Falso colágeno: qué es y cuáles son sus beneficios para la piel y el pelo

¿Existe el colágeno vegano? No se trata de colágeno sino de una glicoproteína, una molécula de bajo peso, formada por fragmentos oligopeptídicos de origen 100% vegetal. Estos reemplazan las estructuras dañadas del colágeno de la piel. Es uno de los ingredientes favoritos de la cosmética en el último tiempo y son varias las razones que explican porqué es cada vez más buscado para las rutinas de belleza de las mujeres alrededor del mundo.

Al momento de elegir aquellos productos que devuelven el volumen y turgencia a la piel, la primera opción que aparece es la de aquellos formulados a base de colágeno de origen animal. El colágeno es una proteína muy importante en el cuerpo, de hecho es la más abundante y se produce gracias a la acción de las células llamadas fibroblastos. “Su función principal es la de crear y mantener las estructuras de los tejidos que forman el organismo, generando fibras resistentes, fuertes y flexibles conocidas como fibras colágenas. Estas fibras unen los tejidos conectivos, como tendones, músculos o la piel, aportándoles firmeza y elasticidad”, explica Susana Pignataro, asesora médica de Laboratorios Bernabó (M.N. 63556).

A partir de los 30 años, la producción de colágeno natural disminuye lo que provoca la aparición de arrugas prematuras y los primeros signos de flacidez facial. Los síntomas de la falta de esta proteína, según Pignataro son la aspereza de la piel, la sequedad, la pérdida de volumen y de densidad dérmica. Esta situación se acrecienta a medida que pasan los años, por eso, desde los 40 en adelante, la elección para devolver firmeza a la piel está estrechamente vinculada con fórmulas a base de colágeno.

Coincide Cristina Pascutto, médica dermatóloga (M.N. 57831), en que el colágeno es una proteína estructural que constituye 80% del tejido conectivo y que se encuentra presente exclusivamente en animales. “Cumple una función de fuerza y soporte. La piel está formada en gran parte por tejido conectivo cuya vitalidad nos permite mantener la lozanía, la elasticidad, la hidratación y el sostén necesario para evitar la formación de arrugas y surcos”, explica. Por esta razón, muchos cosméticos como cremas o sueros contienen esta proteína, ya que es un agente que devuelve firmeza a la piel.

Sin embargo, Pascutto asegura que el difundido colágeno vegano o vegetal no es realmente tal sino que se trata de un conjunto de sustancias como aminoácidos esenciales, minerales, oligoelementos y antioxidantes que se obtienen de la soja, quinoa, trigo, arroz, bambú, entre otros, mediante procesos de hidrolización.

La principal diferencia con el colágeno de origen animal es que estas sustancias actúan como estimuladores pero no lo proporcionan en forma directa. “Por diferentes mecanismos activan la producción del mismo”, advierte la dermatóloga.

Más beneficios

Johanna Furlan, médica cirujana estética (M.N. 122.975), coincide en que el fitocolágeno se compone de ingredientes como sílice, fitoceramidas, aminoácidos, minerales y antioxidantes (entre ellos, la vitamina C), que promueven la producción natural de esta proteína en el cuerpo. ¿Tiene los mismos beneficios que de origen animal? La médica advierte que los puntos a favor son mayores ya que el fitocolágeno permite una mayor absorción y reparación del colágeno dañado, porque está compuesto por aminoácidos esenciales que favorecen la reestructuración de la dermis. La razón por la que se absorbe mejor tiene que ver con su estructura. “Al ser una sustancia con bajo peso molecular formada por fragmentos de proteínas de origen 100% vegetal penetran con más facilidad en la piel y permiten reparar con mayor eficiencia las estructuras dañadas”, explica Velia Lemel, médica dermatóloga (M.N. 66657).

Si bien su uso no está muy difundido, el fitocolágeno forma cada vez más parte de productos capilares, línea de cremas faciales, para pieles sensibles e irritadas, líneas de tratamientos corporales, jabones líquidos y en barra, líneas de productos masculinos. Así como también se presenta en suplementos de vía oral.

Pero sus beneficios no terminan allí porque fortalece las articulaciones, los músculos y los huesos, aumenta la energía, favorece al sistema inmunológico, mejora los síntomas de la alergia estacional y el sueño. Por otro lado, reduce la ansiedad, funciona como hepato protector y ayuda a retrasar los signos del envejecimiento.

Potencia antiage

Particularmente en la piel, el “colágeno vegetal” es ideal para el tratamiento de tipos sensibles, actúa como regenerador celular y tiene un alto poder antienvejecimiento. También se usa en productos para el pelo porque mejora la calidad de la fibra capilar, a la vez que fortalece la estructura de las uñas. A pesar de no aportar colágeno en forma directa, Furlan considera que “es un excelente estimulante para hidratar, otorgar luminosidad y reestructurar la piel que luce más elástica y sana”.

En cuanto a las contraindicaciones, prácticamente no tiene, sin embargo, Furlan aclara que hay que prestar especial atención a casos particulares de alergias en determinados pacientes. Por otra parte, recomienda asegurarse siempre que se trata de productos clínicamente aprobados y testeados por los reguladores de la salud.

Consejos para evitar la pérdida de colágeno

Pignataro asegura que hay algunas formas de retrasarla con acciones que podemos incorporar a nuestra rutina:

• Reducir la exposición al sol: la radiación ultravioleta hace que el colágeno se descomponga más rápidamente. Conviene controlar la exposición y aplicar fotoprotección adecuada.
• Cuidar la alimentación: añadir alimentos ricos en colágeno como pollo, pavo, cerdo, pescados como el atún y el salmón, lácteos, frutos secos o gelatinas. Además, se recomienda consumir vitamina C para ayudar a la producción de colágeno y vitaminas E y A, con el fin de mejorar la elasticidad de la piel.
• Disminuir el consumo de alcohol y tabaco: la acción de estos agentes deteriora las fibras colágenas y acelera el envejecimiento de la piel, por lo que conviene eliminar su consumo o reducirlo al máximo.
• Usar productos dermatológicos específicos: el cuidado facial debe incluir la aplicación de cremas que favorezcan la formación de colágeno en la piel para que esta se vea más hidratada, tersa y joven.