
Conmoción por la muerte de una modelo en un desfile
La joven de 22 años sufrió un infarto tras bajar de la pasarela
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MONTEVIDEO.- Los rostros reflejaban no sólo dolor, sino incredulidad. El grupo de familiares y amigos que despidió ayer a la modelo Luisel, que murió la noche del miércoles pasado al bajar de una pasarela, no podía convencerse de que su vida se había apagado así, de esa manera fulminante, en medio del último desfile de la Semana de la Moda uruguaya.
A los 22 años, joven, linda y responsable de la organización de ese desfile, Leticia Luisel Ramos Arregui sufrió un infarto en las bambalinas de la pasarela por la que había desfilado hacía escasos minutos.
Su inusual muerte abrió una investigación judicial y generó comentarios sobre supuestos problemas de la joven en los días previos a la fiesta, que su familia se encargó ayer de desmentir.
El mundo del modelaje y la preocupación por las chicas que desfilan por mantener una figura acorde con el trabajo, fueron el telón de los comentarios que comenzaron a circular no sólo en Uruguay sino fuera de fronteras cuando la noticia fue difundida por agencias informativas.
En Uruguay ya había ocurrido recientemente un episodio con ciertas similitudes, cuando una joven murió al final de un desfile, aunque no de modas, sino de carnaval.
Al comienzo de febrero pasado, en las tradicionales "llamadas de candombe" por los barrios Sur y Palermo, una bailarina de 19 años que integraba la comparsa Candongaafricana sufrió un paro cardiorrespiratorio en pleno desfile y murió horas después en un hospital público.
Luisel Ramos -así es como se la conoce en el mundo del modelaje- había trabajado en la organización de la Semana de la Moda, el Diseño y la Vestimenta de Uruguay, y por eso se había instalado en los últimos días en el Radisson Hotel Victoria, frente a la plaza Independencia, pleno centro de Montevideo.
Al terminar su pasaje por la pasarela, fue atrás del escenario y cayó desplomada. Otra modelo, que estudia Medicina, intentó reanimarla con presión sobre el pecho y con respiración boca a boca.
"Por favor, un médico", gritó una conocida modelo local a la platea, en la que estaba la madre de Luisel. Ni su compañera, ni los médicos, pudieron reanimarla.
Tras su muerte, circularon versiones sobre la tensión y responsabilidad del trabajo y en medios locales se informó que a causa de ello se había alimentado mal últimamente.
Sin embargo, en medio del dolor de ayer, luego del sepelio de Luisel, su novio Hairo Berrondo salió a aclarar que eso no era cierto. Berrondo dijo que la conocía hacía diez años y que era su novio desde hace dos y medio.
"La noche anterior [al desfile] fuimos a comer pizza con mozzarella, con ella y dos amigas, a Il Mondo de la Pizza de [la avenida] 18 [de Julio]; ella tomó una bebida light y comió bien", contó el joven.
Ante algunas versiones difundidas por varios medios de comunicación, el novio de la modelo fallecida aseguró que "[Luisel] no era anoréxica ni bulímica".
Berrondo también se encargó de descartar que consumiera drogas o que fuera alcohólica. "Ni siquiera tomaba cerveza", afirmó.
"Una chica normal"
El joven mostró a Luisel como una chica normal, para la que el modelaje no era una actividad habitual.
"Desfilaba dos o tres veces al año", contó el novio, y agregó que ella trabajaba como asistente de la agencia de modelos de María Inés Rodríguez, fundamentalmente en la organización de desfiles.
Berrondo contó que luego de comer en la pizzería volvieron al tradicional hotel montevideano y pasaron la noche juntos, sin que notara problema alguno en su novia.
"Ella siempre desayunaba, tomaba la leche con pan, con galletas, con bizcochos, normal, como cualquier persona", dijo el muchacho a Radio El Espectador.
La autopsia realizada al cuerpo de Luisel determinó que la modelo murió por un paro cardíaco y los médicos no encontraron rastros de consumo de drogas, ni de otra sustancia que haya motivado su deceso. Como se considera que la joven podría sufrir, sin saberlo, una enfermedad cardíaca, el juez de la causa pidió análisis complementarios con estudios sobre el corazón.
"Yo la cuidé siempre... el domingo por la mañana desayunamos juntos, ella tomó leche con bizcochos y yo mate; al mediodía almorzamos pollo con fritas... No son comidas de anoréxica ni de bulímica. No tenía nada. Era totalmente sana", dijo el novio entre llantos.





