El jueves 26 aterrizó en el aeropuerto de San Fernando y partió a confinarse en un hotel. Viajó con Mauricio Filiberti en el jet Falcon 900, propiedad del millonario, quien también fue su anfitrión en el mar Mediterráneo
Después de pasar diez días de dolce far niente embarcada junto a su hija, Ámbar de Benedictis (19), que se instaló en París para estudiar Artes Visuales en La Sorbona, Juana Viale (39) regresó a Buenos Aires para retomar su trabajo. El jueves 26, cerca de las cinco de la mañana, aterrizó en el aeropuerto de San Fernando en un vuelo privado proveniente del aeropuerto de Pisa, Italia. Viajó en un avión privado, un Dassault Falcon 900EX de 2004, junto al millonario argentino Mauricio Filiberti, dueño del jet en sociedad con Nicolás Caputo, Alejandro McFarlane y Orly Terranova. El empresario, amigo de Marcela Tinayre, fue quien la hospedó a bordo del supercrucero Attila durante su cuarentena mediterránea en las aguas frente a Cerdeña. Madre e hija se despidieron de su descanso flotante el 25, y desde allí Ámbar partió rumbo a París para encontrarse con su abuela Marcela y ultimar los detalles antes de comenzar sus estudios. “Está terminando de asentarse”, reveló Juana, ya de vuelta en Argentina, en una videollamada con su abuela en La noche de Mirtha, desde el hotel donde cumplió la cuarentena hasta el lunes 30, para luego continuarla en su casa de San Isidro “durante tres días más”.