Confesaron los asesinos del sacerdote salteño
Ayer detuvieron al segundo sospechoso; el móvil fue el robo
SALTA.- Un monaguillo y un ahijado del padre Ernesto Martearena confesaron ante la policía haberlo asesinado a puñaladas, según informaron fuentes policiales.
En la madrugada de ayer, la policía logró detener al monaguillo de la iglesia donde vivía el sacerdote asesinado, mientras que anteanoche los investigadores habían capturado al ahijado del padre Martearena, asesinado el lunes último.
El crimen del sacerdote, que entre otras tareas sociales, impulsaba los comedores comunitarios y hogares se atendían a alrededor de 2000 personas, conmocionó a la grey católica local.
Fuentes policiales identificaron a los detenidos como el monaguillo Marcelo Castillo, de 19 años,y Javier Alanis Colauste, de 21 años, el ahijado del sacerdote.
El primero de ellos fue capturado en su casa del barrio Norte Grande, mientras que Colauste, fue detenido en San Salvador de Jujuy. Ayer, ambos reconocieron su responsabilidad en el crimen y aclararon que no tuvieron otros cómplices, con lo que el juez de instrucción formal de nominación, doctor Aldo Rogelio Saravia, dispuso la libertad de una mujer que aparecía como encubridora.
Por separado coincidieron en el relato de los últimos momentos del padre Martearena, quien el domingo por la noche cenó con un sacerdote y un abogado amigos.
Luego regresó a la casa de la parroquia Nuestra Señora de Fátima, de la que era titular y en la que vivía solo. Alanis Colauste y Castillo, quienes dijeron estar drogados, llegaron alrededor de las 2 del lunes y pudieron ingresar sin dificultad porque los conocía. Ya en el interior, cuando le exigieron dinero, al parecer el sacerdote se resistió. Entonces comenzó una pelea en la que los asaltantes, ambos de fuerte contextura, se armaron de un cuchillo de la cocina y apuñalaron 18 veces a la víctima.
De acuerdo con fuentes de la investigación, luego de abatir al sacerdote, los asesinos optaron por llevar el cuerpo al pequeño dormitorio en el primer piso. Allí pusieron mantas y arrojaron gasoil y whisky, y le prendieron fuego. Luego cerraron todo y se alejaron, alrededor de las cinco. Quizá la humedad impidió que las llamas tomaran mayor volumen. "¿Por qué lo quemaron?", les preguntó uno de los policías que los interrogó: "Para borrar las huellas", le respondieron.
Aparentemente, los asesinos lograron apoderarse de cien pesos y una tarjeta del Banco Galicia. Con ella Alanis Colauste fue a retirar dinero, pero al no conocer la clave le fue retenida por el cajero automático.También quedó grabada su imagen en la filmación bancaria que el jueves último se difundió en televisión en el programa "La Revista", de Cable Express.
Su rostro fue mostrado a quienes trabajaban con el sacerdote y fue fácil identificarlo, lo que causó su detención en Jujuy, desde donde se lo trajo. Al llegar a Salta, reconoció la autoría y señaló como cómplice a Castillo.
Los dos detenidos
Javier Alanis Colauste: tiene 21 años y es ahijado del sacerdote asesinado. Fue detenido en San Salvador de Jujuy. Fue identificado por los vecinos de la parroquia donde vivía el padre Martearena. Lo filmaron cuando intentó sacar dinero de un cajero automático con la tarjeta de la víctima.
Marcelo Castillo: tiene 19 años y era monaguillo en la parroquia de Martearena. Fue detenido en su casa y le habría confesado a la policía que tanto él como Colauste estaban drogados en el momento del crimen. Habría admitido que el robo fue el móvil del crimen.
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