“Quietos o los mato a todos”: inteligencia, logística, armas y mazas de 25 kilos, los secretos de la banda de los Rolex
La jueza Alejandra Provítola procesó con prisión preventiva a los organizadores de la gavilla que robo dos joyerías en Galerías Pacífico y Patio Bullirch; la magistrada trabó un embargo sobre los bienes de los sospechosos hasta cubrir a suma de 180.000.000 de pesos
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Los millonarios golpes en las joyerías Testorelli de Galerías Pacífico y Sensation Du Temps de Patio Bullrich, ocurridos el 12 de septiembre y el 18 de diciembre pasado, respectivamente, fueron planificados al detalle, después de “tareas” de inteligencia para no dejar nada librado al azar. La organización criminal, conocida como la banda de los Rolex, desbaratada el mes pasado, tenía dos “cerebros” que digitaban todos los pasos a seguir. Pero, ahora, Mariano Zambrano, alias el Rubio, y Facundo Ortiz Tirabassi, apodado Jota, están detenidos con prisión preventiva y con un embargo sobre los bienes de cada uno de los imputados hasta cubrir la suma de 180.000.000 de pesos.
“La organización [por la Banda de los Rolex] se valía de los distintos vehículos, algunos de ellos que habían sido sustraídos previamente (a los que les sustituían las chapas patentes por placas falsificadas o robadas), armas de fuego de grueso calibre, chalecos antibala, equipos de comunicación y demás elementos que han sido secuestrados, con todo lo cual arribaban a los centros comerciales y se dirigían a las joyerías que habían sido seleccionadas previamente y sobre las cuales se habían realizado diligencias de inteligencia previa. Luego de vencer los controles de ingreso, intimidar y reducir a los empleados de los establecimientos y los eventuales clientes que pudieran encontrarse a través de la exhibición de varias armas de fuego de distinta naturaleza y calibre, en el lugar, utilizando una o varias mazas, aquellos rompían las vidrieras y exhibidores de los comercios, para acceder a los relojes”, sostuvo la jueza Alejandra Provítola en la resolución donde procesó con prisión preventiva a Zambrano, Ortiz Tirabassi y a otros sospechosos.
En una investigación de 2009 hecha por el fiscal José María Campagnoli y su equipo de colaboradores, junto con la ex División Robos y Hurtos de la Policía Federal Argentina (PFA), publicada por LA NACION, se le adjudicaban a El Rubio Zambrano cinco robos en joyerías de Belgrano, Núñez y Saavedra.
“El Rubio Zambrano se movía como un verdadero dandi. Siempre elegantemente vestido, recorría las joyerías cercanas a la avenida Cabildo y, haciéndose pasar por cliente, consultaba por los precios y las características de los modelos de relojes de alta gama. Así sabía dónde se guardaban los Rolex que después iba a robar con sus cómplices”, había explicado a LA NACION, en aquella oportunidad, un importante investigador judicial.
En el robo de la joyería Testorelli de Galerías Pacífico, los ladrones se hicieron de un botín de diez relojes Rolex y 23 de la firma Cartier valuados en 400.000 dólares. El golpe ocurrió el 12 de septiembre pasado, el día de las últimas Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO).
Tres meses después sucedió el asalto en la joyería Sensation Du Temps de Patio Bullrich. En esa oportunidad, los ladrones se apoderaron de 35 relojes Rolex, Cartier, Jaeger y Rolex.
“La organización funcionó con permanencia en el tiempo, división de roles, previa detallada ideación, planificación, inteligencia previa en los posibles objetivos, logística, obtención de documentación personal falsa y de armas de grueso calibre, ubicación de destinos donde poder esconderse después de los robos, todo lo cual les permitiera a plena luz del día y en lugares de concurrido tránsito y permanencia de personas (en particular shoppings) la sustracción violenta y a mano armada de relojes de alta gama, principalmente en joyerías”, explicó la magistrada.
El primer delincuente que irrumpió en la joyería Testorelli de Galerías Pacífico espetó “¡Quietos! ¡Quietos! ¡Al suelo!” mientras amenazaba con una pistola 9 milímetros. Uno de los cómplices del asaltante, sin perder tiempo, sacó de un morral una maza de 25 kilos y comenzó a romper las vidrieras de blindex para apoderarse de diez relojes Rolex y 23 de la firma Cartier, un botín valuado en 400.000 dólares. El tercer ladrón se había quedado en la puerta para controlar la situación y garantizar los rápidos movimientos para la ejecución del golpe. En dos minutos, los ladrones salieron del shopping del barrio de San Nicolás para escapar en un automóvil que habían estacionado a pocos metros.
Algo parecido sucedió en Patio Bullrich, en Retiro. Pero fueron tres los ladrones armados que gritaron “Quédense quietos o los matamos a todos”. En ese momento, comenzaron a romper con una maza los cristales de las vitrinas y se apoderaron de los relojes en exhibición “para luego darse a la fuga por la puerta del shopping que da a la avenida del Libertador”.
Para identificar a los sospechosos, la jueza Provítola tuvo la colaboración de detectives de la Policía Federal (PFA) y de la Policía de la Ciudad para detener a los señalados como integrantes de la organización criminal. En la pesquisa también fueron clave las cámaras de seguridad y los lectores de patentes del gobierno porteño y de las municipalidades de Vicente López y de San Martín.
“Los integrantes de la banda habrían coordinado sus esfuerzos y voluntades para, conforme una precisa división de funciones, lograr, previa realización de tareas de inteligencia en los objetivos a atracar, y aprovisionamiento, acopio de elementos destinados a cometer esa clase de ilícitos y proveerse de armamento de grueso calibre que permitiera su consumación y lograra su impunidad para el caso ser descubiertos, posibilitar la sustracción violenta y a mano armada de entre otros objetivos relojes de alta gama”, sostuvo la magistrada.
El “armamento de grueso calibre” al que hizo referencia la jueza quedó al descubierto cuando el 7 de enero pasado fue detenido el Rubio Zambrano por detectives del Departamento Investigaciones Especiales de la PFA. Fue capturado cuando circulaba en una camioneta 4x4 por Florencio Varela, en el sur del conurbano.
Debajo de uno de los asientos de la camioneta VW Amarok azul que conducía, Zambrano tenía un Fusil Automático Liviano (FAL) y un fusil M-16.
El día que cayó Zambrano, Jota Ortiz Tirabassi logró escapar de los detectives policiales. Pero un mes y medio después no tuvo tiempo de huir y fue esposado. Ahora, los dos organizadores de la banda de los Rolex están tras las rejas.
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