Violencia en Rosario: tras el tiroteo a los tribunales, matan a un testigo de la causa de los Monos


Uno de los testigos en el juicio contra la banda de Los Monos fue asesinado anoche en la puerta de su casa. Dos sicarios en moto lo acribillaron de cinco tiros. El homicidio de Diego Romero se sumó a los ataques a balazos del sábado contra el Centro de Justicia Penal, donde se llevará adelante la apelación de las condenas a la banda el 14 de agosto próximo, y contra el edificio donde vivió la jueza Marisol Usandizaga, que ya sufrió dos atentados con disparos en propiedades de su familia.
El crimen de Romero, ejecutado horas después de los ataques al edificio judicial, incrementó la preocupación en el gobierno de Santa Fe. El gobernador Miguel Lifschitz alertó que "se está poniendo en juego la institucionalidad" y que esos hechos "deben tener una respuesta dura, unánime y firme de todos los sectores del Estado".
Romero fue uno de los primeros testigos en la causa 913/12. El 11 de junio de 2013 se presentó en el juzgado de Instrucción N°4, a cargo de Juan Carlos Vienna, y dio un testimonio detallado de cómo funcionaba la venta de estupefacientes en los búnkeres que manejaban los Cantero; también develó la trama de seis homicidios que hasta ese momento, no tenían ningún imputado.
Romero, que cargaba con un abultado prontuario, cambió de parecer y en febrero pasado, cuando tenía que ratificar en el juicio lo que había declarado en el expediente, argumentó que ahora no tenía nada para decir. No fue el único caso de testigos que se desdijeron en el juicio. Otras 11 personas que debían testimoniar se negaron a declarar por falta de garantías. Anoche, cerca de las 22.30, dos sicarios en moto le acertaron cinco balazos.
Este homicidio se produjo en un contexto atravesado por los ataques contra jueces y funcionarios y contra edificios tribunalicios. El Centro de Justicia Penal fue blanco durante la madrugada del sábado de un ataque a balazos. También fue tiroteada en pleno centro, a tres cuadras del Monumento a la Bandera, una propiedad donde vivió la jueza Usandizaga. Allí los atacantes dejaron un mensaje escrito en un cartón, con la leyenda: "Con la mafia no se jode".

Estos dos nuevos atentados se suman a los ocho que sufrieron desde fines de mayo los jueces Ismael Manfrín, Juan Carlos Vienna y la propia Usandizaga, y dos policías, con un común denominador: todos ellos investigaron o juzgaron a la banda de Los Monos.
Es el décimo atentado a balazos que se concreta desde el 29 de mayo pasado cuando comenzaron los ataques contra los magistrados. No hay un solo detenido por estos hechos intimidatorios que empezaron a repetirse después de que los líderes de la banda de Los Monos fueron condenados por asociación ilícita y homicidios en el fuero provincial.
Según las primeras evaluaciones que hizo la Policía de Investigaciones (PDI), dos hombres en moto realizaron ocho disparos contra los vidrios del nuevo edificio de la justicia provincial. El atentado se produjo entre las 3 y 4 de la madrugada, y los disparos impactaron contra los vidrios del edificio.
Está previsto que en el edificio que fue baleado el sábado se realicen, a partir del 14 de agosto, las apelaciones a las condenas que recibieron los jefes de la banda. Como se recordará, en abril pasado Ramón Machuca, alias Monchi, fue condenado a 37 años de prisión, mientras que su hermanastro Ariel Máximo Cantero, alias Guille, fue sentenciado a 22 años.
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