Puerta giratoria: el ladrón que mató al taxista tenía una “libertad asistida”, pero el juez la notificó tres meses tarde

El 27 de septiembre pasado, Carlos Daniel Robledo, de 21 años, recibió el beneficio de la libertad asistida. En una cárcel bonaerense cumplía una pena de cinco años de prisión por haber sido encontrado culpable de un robo agravado. El juez de ejecución penal que hizo lugar al pedido presentado por la defensa fijó ciertas condiciones que debía cumplir, como “abstenerse de consumir abusivamente bebidas alcohólicas” y “utilizar sustancias estupefacientes”, “adoptar un oficio, arte, industria o profesión” y no protagonizar nuevos delitos. Pero Robledo incumplió. En diciembre último fue apresado tras protagonizar el hurto de una moto, fue liberado 24 horas después y anteayer fue atrapado por la Policía de la Ciudad después de robarle en Boedo el taxi a un chofer que, en su desesperación para evitar que le quiten su fuente de trabajo, se arrojó sobre el capot. La víctima murió como consecuencias de las heridas que sufrió cuando el delincuente chocó.

El beneficio de la libertad asistida que recibió Robledo fue confirmada a LA NACION por fuentes oficiales. Fue firmada por el juez de ejecución penal Juan Ignacio Sorrentino, titular del Juzgado de Ejecución Penal N° 4 de Lomas de Zamora, el 27 de septiembre pasado. La solicitud había sido presentada por el defensor oficial Javier Jaime.

El Registro Nacional de Reincidencias fue notificado sobre el otorgamiento de la libertad asistida recién el 21 de diciembre último, es decir casi tres meses después. Cuando Robledo fue detenido el 8 de diciembre pasado por el intento de hurto de una moto en el barrio de Monserrat el juez a cargo de ese expediente, Manuel De Campos, no tenía la información de los antecedentes del sospechoso, según afirmaron calificadas fuentes con acceso a la causa judicial.

El juez Sorrentino, según la documentación, analizó los informes criminológicos de la Junta de Selección del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), que aconsejó hacer lugar a lo solicitado por la defensa.

En los informes de los especialistas penitenciarios se destacó que Robledo “participa de las áreas tratamentales [sic]”, se explicó que “desde su ingreso al SPB, no ha sido pasible de correctivos disciplinarios” y se afirmó que “capitalizó su tiempo de detención”. Su conducta fue calificada como ejemplar y recibió una nota “buena” en concepto.

“Del informe integral se informa que Robledo desempeña tareas laborales en jardinería. En el informe psicológico se sostuvo que cuenta con recursos para comprender la gravedad del hecho [por el que fue condenado] y a partir de allí forjar un proceso reflexivo que le permita posicionarlo de manera diferente frente al delito. Se sugiere que cuente con un espacio de apoyo terapéutico a fin de trabajar cuestiones propias de la historia de su devenir vital”, según la resolución donde se fijó su libertad asistida y a la que tuvo acceso LA NACION.

El juez le pidió al Patronato de Liberados un informe socio ambiental de la casa donde iba a fijar residencia el sospechoso, el inmueble de sus padres en Villa Fiorito, en Lanús. Fue entrevistada la madre y “se vislumbró contención familiar” y la posibilidad de trabajar con el padre en el “laboratorio de productos cosméticos” donde el hombre cumple funciones de encargado desde hace 12 años.

El magistrado le corrió vista a la fiscal Karina Lameiro que no se opuso al otorgamiento de la libertad asistida. Entonces, al “valorar los informes”, el juez Sorrentino hizo lugar a lo solicitado por la defensa e impuso “la obligación especial de realizar un tratamiento psicoterapéutico”.

Robledo estuvo preso entre diciembre de 2018 y septiembre de 2021 por el delito en la Unidad Penal 47 del partido bonaerense de San Martín. Según informó la agencia de noticias Télam, el beneficio de la libertad asistida se otorga seis meses antes de la libertad condicional (cuando se cumplen los dos tercios de la pena) a los delincuentes “primarios”, es decir, aquellos que no tenían antecedentes previos al delito por el que se lo condena.

Pero como se conoció anteayer, tras la muerte del taxista Timoteo Tintilay, Robledo, menos de tres meses después de recibir el beneficio de la libertad asistida, el 8 de diciembre pasado, en Monserrat, protagonizó el hurto de una moto. Un día después, fue liberado por orden del juez De Campos.

El magistrado excarceló a Robledo por el tipo de delito y porque, según la información que tenía en ese momento el Registro Nacional de Reincidencias, no tenía antecedentes. Si se hubiese conocido que el sospechoso había sido beneficiado con la prisión domiciliaria, el juez De Campos no lo hubiese excarcelado, informaron fuentes judiciales.

“¿Hasta cuándo? La puerta giratoria de la Justicia se cobró otra víctima, Un taxista que se detuvo en Boedo fue abordado por un delincuente e intentó resistirse al asalto, para proteger su fuente de trabajo. El ladrón, mostrando total desprecio por la vida ajena, aceleró, chocó contra otro auto y lo mató. Luego quiso fugarse, pero fue detenido por la Policía de la Ciudad; en ese momento constataron que el joven de 20 años había sido detenido semanas atrás por el robo de una moto”, sostuvo el ministro de Justicia y Seguridad porteño, Marcelo D’Alessandro, después de la muerte de Tintilay.

Lucas y Graciela, los hijos del taxista, en el velatorio hecho en una casa de sepelios de Parque Patricios, pidieron justicia por su padre.

“Mi papá solo fue a trabajar y encontró esta tragedia. Solo queremos justicia. La familia está muy destruida. Todavía no podemos creer lo que pasó”, dijo Graciela. Su hermano sostuvo: “Pedimos que se haga justicia por mi papá. Lo queremos despedir en paz”.

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