Conmoción en Corrientes. Un joven fue baleado por un expolicía en una discusión vecinal
Los vecinos del barrio Molina Punta, en Corrientes capital, sabían que no tenían que meterse con ellos. Cirilo Comisario y su esposa, Raquel Caserotto, eran señalados como "conflictivos". Él es un oficial retirado de la Policía de Corrientes; ella, la presidenta del club de fútbol Horizontes. Con ese poder amenazaban a los vecinos constantemente, y juntos ya habían protagonizado distintos hechos de violencia física y verbal. Pero todo escaló el sábado pasado, cuando el expolicía baleó a Nahuel Pedemonte, un joven de 22 años que actualmente está en terapia intensiva y probablemente no vuelva a caminar como consecuencia del impacto del proyectil, que le dañó la médula. El desencadenante del ataque habría sido que Pedemonte estaba en la vereda de la casa de los Comisario, algo que, según los vecinos, sacaba especialmente de quicio a Raquel, que se quejaba de los ruidos.
Hoy, esos vecinos tienen dos preocupaciones: la principal, rezar para que Nahuel se recupere, a pesar del pronóstico desfavorable en cuanto a las consecuencias en su movilidad; luego, que el autor del disparo pague ante la ley. Por eso, hoy realizaron una multitudinaria manifestación y le entregaron un petitorio al Ministerio de Seguridad para que no haya contemplaciones con Comisario.
Víctima y victimarios se conocían bien. La casa de los Pedemonte está frente a la de los Comisario; son vecinos desde hace más de 25 años. Malvina, la hermana de Nahuel, contó a LA NACION cómo era el vínculo entre las dos familias: "Ella nos basureaba, es la típica señora patotera. Él parecía más tranquilo, siempre estaba detrás de ella, pero a veces se sacaba: nunca voy a olvidar cuando yo tenía cinco años y vi a Comisario arrastrando de los pelos a una vecina por la calle, solo porque se había peleado con su mujer. Tuvo que ir mi mamá con Nahuel bebé en brazos a pedirle que la dejara, porque si no la podía matar", cuenta Malvina, quien vive sola con su hermano desde hace menos de un año, cuando su madre murió.
Los vecinos coinciden con la descripción que hace Malvina. Soledad, que vive en el mismo barrio, recordó los problemas que los Comisario causaban en Molina Punta: "Sobre todo ella, que como era presidenta del club de fútbol se sentía diferente y le decía a todo el mundo 'negro' o 'mugriento'. Echaba a los chicos de las canchitas del club y armaba escándalo si había alguien en la vereda de su casa". Yamila, vecina de la misma cuadra de los Pedemonte y los Comisario, dice que "Cirilo y Raquel llevaban más de 20 años causando problemas en el barrio" y que Caserotto siempre "hacía un escándalo por cualquier cosa". A Nahuel Pedemonte, en cambio, lo recuerda "educado, siempre sonriendo y saludando a todos".
Veinte años después de aquel episodio que relató Malvina, Nahuel había crecido y llegaba a ser abanderado de su escuela. En el último tiempo pensaba comenzar el proceso de admisión en la Prefectura Naval. Pero todos sus planes se derrumbaron el sábado 23. Ese día, a eso de las 20, vio un perro sin collar que caminaba por la vereda de los Comisario y se acercó para llevarlo a su casa. Raquel Caserotto abrió la ventana del piso inferior y comenzó a increparlo, como hacía diariamente con quienes pasaban por el frente de su casa. Le dijo que se fuera de la vereda, lo llamó mugriento, ciruja, drogadicto. Insultó a los perros de Nahuel, a los que había amenazado con matar varias veces. Incluso, le dijo al joven que su madre muerta nunca lo había querido. Nahuel no contestaba: "Mi hermano es tranquilo, sabía que no tenía que llevarle el apunte a los Comisario, por más barbaridades que le dijeran", cuenta Malvina a LA NACION.
