Cada vez más gente traslada la oficina a un locutorio

Se multiplicaron como hongos en el área del microcentro, y en las horas pico, en medio de un silencio de biblioteca pública, suelen estar repletos de gente con la vista clavada en el monitor.

Al principio, cuando el uno a uno les permitió a muchos conectar sus hogares a Internet, el negocio abarcaba únicamente servicios de fax, cabinas telefónicas y fotocopiadora. Pero desde 2002 el rubro fue ampliando su oferta y hoy son verdaderas oficinas al paso, donde uno puede sentarse, trabajar y, en algunos casos, hasta almorzar un sándwich de los que venden allí mismo.

¿Qué impulsó el crecimiento de los locutorios en la ciudad?

La respuesta es simple: nada es lo que era desde la devaluación. El precio de las computadoras y de los insumos trepó a las nubes con la estampida del dólar y los más afectados por la crisis económica no tuvieron otra alternativa que controlar el tiempo de consumo o dar de baja el servidor.

En ese contexto de bolsillos flacos, los locutorios aportan una solución: por un peso, o a lo sumo por dos pesos por hora, es posible imprimir documentos, consultar datos en la Web, bajar archivos, enviar e-mails y hasta jugar al solitario para aprovechar hasta el último segundo de la tarifa.

El ahorro es importante si tenemos en cuenta, por ejemplo, el precio de los cartuchos de tinta para la impresora. Los importados cuestan entre 60 y 120 pesos, mientras que los recargables valen alrededor de 20 pesos.

Según cifras de la Secretaría de Gobierno y Control Comunal porteña, funcionan 1800 locutorios en la ciudad de Buenos Aires.

En 2000 se habilitaron 270 comercios de prestación de servicios de comunicación urbana, suburbana, internacional, telefax y fax, a los que se incorporaron computadoras con acceso a Internet.

El negocio decayó en 2001, cuando sólo abrieron 76 locales. Pero el repunte fue notable el año último, con la apertura de 432 comercios nuevos, 162 más que en 2000. Aunque quienes aprovecharon la tendencia aseguran que no deja grandes ganancias, en lo que va de este año fueron inaugurados otros 249 locutorios.

"Un negocio que se sostiene"

"Es un negocio que se sostiene, subsiste", admite Juan Bautista Fernández. Hace un año, abrió un locutorio en avenida Belgrano y Lima, que trabaja de 8.30 a 20.30 y que ofrecía cabinas de teléfono, dos computadoras, fotocopiadora, fax y venta de tarjetas telefónicas.

"Sin duda, la rentabilidad está en el servicio de Internet. En el local ingresa a hablar por teléfono un promedio de 200 personas por día, y otras 30 usan las computadoras. La rentabilidad que dejan las llamadas es de un 35%, en cambio, con Internet asciende al ciento por ciento, y hasta a un 150 por ciento", dijo.

Y continuó: "Esto es general, porque con una conexión a Internet que puede costar hasta 150 pesos por mes -yo pago $ 65- se pueden alimentar 24 computadoras. El problema es que este servicio no está regulado. Hay ciudadanos chinos, por ejemplo, que están abriendo locales con 30 computadoras y que permanecen abiertos las 24 horas, donde venden de todo, y los menores de edad se la pasan metidos ahí adentro".

Empresas para empresas

Es más: ya existen empresas -como Tu Locutorio- que se encargan de montar el negocio entero, desde proyectar las ganancias hasta colocar la moquette.

Esos detalles parecen menores, pero no lo son: la decoración y la comodidad determinan el costo de la hora de conexión. Pero nada indica que el rubro dejará de crecer. Al contrario.

Una estadística de la consultora Carrier y Asociados (sobre lo que se informa por separado) afirma que se fortalecieron las alternativas más baratas de acceso, como los locutorios y cibercafés, donde aumentó un 26% el número de usuarios.

La investigación destaca que el crecimiento del acceso público -favorecido por el desarrollo de la banda ancha, que a un particular le cuesta al menos 100 pesos mensuales- tiene en común el control del gasto sobre la base de un modelo de pago por uso: léase "se paga lo que se usa".

Según este trabajo, en la Argentina creció un 15% el número de usuarios que ingresan en Internet desde locutorios o lugares públicos, lo que representa un total de 2,2 millones de personas.

"En diciembre de 2002 llegó a alrededor de los cuatro millones -asegura Enrique Carrier, titular de la consultora-. Aunque eso no significa que hubo más clientes conectados a los servicios tradicionales", agregó.

Fernanda García, de 22 años, tiene una computadora conectada en su casa, pero trata de ir al locutorio a enviar e-mails.

Considera que es la mejor forma de controlar el gasto. "Al menos hasta que vuelvan los buenos tiempos. Ahorro bastante, porque por 75 centavos la hora hago todo", comenta, y agrega: "Hace dos años era distinto: por 60 pesos podías comprar un cartucho que duraba un montón. Pero ahora, mientras las cosas no cambien económicamente hablando, el gasto de reposición es hoy muy alto".

Dato por dato

Conectados: cinco millones de usuarios emplean Internet en la Argentina; casi la mitad, 2.200.000 personas, se conectan desde lugares públicos.

Crecimiento: en lo que va del año aumentó un 15 por ciento la cantidad de clientes de cibercafés y centros de telecomunicaciones en la Capital.

Motivos: en los locutorios, por lo general, funcionan computadoras más modernas, conectadas a accesos de banda ancha. También se ahorra dinero en los insumos, como los cartuchos de tinta, cuyo precio subió significativamente desde la devaluación.

Perfil: el sistema de locutorios llega a sectores con restricciones presupuestarias, como los jóvenes (el 56 por ciento de los usuarios tiene 25 años o menos), y a niveles socioeconómicos medios y medios-bajos (el 80% pertenece a los segmentos C2, C3 y D).

Chat: los "chateadores" frecuentes son los más jóvenes y lo hacen preferentemente en horarios nocturnos.

Ventas: paralelamente al aumento de clientes en los locutorios, durante el año último bajó la venta de computadoras en un 75 por ciento, debido a la suba de precios que trajo aparejada la devaluación.

Habilitados: en la ciudad funcionan 1800 locutorios; 249 de ellos fueron abiertos en lo que va de este año.

Encuestadora: el estudio corresponde a Carrier y Asociados, presidida por el analista Enrique Carrier.