En el barrio porteño de Palermo se registró esta semana un aumento en la circulación de los vecinos por la zona del Paseo de la Infanta. Esta tarde, en el día 57 del aislamiento social, preventivo y obligatorio por la pandemia de coronavirus, se vieron situaciones que claramente no respetan las normas vigentes.
Familias con sus hijos jugando al fútbol, gente andando en bicicleta sin el tapabocas obligatorio, vecinos tomando café y parejas que salieron a caminar rompieron con la postal de ciudad desierta que caracterizó los primeros días de la cuarentena.
Este sol me carga las pilas, lo necesito. Empezamos a salir el lunes y hay que aprovechar porque ahora se viene el tiempo frío y lluvioso y ya no lo voy a poder hacer
La conductora y un cronista de LN+ dialogaron con Guillermo, un jubilado de 71 años (edad de riesgo) que vive solo, quien justificó su decisión de salir a tomar sol: "Sé que no se puede, pero si no salgo me muero dentro de mi casa. No me da miedo salir porque vivo a dos cuadras. Me compró un café ahí enfrente y me siento a tomarlo. Tengo barbijo, guantes y me cuido. Estuve 55 días dentro de mi casa y dije 'basta', porque necesito tomar sol. Puedo estar en el balcón, pero no es lo mismo. No me preocupa tener factores de riesgo. Mi familia sabe que estoy saliendo y mi hijo me lo aconsejó, con los cuidados necesarios que hay que tener. Llego a casa, me rocío con alcohol, lavo el termo y la ropa, me cuido. La policía no me ha dicho nada".
Y completó su relato: "Nos juntamos todos los días a las 16 con mi amigo en este banco. Sé que no se puede, pero uno lo hace con responsabilidad. Este sol me carga las pilas, lo necesito. Empezamos a salir el lunes y hay que aprovechar porque ahora se viene el tiempo frío y lluvioso y ya no voy a poder salir".
Esto es vida, no es lo mismo que estar en el balcón. Hay que charlar y juntarse, porque de lo contrario se hace difícil vivir solo
Guillermo, que recibe inyecciones oncológicas en su domicilio, entiende que no está cumpliendo con las normas estipuladas por el gobierno porteño, pero dice que se cuida en sus salidas y que le tiene miedo a morir por coronavirus: "Tengo que salir por el sol, esa es mi historia. Lo lamento si alguien no está de acuerdo, pero yo lo hago con responsabilidad y no estoy perjudicando a nadie. No veo mucha gente acá y me siento tranquilo y con derecho a poder hacerlo. