En 2013, abrió un blog de moda que dio un cambio de rumbo. Hoy sus talleres de RCP y primeros auxilios son un éxito
La vida puede cambiar en un instante. Agustina Ramos Mejía (37) lo sabe porque la suya cambió en el momento en el que su mamá, Ana, tuvo un accidente cerebrovascular y quedó en coma. Pudo haber muerto en el acto si no hubiera sido porque Guadalupe, la melliza de Agustina y médica, llegó corriendo a la casa por el llamado desesperado de su papá, que encontró a su mujer tirada en el piso del baño, adonde había llegado arrastrándose desde el lavadero. “Guada le hizo las maniobras de reanimación cardiopulmonar que conoce, hasta que pudieron trasladarla al hospital. Si hubiera estado yo en lugar de Guada, mamá estaría muerta, porque yo no sabía hacer RCP”, recuerda Agustina entre lágrimas. Aquel desesperante momento familiar tuvo un final feliz: después de días de internación y resonancias varias, su madre despertó del coma y hoy se encuentra bien. “No sabía hacer RCP”, dice Agustina, en pasado.
Ahora sabe y trabaja para concientizar sobre la importancia de la capacitación en situaciones de riesgo. “Lo que le pasó a mamá fue mi gran motor para emprender algo nuevo: empecé a organizar talleres de RCP y comunicar la importancia que tiene conocer la técnica de reanimación”, nos cuenta en su casa de Nordelta, donde recibe a ¡HOLA! Argentina junto a su marido, Facundo Pelliza (42), y sus tres hijos, Josefina (8), Martina (4) e Ignacio (1).
–¿Cómo comenzaste con los talleres?
–El primer taller de RCP lo hice en el quincho de casa. Con el pediatra de mis hijos, Eduardo Moreno Vivot –que tiene más de treinta años de trayectoria–, lo fuimos armando. En pocas horas, habíamos cubierto todos los cupos que había disponibles. Fue ahí donde me di cuenta de que podía hacer algo mucho más grande y empecé a formar un equipo de trabajo junto a otros especialistas.
–¿Cuál es tu objetivo?
–Yo quiero que todos tomen conciencia sobre la importancia de saber hacer RCP y primeros auxilios. Los talleres deberían ser obligatorios en escuelas, empresas, clubes… Todos deberíamos saber cómo actuar ante golpes, quemaduras, desmayos y convulsiones. El botiquín de primeros auxilios, por ejemplo, es algo muy importante en una casa.
–¿Cómo llegaste a Instagram, donde hoy tenés más de 270 mil seguidores?
–Estudié Comunicación Social en la Universidad Austral, me recibí a los 21 y tuve la posibilidad de trabajar para distintas compañías. Después de seis años en Vida Silvestre, decidí renunciar. Tuve el apoyo de Facundo, mi marido, que me alentó en mi decisión. En 2013, arranqué con el blog y con mi cuenta de Instagram. Siempre había querido hacer algo propio y comencé por ahí. En ese momento estaba todo más orientado a la moda.
–¿Qué cambió cuando tuviste a Josefina, tu primera hija?
–Cuando ella nació hace ocho años, pensé nuevamente sobre la finalidad de mis redes sociales y decidí cambiar un poco el foco. Hoy en día también hacemos talleres para embarazadas y talleres de crianza, límites, autoestima y estimulación. La clave está en saber reinventarse constantemente y ofrecer servicios útiles a la sociedad.
–¿Cómo te ves en tu rol de madre?
–Yo intento ser la mejor mamá que pueda ser y, si bien es una tarea intensamente agotadora, también es un rol increíble. El amor que uno recibe como madre es incomparable. Los hijos vienen a enseñarnos.
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