Centralizan la conducción policial y pierden peso las comisarías de los distritos
La llegada de Sergio Berni al Ministerio de Seguridad bonaerense marcará la defunción de la figura del comisario como jefe de la seccional de ciudad o localidad. Con la nueva estructura de la mayor fuerza de seguridad del país se dictó la pérdida total del poder que poseían los comisarios tal como se conocía en la antigua estructura de la policía bonaerense. Así, la comisaría quedará convertida en una dependencia en la que se recibirán denuncias y donde se alojarán detenidos.
Como característica novedosa de la flamante estructura de la policía bonaerense se destacan las creaciones de la Superintendencia de Políticas de Género, destinada a reforzar la prevención contra el delito que registró el mayor crecimiento en los últimos meses.
También se crearon nuevas superintendencias regionales, que pasaron de ocho a catorce, con el objetivo de supervisar las tareas de los jefes de Estación Policial y ajustar el control sobre la seguridad en los municipios.
En el funcionamiento de la nueva fuerza de seguridad provincial perdieron poder los intendentes porque desaparecerán las Policías Locales y Distritales. Creadas durante la gestión de Daniel Scioli como gobernador y Alejandro Granados, al frente del Ministerio de Seguridad.
Con el nuevo organigrama se creó la Estación de Policía, que estará al mando de un comisario mayor. Esta nueva dependencia agrupará al Comando de Patrullas, la policía local, la Comisaría de la Mujer y la Oficina de Toma de Trámites y Denuncias judiciales, funciones que hasta el momento se cumplían en las comisarías.
La policía bonaerense es la fuerza con mayor dimensión en el país y está integrada por unos 90.000 agentes.
A partir de ahora, un comisario mayor concentrará todo el poder de la seguridad en cada municipio, situación que antes se dividía entre cuatro oficiales jefes que estaban a cargo de diferentes reparticiones, como la Policía Local y el Comando de Patrullas.
Además, en la nueva estructura se parceló el territorio bonaerense en 14 superintendencias que supervisarán a los jefes de estación. Cada una de esas superintendencias, a cargo de un comisario general, deberán controlar a los titulares de las estaciones de policía. Durante la administración de Cristian Ritondo al frente del Ministerio de Seguridad provincial se habían reducido de 16 a ocho la cantidad de superintendencias regionales. Pero, en el organigrama diseñado en la gestión Berni, se crearon seis nuevas dependencias y se pasó a 14 superintendencias.
Hasta ahora, cada intendente designaba al jefe de la Policía Local. Sin embargo, con la flamante estructura diseñada por Darío Ruiz, máximo colaborador de Berni en el Ministerio de Seguridad bonaerense, esa fuerza municipal quedará bajo el mando del jefe de la Estación de Policía.
El titular de la Estación de Policía será designado por el ministro de Seguridad. A los intendentes les queda el poder para proponer el nombre del jefe de la Estación de Policía, pero la última palabra para la designación será de Berni.
Según las resoluciones a las que tuvo acceso LA NACION, cada Estación de Policía fue clasificada de acuerdo con la cantidad de habitantes de los municipios en "A", "B" y "C". En la denominada "Providencia PV 2020-07305015", firmada el 17 abril pasado, se crearon seis estaciones de policía clase "A": La Matanza, Lomas de Zamora, Quilmes, La Plata y General Pueyrredón. También se dispuso la creación de 17 estaciones de policía clase "B" y 32 dependencias clase "C".
En tanto que el territorio bonaerense quedó dividido en catorce superintendencias: Región Interior Centro, Atlántica I y Atlántica II, Capital, Interior Sur, Interior Oeste I, Interior Oeste II, Interior Norte I, Interior Norte II, AMBA Norte I, AMBA Norte II, AMBA Oeste, AMBA Sur I y AMBA Sur II. Cada una de estas superintendencias quedará al mando de un comisario general que fue designado por el ministro Berni.
Presupuesto municipal
Si bien no lo manifestaron públicamente, algunos intendentes no quedaron conformes con la nueva estructura de la policía bonaerense, no solo porque perdieron poder y manejo de la seguridad, sino porque, en varios de los distritos del conurbano, casi el 50% de los uniformados que recorrían las calles pertenecían a la denominada Policía Local, que con el flamante organigrama fueron absorbidos por la Estación de Policía.
Del erario municipal salían los fondos para comprar los chalecos antibalas, los equipos individuales de comunicación, las locaciones que funcionaban como sedes, los móviles con los que se hacían los patrullajes y los fondos para solventar la capacitación de los efectivos. Las municipalidades también pagaban el combustible para esos móviles. En cambio, el gobierno provincial se hacía cargo de pagar los sueldos de dichos policías.
Cada municipio del conurbano invertía en la Policía Local, en promedio, el 10% del presupuesto. En ese gasto se incluía también la partida destinada a la compra de cámaras de seguridad y los sueldos de los operadores que monitoreaban dichos dispositivos.
En la práctica, las funciones se repartían así: la Policía Local recorría las calles y aportaba presencia de los uniformados en la vía pública. Los efectivos de los denominados comandos de patrullas se encargaban de cumplir con cada uno de los llamados al número de emergencias 911 y las jefaturas distritales concentraban las seccionales, con los denominados gabinetes de investigaciones.
A partir de ahora, todas esas funciones quedarán al mando del jefe de la Estación de Policía, que estará vinculado al secretario de Seguridad de cada municipio a través de una Mesa de Coordinación, que destinará la logística para zona del distrito según los datos aportados por la Oficina de Planificación y Operaciones.
Con esta estructura, el secretario de Seguridad municipal tendrá bajo su control el centro de monitoreo de las cámaras.
"Resulta necesario unificar el mando, comando y control de las distintas áreas policiales uniformadas de proximidad que realizan tareas de prevención y control del delito en el terreno, teniendo como referencia la jurisdicción territorial de cada municipalidad, con el objetivo de mejorar la coordinación operativa y optimizar el impacto del trabajo policial", se indicó en la resolución que estableció el nuevo organigrama de la policía bonaerense.
Al reformular la estructura de la fuerza de seguridad provincial, se fijaron las pautas para luchar contra la violencia de género. Para tal objetivo se creó la Superintendencia de Políticas de Género.
Una de las funciones que deberá cumplir la flamante dependencia será "desarrollar diagnósticos de la realidad en materia de política de género, planificando y aplicando protocolos, su seguimiento de resultados y actualizaciones".
Más leídas de Seguridad
Terror en Moreno. Un hombre le arrebató el arma a una policía, hirió gravemente a otra, se atrincheró y fue abatido
El retorno de la violencia letal. Tres homicidios rompieron la tendencia a la baja de los crímenes en la ciudad
Horror en Alta Gracia. Detuvieron a una mujer, acusada de matar a sus dos hijos adolescentes