Aurora Figueras habla de su vínculo con el polo, el modelaje y las celebrities

A los 20, la joven modelo pasa revista a su familia y asegura que su estilo personal mezcla la moda con la naturaleza

Tiene 20 recién cumplidos. La cara lavada y un resfrío que no termina de irse, tras una noche atípicamente destemplada en pleno diciembre, luego de la Final del Abierto Argentino de Polo. Aurora Figueras impacta con esa genética heredada de su madre, la modelo y fotógrafa Delfina Blaquier, y de su padre, Nacho Figueras, polista y cara exclusiva de marcas como Ralph Lauren y Black Watch. Lo cierto es que la belleza está ahí, sin una gota de maquillaje. Hay algo de timidez en Aurora, pero también de ganas de salir al ruedo, como los potrillos cuando van ganando confianza. Hace dos años se independizó y dejó la vida nómade de la familia de polistas, ese ir y venir entre la casa de Argentina en el campo, la de la ciudad y una tercera en Wellington, Florida. En el medio, el mundo: Inglaterra, Australia, Los Hamptons, Dubái... Donde un partido los convoque, ellos van. Por eso su educación, cuenta Aurora, fue presencial o virtual desde cualquier lugar del planeta; a veces, incluso, tenían una tutora que viajaba con ella y sus hermanos Hilario (24), Artemio (14) y Alba (11). Hoy, dice, se está abriendo su propio camino. Es la mezcla perfecta de esa inocencia todavía latente y la madurez que asoma. De la sencillez del campo y la sofisticación adquirida en los encuentros con la realeza. Sin embargo, Aurora no muestra dejos de soberbia ni de chica presumida cuando nombra a Harry, Meghan, George [Clooney], David [Beckham], Sue [Ellen] o Ralph [Lauren], algunos de los “amigos de la casa”. Tampoco cuando se le escapan al pasar esos lugares donde suele pasar su tiempo en familia, como Aspen, Palm Beach o Los Hamptons. Hay en ella una elegancia natural y una alusión constante a lazos de familia inquebrantables. “El polo es hacer planes, siempre estás con alguien. Y nosotros, como familia, siempre estamos juntos”, afirma.

–¿Qué estás haciendo ahora?

–Desde hace dos años estoy estudiando Diseño Industrial en la Universidad de Palermo. Justo ahora estamos en finales. Rendí esta mañana y me fue muy bien. La carrera me encanta.

–En tu familia hay un enorme sentido de la estética...

–Sí, en mi familia hay una fuerte atracción por la estética del diseño. Por el lado de mamá, está todo el legado de mi bisabuelo y mi abuelo Frers con sus diseños de barcos. Y también está el legado de mi tío Eduardo Blaquier, que hace esculturas y muebles con maderas y fuego. Supongo que algo debo haber heredado, porque me gusta mucho diseñar.

–Las familias de los polistas son bastante nómades, ¿cómo hacés con los estudios?

–No puedo faltar a la facultad, así que me quedé a vivir en Buenos Aires. Ahora solo viajo en vacaciones.

–Te independizaste.

–Sí, vivo en lo de mi abuela Delfina (Frers), pero sola, porque ella está instalada en San Isidro. Así que es como que vivo con ella, pero “virtualmente”: la veo los fines de semana cuando voy a Pilar por el polo.

–¿Y qué pasa con tu familia, ahora que no vivís con ellos?

–Los extraño un poco, pero igual los veo bastante. Solo estamos separados algunos meses.Igual confieso que soy bastante independiente. Los viajes que hice, aunque fueron siempre con mi familia, mis abuelos o mis amigas, me ayudaron a aprender a moverme y me enseñaron a estar sola.

–¿Qué te gusta del campo?

–Es casi una obviedad, pero los caballos. Puedo pasarme horas con ellos. Encierro algunos potrillos en un potrero y los amanso con la rasqueta. Me puedo quedar el día entero.

–Familia de polistas: tu padre, tus hermanos... ¿y vos?

– Puede ser que haya algo de esa cosa de estar metida en el mundo del polo que es como una gran familia unida que te va llevando a subirte al caballo. Me gustaba mucho de chica, pero después empecé a no darle tanta bolilla, porque le metí más interés a intentar hacer las cosas bien en el colegio, y lo fui dejando. En el polo tenés que ser muy constante: mucha práctica y taqueo.

–¿No taqueaste más?

–Lo hago de vez en cuando, ¡pero cuando no hay nadie de la familia! Así estoy más libre y puedo usar los caballos sin que me molesten, porque cuando están en Buenos Aires tienen partido tras partido y no los podés ni mirar. Otra cosa que me gusta hacer en el campo es sacarles fotos a los caballos. Me despierto antes de que amanezca, a las cinco, y salgo a recorrer el campo. Y después, al atardecer.

–Por el trabajo y las relaciones de tus padres tuviste la posibilidad de conocer a muchísimas personalidades, desde el príncipe Harry y su mujer Meghan, hasta actores, cantantes, deportistas o mandatarios. ¿Quién te impactó más y por qué?

–Hay muchos que son amigos de mis padres y que quizás, y no es por soberbia, los veo más como sus amigos que como personas especiales o impactantes. No soy de encandilarme con las personas por quiénes son, sino por cómo son. Pero alguien que me cae muy bien es Chris Martin [vocalista de la banda Coldplay]. Es súper amoroso con nosotros. Lo re queremos y lo consideramos parte de la familia. Lo veíamos bastante en Los Hamptons. Ahora no nos cruzamos tanto porque él estuvo mucho de gira y vive en Los Ángeles.

–Tus padres son una pareja modelo. ¿Te gusta que a tu papá lo tengan catalogado como uno de los hombres más sexy?

–¡La verdad que no mucho! ¡Es mi papá! Además, en esa época en la que era modelo de Ralph Lauren, yo era más chica y me daba un poco de vergüenza. Y ahora, ya no está tan galancito [risas].

– De todos esos lugares que conociste, ¿con cuál te quedarías?

–Hace poco, la casa de ropa Zimmermann nos invitó a mamá y a mí a ver el lanzamiento de su colección durante tres días en la isla de Saint Barth, que me parece un paraíso. Otros lugares que me gustan siempre son Aspen en invierno, porque me encanta esquiar, y Los Hamptons porque es muy divertido.

–¿Con las redes como te sentís? ¿Te gustar ser modelo, influencer?

–Me gusta, me encanta la moda. Me divierte contar qué me pongo cada día y cómo lo combino. Hace poco entré en la agencia Lo Management y estoy viendo qué se puede hacer. Me gustaría mezclar la moda con la naturaleza, con el campo, con los viajes. Lo que es lo mío, mi vida.

–Si tuvieras que definir tu estilo, ¿cuál sería?

–Depende del día. Como yo ando mucho en las caballerizas estoy todo el día con básicos, mucho jean y remeras. A la noche lo subo un poco más. Mis marcas preferidas son Yves Saint Laurent y Anine Bing.

–¿Comidas y salidas?

–Como de todo, me encanta la palta. A la noche voy a Tequila, y de música lo que más me gusta es el reggaeton.

–¿Le pedís consejos a tu madre?

–No muchos, pero por ejemplo ayer estaba con un top y una pollera, y me parecía que estaba medio llamativa para ir a Palermo; le pregunté con qué le parecía que lo podía bajar y me re ayudó. ¡Me puso una camisa de jean negra de papá! La verdad es que me llevo bárbaro con los dos.

Por Gabriela Picasso

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