Coronavirus. Angustia, asambleas e ilusión: los 950 argentinos a bordo de un crucero en Europa esperan regresar mañana
PARIS – "No les creemos más. Cuando lleguemos mañana a Génova no pensamos bajar del barco hasta que no estemos seguros de que los aviones para llevarnos de regreso a Buenos Aires nos están esperando". El que habla es Julio Penna, uno de los 950 argentinos que navegan a bordo del crucero Costa Pacífica desde el 3 de marzo, sin que ni España ni Francia haya querido dejarlos desembarcar.
Con destino final el puerto italiano de Génova y 3000 pasajeros latinoamericanos a bordo, el Costa Pacífica zarpó de Buenos Aires con un itinerario que debía llevarlo a hacer escalas en Río de Janeiro, Salvador de Bahía, Maceió (Brasil), Tenerife y Barcelona (España) y Marsella (Francia). Pero la pandemia cambió todo.
Dos días después de zarpar de Brasil el capitán comunicó a los pasajeros que el gobierno español había decidido prohibir la entrada a sus puertos a cualquier crucero de cualquier origen. "Lo lamentamos mucho y nos sorprende esta inesperada decisión que afecta nuestra llegada a Santa Cruz de Tenerife", decía la misiva.
Desde entonces, en medio de la incertidumbre y con escasa comunicación con los responsables del crucero, los argentinos a bordo vieron degradarse poco a poco sus condiciones de vida. Asambleas cotidianas, reclamos e indignación…
El ambiente pareció calmarse un poco cuando supieron que el barco anclaría en el puerto francés de Marsella el jueves 19, donde dos aviones fletados especialmente por la compañía naviera los esperaba para repatriarlos directamente a Argentina. Pero eso tampoco sucedió.
"Un comunicado lacónico nos informó que las autoridades francesas autorizarían solo el desembarco de sus propios ciudadanos. Sin otro detalle", relató Penna por WhatsApp a LA NACION, convencido de que Costa les miente.
La última aparición del capitán se produjo anoche, "en el lobby del piso 3, escoltado por dos guardaespaldas, donde habló tres minutos en inglés y se fue. Se produjo un escándalo monumental", señaló Penna, quien advierte que "no piensan desembarcar en Italia hasta no tener la seguridad de las autoridades argentinas de que los aviones los están esperando". La inquietud es justificada: no hay un solo contaminado a bordo del crucero.
Pero, en realidad, Costa no mintió. "Los dos aviones estaban esperando a los argentinos para repatriarlos desde Marsella", confirma una fuente diplomática argentina en París. "Y ese operativo se repetirá en Génova. Los pasajeros descenderán del barco, subirán a unos autobuses que los llevarán directamente al aeropuerto donde los esperarán dos aviones charters que los trasladarán a Buenos Aires", detalla.
Antecedentes alentadores
Después de que la Unión Europea cerró sus fronteras exteriores esta semana y limitó la circulación a través de sus fronteras nacionales, tanto España como Francia consideraron que los pasajeros extranjeros a bordo de un buque italiano, como todos los de la empresa Costa, están en territorio italiano y deben desembarcar en ese país.
"Según nuestras informaciones, y no hay razón para dudar de ellas, el Costa Pacifica llegará a Génova mañana y el traslado se hará de inmediato", concluye la fuente diplomática en París.
Para tranquilizar aún más a los pasajeros argentinos, la misma fuente evoca otros dos cruceros que, con argentinos a bordo, se encuentran en la misma situación.
El Costa Pacifica llegará a Génova mañana y el traslado se hará de inmediato
"Los 300 argentinos que se hallaban varados en la isla francesa de Guadalupe a bordo del Costa Fabulosa ya salieron hacia Buenos Aires, como estaba previsto, en un avión charter fletado por la empresa Costa. Hay otro grupo de 13 de nuestros conciudadanos que navegan en este momento también hacia Italia en el crucero Costa Luminosa, que también serán repatriados de la misma manera", explicó.
Este viernes, la embajada argentina en Francia anunció además que dos vuelos excepcionales de Air France —uno esta noche y otro el domingo próximo— permitirán el retorno de la mayoría de los argentinos varados en este país. La compañía, que fijó un precio de 570 euros por pasaje, hará regresar sus aviones con franceses retenidos en Argentina después que el país prohibió todos los vuelos comerciales. En Berlín sucederá lo mismo con unos 300 argentinos que no pueden volver al país. "Todavía quedarán connacionales que se encuentran en toda Europa. Sus retornos serán cada vez más complicados", confiesa el informante.
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