El soufflé es como un budín pero más aireado, tal como su nombre en francés lo indica. Soufflé significa “soplado” así que ese es básicamente el espíritu de cualquier preparación que lleve este nombre. Tiene que ser suave al paladar, resultar liviana y muy fácil de masticar. El soufflé de acelga hecho con claras de huevo únicamente es justamente la receta perfecta para lograr ese objetivo. Muy rico, muy fácil de preparar, rapidísimo y económico en la época en que las acelgas están de temporada, es una entrada o un plato principal que a todos les gusta. Esta receta, tiene crema de leche y queso rallado, así que, además es súper nutritiva e ideal para los chicos.
Lavar la acelga y blanquearla en agua hirviendo durante 5 o 10 minutos.
Derretir la manteca y agregar la harina, cocinar rápidamente e incorporar la leche y la crema de leche tibias. Cocinar revolviendo hasta espesar. Condimentar con sal, pimienta y nuez moscada.
Echar sobre la acelga bien exprimida y picada. Añadir el queso rallado y las claras batidas en punto de nieve. Unir todo suavemente y echar en un molde enmantecado, de paredes altas.
Hornear a fuego moderado durante 35 minutos, aproximadamente, sin abrir la puerta del horno. Llevar de inmediato a la mesa.
En lugar de soufflé de acelga sin yemas se puede hacer esta misma receta reemplazando el atado de acelga por 3 atados de espinacas.
Este soufflé de acelgas es riquísmo para comer en rodajas, frío o en sándwich.
Se puede poner el soufflé de acelgas en moldecitos individuales de muffins y quedan unos budincitos muy bien presentados.