Un departamento de los años 70 se puso al día a partir de un cambio en la dependencia y cocina. Animarse a repensar por completo los espacios fue clave para ganar metros y funcionalidad.
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“En un comienzo, la idea era renovar y adecuar los espacios minimizando la obra gruesa, ya que los nuevos dueños querían mudarse lo antes posible”, cuentan el arquitecto Esteban Fallone y la diseñadora de interiores Jimena Marrano, socios de Fallone Studio, al frente del proyecto. Pero, luego de analizar la inversión y el impacto a largo plazo, los dueños y el estudio avanzaron en otra dirección para intervenir este departamento de 121 m2 construido en los años 70 en el barrio de Belgrano.
"Dudaban si maquillar o cambiar por completo la cocina y el lavadero. Terminamos haciendo una reforma total de esos ambientes, lo que acercó el departamento a lo que ellos realmente querían."
Arq. Esteban Fallone y D.I. Jimena Marrano, socios de Fallone Studio
Obra clave e interiorismo a medida
La renovación de la cocina se centró en una nueva distribución del equipamiento, el cambio de pisos, techos y paredes, y en un mobiliario diseñado a medida para hacerla más funcional y actual. “A pesar de las diferentes funciones de cocina y comedor, buscamos que hubiera una continuidad, que se leyera como un solo espacio largo sin compartimientos”, explican Fallone y Marrano. La unificación de los materiales y la paleta ayudaron a ese objetivo.
Para reformular la funcionalidad de la cocina, pasaron de dos bachas a una y la reubicaron, al igual que el anafe y el horno; también agregaron un lavavajillas. Además, la heladera estrenó lugar, ya que antes ‘cortaba’ el ambiente; ahora, está ubicada junto a la puerta, que ya marcaba una altura similar.
“Los dueños de casa querían mantener el concepto de isla. Al no tener tanto espacio, hicimos una más chica que lo usual y con bordes redondeados, para hacer más fluida la circulación”.
Otra intervención clave fue la iluminación: taparon las bocas originales de la losa y reposicionaron las salidas, con artefactos lineales en el falso cielorraso.
De sector de servicio a espacio de trabajo
Entre los pedidos esenciales que hicieron los propietarios estaba tener un espacio de trabajo para cada uno. Para el de él, aprovecharon la antigua dependencia de servicio –demasiado chica para ser un cuarto–, removiendo un placar y actualizando por completo el interior.
En un extremo instalaron el sector de home office, y aprovecharon el otro para los pasatiempos.
Modelo nuevo
El otro ambiente que fue transformado es el lavadero, potenciando el espacio de guardado con dos módulos a medida y con una actualización de estilo notable, gracias a la elección de los materiales y la combinación de tonos grises. El lavarropas, por su parte, ahora quedó en un antiguo baño de servicio que era muy pequeño, que pudo cambiar su función ya que la propiedad tiene otros 3 baños.
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