¿La caspa lleva a la calvicie?, ¿es hereditaria?, ¿es posible detenerla?, son algunas de las dudas más frecuentes
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Tal vez por cargar con el privilegio de ser el único ornamento natural del ser humano, el pelo -y su ausencia- siempre ha vivido en ese terreno común entre la salud y la estética. Terreno más que fértil en el que a lo largo de los años han brotado, madurado y muerto muchísimas creencias acerca de su cuidado, sus virtudes y su caída. Algunas de ellas son correctas, otras dudosas, e incluso algunas no tienen ni siquiera un pelo de verdad. Veamos algunas de las más difundidas.
1. La alopecia es una cuestión estética. No siempre. De hecho, la primera consulta relacionada con la caída del cabello debe hacerse a un médico dermatólogo. "El diagnóstico de alopecia -explica la doctora Graciela Rodríguez Costa, del Servicio de Dermatología del Hospital de Clínicas, que cuenta con un sector especializado en Caída del Cabello- requiere complementarse con un hemograma, una ferremia y un análisis completo de tiroides, ya que lo primero que hay que pensar (sobre todo en las mujeres) es en la existencia de una enfermedad tiroidea subyacente o una carencia de hierro."
2. Es una afección de la mediana edad. Depende del sexo. La mujer que llega a la consulta por pérdida de pelo generalmente lo hace después de los 50 años. En cambio, en los varones la afección es mucho más temprana y comienza alrededor de los 20 años.
3. Es hereditaria. Aunque en los hombres calvos casi siempre hay antecedentes de padres o hermanos en la misma situación, no todos los hijos de calvos repetirán la historia. A veces los genes puede manifestarse en unos hijos y en otros no.
4. Es un problema masculino. La forma más frecuente de calvicie se da efectivamente en los hombres, y es la llamada alopecia androgénica. Comienza alrededor de los 20 años, con la caída de pelo en la coronilla, y de a poco empieza a extenderse a la zona parietal y frontal, donde se pierde el implante que separa la frente de la cabeza, en el límite entre la piel y el cuero cabelludo. En las mujeres suele aparecer en la menopausia, pero el sector de pelo de la frente se conserva.
5. Los calvos tienen mucha testosterona. Falso. "Lo que ocurre -dice la especialista del Clínicas-, es que tienen una hipersensibilidad mayor a ese andrógeno. El receptor recibe la misma cantidad de testosterona, pero lo siente como si fuera mucho más, y así lo transmite al organismo."
6. Los calvos son más peludos en otras partes del cuerpo. Sí, si se trata de la alopecia androgénica que cursa con poco pelo en la cabeza y mucho en el pecho. No se sabe por qué no cae el pelo de allí ni el de otras zonas de la cabeza. "Es uno de los grandes misterios", dice Rodríguez Costa.
7. El estrés provoca alopecia. Es cierto. Muchas veces aparece circunscripta a una zona, y la gente cree que es tiña. Se llama alopecia areata, provocada por una situación estresante muy grande. Se recupera cambiando el estado de ánimo, y con infiltraciones en la zona y aplicación de iones. Y es uno de los pocos casos en los que se usa corticoides. Si el estrés es muy grande puede perder no sólo el pelo de la cabeza, sino el de todo el cuerpo. El estrés también puede provocar caída de pelo por la vasoconstricción que oprime al folículo piloso. En este caso, la caída es gradual y pareja en todo el cuero cabelludo. "Durante el corralito, ésta era una de las consultas más comunes de alopecia."
8. Cuando se encuentran pelos en la almohada, hay que consultar. Es cierto. Es la señal de alarma. Es normal que el pelo se caiga cuando nos bañamos, nos peinamos, sobre todo si el pelo se enreda con facilidad, pero si sobrepasa los 50 cabellos por día, hay que ver al médico.
9. Los planchados y tinturas provocan calvicie. Falso. Dañan el cabello, pero no al folículo piloso que está dentro del cuero cabelludo. En pacientes con hipertiroidismo o problemas de caída, se desaconsejan los brushings que obligan a la tracción permanente del pelo y, por consiguiente, lo arrancan.
10. Cortarse el pelo detiene la caída. Falso. El pelo, el visible, es tejido muerto. Por eso cuando lo cortamos no duele. No hay paralelo con el árbol al que hay que podar para que crezca más fuerte. El folículo pilosebáceo, que es la fábrica del pelo, está muy profundo dentro de la piel y ni se entera del corte.
11. Una mala alimentación hace caer el pelo. Sí, porque esa fábrica tiene que estar bien nutrida. El pelo es una proteína, así que si hay que mejorarlo hay que aportarle proteínas y aminoácidos. Son buenas la carne, la gelatina, el huevo y las lentejas.
12. La caspa provoca alopecia. Es absolutamente falso. "Es algo que la medicina lo creyó durante mucho tiempo", dice Rodríguez Costa. Incluso se llamaba a la androgénica alopecia seborreica. Esto es porque la glándula sebácea y el folículo piloso desembocan juntos, pero son entidades separadas.
13. Los tratamientos no frenan la caída. Absolutamente falso. Las aplicaciones externas de la droga minoxidil han demostrado desde hace años su eficacia. Una alopecia tratada precozmente puede detenerse con este tratamiento. Pero hay que aplicárselo de por vida, diariamente y con cuidado, porque puede aparecer vello en las zonas de chorreado. Por vía oral, existe una droga llamada finasteride. "Los resultados son excelentes -dice Rodríguez Costa-, pero a más largo plazo que el minoxidil."
14. Sin masajes, los productos tópicos no funcionan. Falso. Se trata de tratamientos diferentes. Si se hacen juntos, los resultados se potencian. El masaje estimula la irrigación y evita la atrofia del folículo, que es en definitiva lo que produce la caída del pelo.
Dónde consultar
- Consultorio de Caída de Cabello, Servicio de Dermatología, Hospital de Clínicas: (011) 5950-8000.






