La dificultad para conseguir dólares a precio oficial y su creciente brecha con el paralelo generan un clima enrarecido. Así, es lógico que cada vez más, quien tiene ingresos que resguardar contemple la alternativa de invertir en propiedades, pero también deducirá que, en ese caso, a igualdad de monto hay que apuntar a lo sofisticado y exclusivo aun sacrificando tamaño, pues ahí es donde podrá esperar valorización y buena renta.
Si ya era costumbre, hoy más aún el que vende quiere dólares por su unidad usada o terminada y esto sólo se convalida para las de primer nivel. De otro modo, y con la inflación, el que vende tiene que tener en claro qué hacer con los pesos que reciba. Así, la rotación del usado lógicamente se lentifica. Los nuevos desarrollos, casi todos al costo, ofrecen una parte del valor en pesos al menos en lo que hace al costo de construcción, pero si se reciben unidades a cambio del terreno y pesos a cambio de los servicios, esa proporción puede aumentar ayudando a colocar los pesos del demandante y disminuyendo la cantidad de dólares requeridos. Hoy más que nunca será prudente ser muy selectivo en cuanto al proyecto, su respaldo y su potencial de valorización, a la vez que hay que evitar anticipos abultados que faciliten al desarrollador comenzar la obra con pocas unidades aseguradas para financiar el proyecto.
Estas reflexiones nos conducen a una de mayor profundidad: ¿cómo lograr condiciones macroeconómicas y reglas de juego claras, perdurables e inteligentes que permitan el fluido acceso a la vivienda a la clase media? Sólo con estabilidad y políticas de estado bien delineadas que se sostengan a través de sucesivos gobiernos, permitiendo la planificación a largo plazo, la implementación de mecanismos financieros, legales y fiscales que tengan en cuenta adecuadamente a toda la cadena de intervinientes y, de existir, con subsidios delimitados exclusivamente a los demandantes de ciertas tipologías y calidades.
Será imprescindible la constitución de equipos de trabajo donde intervengan los más autorizados profesionales y referentes de la actividad, capacitados para evaluar los factores que hacen a la sostenibilidad en el tiempo de las políticas y estrategias que se planteen.
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