras de diseños persas, paredes con papeles de piel de leopardo y un sinfín de muebles de diseño, son algunos de los estilos que conviven en la propiedad.

Si bien la identidad del nuevo dueño permanece oculta, hay grandes probabilidades de que sea una personalidad de alta exposición pública ya que en este barrio californiano habitan muchos famosos del mundo del deporte y la música hip hop.

La reambientación alcanzó a la totalidad de los seis dormitorios y seis baños. Entre los lujos más destacados, se encuentran una sala de cine, pisos de madera de roble francés y una cocina con tragaluz equipada con electrodomésticos SubZero y Wolf de diseñador.

De las dos suites principales, la que se encuentra en el piso de arriba es la más espaciosa y suma una chimenea, un vestidor, un balcón privado con vistas al patio trasero y un baño revestido en mármol que se diferencia de la planta baja.

En el exterior, un patio de hormigón rodea la pileta y al costado de un pabellón al aire libre hay una cocina exterior. Todos estos lujos alcanzan a cubrir apenas menos de la mitad del lote. El resto del espacio permanece intacto, por lo que expertos inmobiliarios señalaron que la ladera podría convertirse “fácilmente” en un viñedo o instalaciones ecuestres.