Raquel no paraba de gritarle, exigiendo que contestara; le tiró un balde de agua para forzar su respuesta. El joven se alejó al medio de la calle, todavía en silencio. Alrededor ladraban los perros y eso, sumado a los gritos de Caserotto, hacía que el ruido fuera atronador. Entonces se asomó al balcón Cirilo Comisario, que ya tenía en sus manos la pistola 9 mm, que Nahuel nunca vio, y preguntó qué estaba pasando. El joven le dijo que no pasaba nada y le dio la espalda. Buscaba dar el asunto por terminado. Fue entonces, mientras Nahuel miraba hacia la casa en la que había crecido, que Comisario le disparó. La bala, que atravesó el cuerpo de la víctima, impactó en su columna, dañándole la médula espinal y haciendo que Nahuel cayera al suelo. La ambulancia que se lo llevó al Hospital Escuela de Corrientes tardó más de media hora en llegar.
El parte médico de hoy, aportado por el Doctor Salvador González Nadal, Director del Hospital Escuela, dice que Nahuel está "lucido, estable" y que tal vez abandone la Unidad de Terapia Intensiva mañana. Pero es incierto con respecto a su futuro: "Presenta una herida en la espalda, en el nivel de las tetillas, que le produjo una lesión que probablemente pueda producir la parálisis desde la tetilla hacia abajo, y conservar movilidad y sensibilidad desde las tetillas hacia arriba. Seguirá en observación, y veremos si es permanente o no", aseguró el director médico en declaraciones a radio TL7 de Corrientes.
Mientras su hermano pelea por volver a caminar, Malvina busca que Cirilo Comisario permanezca detenido: "Se lo llevaron al cuartel de bomberos de la comisaría 17a. porque es expolicía, pero cuando fui a ver si estaba detenido lo encontré en el patio, tranquilo, de brazos cruzados, hablando con otro policía. Hice un escándalo, pero los bomberos dijeron que su detención dependía de la policía", dice Malvina.
La hermana de Nahuel está abrumada por la incertidumbre: "Actualmente no sé si Comisario sigue en el cuartel de bomberos o si fue trasladado. No nos dicen nada. Tengo miedo de que la policía de Corrientes pueda estar encubriéndolo".
También la preocupa que Caserotto pueda usar sus contactos políticos para lograr la impunidad de su marido. El club de fútbol Horizontes, del que Raquel fue primero tesorera y después presidenta, hasta su renuncia, este lunes, está apadrinado por el intendente local, Eduardo Tassano. Para evitar que el ataque a Nahuel quede impune, la familia Pedemonte y vecinos de la ciudad de Corrientes marcharon hoy hacia el Ministerio de Seguridad de la provincia. Allí fueron recibidos por el subsecretario Osvaldo de los Santos, al que le entregaron una carta pidiendo justicia por Nahuel, prisión efectiva para Comisario y la inclusión de Caserotto en la causa, ya que la consideran cómplice del expolicía.
Su familia creó, además, una página en Facebook, llamada Justicia por Nahuel Pedemonte, que es seguida por casi dos mil personas. Además de decenas de mensajes de indignación y pedidos de justicia, puede verse en la página una campaña de apoyo para el joven hecha por jugadores de fútbol, como los también correntinos Gustavo Bou y Julián Velázquez, exdelantero de Racing Club y exdefensor de Independiente, respectivamente, y Julio Buffarini, actual defensor de Boca Juniors.
Mientras tanto, los vecinos del barrio Molina Punto, donde ocurrió todo, siguen conmocionados e indignados por el ataque que sufrió Nahuel Pedemonte, pero también están aliviados por la partida de los Comisario, ya que tanto la mujer como sus hijos abandonaron la casa la misma noche del ataque: "La verdad que dijimos: ‘Por fin se fueron’. Era irrespirable el barrio con ellos, pero ahora lo que todos los vecinos queremos es justicia", declaró a LA NACION Emilce, que conocía bien a la familia atacada y estuvo hoy en la marcha por Nahuel Pedemonte.
Más leídas de Seguridad
Con sándwiches rellenos con cocaína. Un remisero fue a una comisaría a visitar a un colega preso y terminó detenido
Menores. Preocupa en uno de los clubes fundadores del rugby la exhibición obscena que realizó un mozo frente a un grupo de menores
Polémica en Mar del Sud. Liberaron a dos policías que robaron un cuatriciclo y dejaron al balneario sin custodia