Testigos del accidente dicen haber visto el tren de aterrizaje del avión
Dos vecinos de la zona donde cayó dijeron que pasó muy bajo sobre sus casas en medio de la niebla, como si estuviera a punto de aterrizar; operaron a una sobreviviente
Dos testigos del accidente ocurrido el martes pasado en el Río de la Plata dijeron haber visto el Beechcraft Super King Air B200 volar en sus últimos segundos con el tren de aterrizaje desplegado. Estas afirmaciones podrían aportar nuevos elementos clave para la investigación de la caída del avión y la consecuente muerte del piloto, Leandro Larriera, y de cuatro de sus ocho pasajeros en un vuelo de ejecutivos que se dirigían del aeropuerto de San Fernando al aeródromo de Carmelo, en Uruguay.
Los integrantes de una pareja que vive a poca distancia del lugar del accidente relataron al diario uruguayo El País que escucharon y vieron el momento final del vuelo. También hicieron referencia a la densa niebla que dominaba la zona.
Luis Montero explicó a cronistas del matutino uruguayo que su casa "tembló" al pasar el avión a muy baja altura sobre ésta, apenas por encima de unas palmeras. Y aseguró que su esposa, Graciela González, manifestó que parecía que "el avión se venía encima de la casa". Recordaron haber visto la aeronave ingresando nuevamente en la niebla con el tren de aterrizaje bajo.
Es un detalle importante que podría determinar cuál fue la última maniobra efectuada por Larriera, un piloto muy experimentado que había realizado muchos cursos en simulador para aumentar su capacitación frente a potenciales emergencias. Si el peritaje a la aeronave permite cotejar esa versión sobre el tren de aterrizaje activado en el momento del impacto, se podría estar frente a un fallido intento de aterrizaje obstaculizado por la niebla.
Otros testimonios confirmaron que a la hora del vuelo la niebla era importante en los alrededores del aeródromo de Carmelo. Esa estación aérea no cuenta con elementos de apoyo para el aterrizaje por instrumentos, por lo tanto los vuelos sólo dependen de la visibilidad.
En el peritaje sobre la cabina del avión, los técnicos buscarán determinar en principio en qué posición quedó la palanca que activa el tren de aterrizaje, tal como explicaron a LA NACION investigadores de accidentes de aviación.
La jueza uruguaya María Alexandra Facal espera también conocer la forma de volar de Larriera mediante declaraciones de las personas que lo conocían.
Ya declaró la esposa de Larriera, que había recibido un mensaje de su marido en el que le avisaba que el vuelo se había retrasado por la niebla. También lo hizo Carlos Lupiañez, primo del piloto fallecido. Él fue uno de los primeros en recibir la noticia sobre la desaparición del avión. Estaba en el aeropuerto de San Fernando cuando la torre de control le pidió si podía intentar comunicarse con su primo por teléfono, ya que el vuelo no había llegado a Carmelo ni regresado a la pista de partida. Tomó su propio avión para salir en busca del Beechcraft, que él mismo había volado en numerosas oportunidades. A la jueza y a los medios les explicó que Larriera tenía mucha experiencia y capacitación, y que el avión era mantenido en muy buen estado por su propietario.
La jueza también citó a declarar al dueño de la nave, Federico Bonomi, propietario a su vez de la firma textil Kosiuko. También deberá presentarse la madre de Larriera, Estela Kern, que es piloto de aviación. La intención de la jueza es trazar un perfil de Larriera y conocer su estado de ánimo previo a la tragedia.
Mientras en Uruguay se investigan las causas del accidente, en nuestro país siguen internados los cuatro sobrevivientes. Familiares de Ignacio Javier Llosa explicaron ayer a LA NACION que evoluciona bien de sus heridas, pero que los médicos advirtieron sobre un largo período de recuperación. Llosa fue uno de los primeros heridos rescatados de la aeronave y fue inmediatamente trasladado a Buenos Aires en un helicóptero de la Prefectura, el martes pasado, horas después de la caída.
Por su parte, Paula Buery fue operada ayer de las fracturas que sufrió en la pelvis, y en la tibia y el peroné de una pierna. Ella estuvo internada en Uruguay hasta que fue trasladada a Buenos Aires, el jueves pasado. Su hermana Mariela indicó que respondió bien a la operación y que en los próximos días será intervenida por una lesión en la zona de la columna vertebral.
Está estable, aunque es mantenida con un respirador artificial mientras se analiza el estado de los pulmones, de donde se quitó un coágulo, dijo Mariela Buery a LA NACION.
Más leídas de Seguridad
Con sándwiches rellenos con cocaína. Un remisero fue a una comisaría a visitar a un colega preso y terminó detenido
Menores. Preocupa en uno de los clubes fundadores del rugby la exhibición obscena que realizó un mozo frente a un grupo de menores
Polémica en Mar del Sud. Liberaron a dos policías que robaron un cuatriciclo y dejaron al balneario sin custodia