Mataron a una pareja frente al cementerio de la Chacarita

Les reclamó una deuda. Pero evidentemente no pensaba cobrarla... Al amparo de la oscuridad de la madrugada, frente al paredón perimetral del cementerio de la Chacarita, y mientras paseaba a un pitbull, un hombre ejecutó a balazos a una pareja: un tiro de calibre 380 en la cabeza al joven, otro a la novia. El asesino todavía no pudo ser individualizado. Fuentes judiciales, en tanto, identificaron a las víctimas como Yanina Magalí Campo, de 25 años, y Willans Eder Rodríguez González, peruano, de la misma edad. La primera parte de la pesquisa está orientada a una posible venganza relacionada con el narcomenudeo.

El doble crimen ocurrió en la madrugada de ayer, en la avenida Garmendia al 4800, calle que bordea la necrópolis en el límite entre los barrios de Paternal y Chacarita, a metros de una de las entradas del cementerio y frente a una mueblería y a una tienda de arepas, las gruesas tortillas de maíz típicas de la gastronomía venezolana y colombiana.

La pareja, según indicaron los detectives que siguen esta causa, vivía en la villa La Carbonilla, un precario asentamiento situado en los terrenos del ferrocarril San Martín a pocos metros de la estación La Paternal y cerca del sitio del doble crimen.

Los investigadores judiciales relataron que la primera versión del hecho que analizan, a partir del relato de un testigo, es que los novios caminaban por la vereda opuesta a la del paredón del cementerio cuando se cruzaron con un sujeto robusto que paseaba un perro. La pareja mantuvo una breve discusión acerca de una supuesta deuda hasta que, intempestivamente, el otro hombre sacó una pistola, les disparó y huyó.

Según indicaron quienes están al tanto de los primeros pasos del expediente, las cámaras de seguridad de la ciudad no llegaron a registrar el hecho porque allí, la copa de un árbol genera un "punto ciego"; en la zona no hay cámaras privadas.

Los voceros dijeron que cuando la policía arribó al lugar se encontró con la pareja tendida en la vereda, con un tiro en la cabeza cada uno, con orificio de entrada y salida. La mujer ya estaba muerta; el hombre llegó a ser trasladado por el SAME al Hospital Tornú, donde falleció.

Agregaron los investigadores que cuando la unidad criminalística llegó a la escena para realizar el trabajo pericial hallaron dos vainas servidas calibre 380.

La Policía de la Ciudad encontró a un testigo, un reciclador que alcanzó a escuchar a la pareja discutir con un hombre robusto que tenía un perro de raza pitbull.

Según consignó la agencia de noticias Télam, el testigo tuvo la sensación de que las víctimas y su victimario se conocían de antes y que el asesino llegó a gritarle a uno de los novios "¡pagá las cuentas!", antes de que estallaran los dos disparos y el asesino huyera corriendo del lugar.

Algunos allegados a la mujer asesinada confirmaron a los investigadores que Campos, madre de cuatro hijos y quien además tenía tres exparejas, era adicta al paco, por lo que no se descartaba un móvil vinculado a alguna deuda o ajuste del narcotráfico.

El caso es investigado por el fiscal Marcelo Munilla Lacasa, de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional Nº 36, que ordenó los peritajes de rigor, la identificación de potenciales testigos y el relevamiento de cámaras de seguridad de la zona capaces de haber captado alguna de las secuencias anteriores o posteriores al doble crimen.

En busca del móvil

"Estamos en la etapa inicial de la investigación. Necesitamos conocer el perfil de las víctimas para saber a qué se dedicaban y si tenían algún conflicto con alguien que pudiera tener algún motivo para matarlos", dijo a Télam una fuente de la pesquisa.

"También estamos investigando si el asesino tenía conflicto con una sola víctima y la otra terminó muerta para que no quedaran testigos o si el problema era con los dos", agregó el investigador.

Los primeros indicios obtenidos por los investigadores a partir de la conversación con allegados a las víctimas y el relato del testigo llevaron a los detectives a orientar la pesquisa hacia un posible ajuste de cuentas vinculado con la venta y el consumo de drogas. ß