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La oportunidad del ladrillo bursátil
Con el gobierno de Mauricio Macri, los precios de los inmuebles recuperaron su tendencia alcista, aunque lejos de las tasas de crecimiento de los años previos. Adicionalmente, el “comprar y alquilar” se ha convertido en un negocio de poco margen.
Estudios privados indican que encontrar un retorno neto de 2,5% anual en moneda dura en la renta inmobiliaria es una tarea muy difícil.
Una estrategia complementaria, y no sustituta es lo que denominamos la inversión en “ladrillos bursátiles”. Se trata de invertir una parte del dinero excedente del ahorrista en acciones que cotizan en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires y que tienen una fuerte vinculación al negocio de la construcción e inmuebles.
Entre las ventajas se destaca la liquidez. Las acciones se pueden comprar y vender inmediatamente con una disposición de 72 horas hábiles, permitiendo una flexibilidad muy ventajosa respecto la inversión en ladrillos tradicionales. Adicionalmente, los costos de transacción son muchos menores: la comisión bursátil que cobra el intermediador financiero, contra gastos de escritura, de inmobiliaria, entre otros.
Desde ya que invertir en acciones es mucho más volátil y riesgoso que tener una propiedad en sí, pero el retorno puede ser realmente atractivo. Por ejemplo, desde la asunción de Macri, la acción de Consultatio (CTIO) subió 41 por ciento, mientras que la de Dycasa (DYCA) referente del sector de la construcción, tanto en desarrollos públicos como privados, se incrementó 54 por ciento. Finalmente la cementera Holcim (JMIN) ganó 232 por ciento.
Un dato no menor para los inversores que con el alquiler están acostumbrados a recibir un flujo de ingreso permanente, es que tanto Consultatio como Holcim distribuyen dividendos en efectivo, De esta manera, en una cartera diversificada, hay lugar para la convivencia de los ladrillos “físicos” con los “bursátiles”.
*El autor es jefe de estrategia de MB Inversiones
