El hijo de Carolina de Mónaco, Andrea Casiraghi, aterrizó en Río de Janeiro como invitado a una boda con aires de carnaval

Andrea Casiraghi y Tatiana Santo Domingo llegaron al calor de Brasil para estar en el casamiento de sus íntimos amigos, la diseñadora brasileña Alix Duvernoy y el español dedicado a las finanzas Antonio Echevarría. La impresionante boda duró tres días, uno más fabuloso que otro, y la lista de invitados incluyó ricos herederos, aristócratas e integrantes de importantes sagas familiares. Primero hubo una celebración íntima en el barrio de Santa Teresa, de Río de Janeiro, en la que estuvieron la it-girl italiana Bianca Brandolini, la princesa Faucigny-Lucinge y la diseñadora de joyas libanesa Noor Fares, entre otros invitados.

Al día siguiente, se celebró la boda en la cancha de la escuela de samba Estação Primeira de Mangueira. Como era de esperarse en tal escenario, nadie pudo contenerse ante el sonido de los tambores. Andrea (hijo de la princesa Carolina de Mónaco) y Tatiana, al igual que el resto de los presentes, se mostraron completamente mimetizados con el ambiente. El tercer día fue una verdadera fiesta: los novios organizaron su propio Carnaval de Río por las calles del barrio de Santa Teresa. Al frente, una banda callejera les abrió paso a los recién casados, radiantes de felicidad, que llegaron a bordo de uno de los populares tranvías amarillos que recorren parte de la ciudad para encontrarse con sus familias y amigos dispuestos a seguir de fiesta.

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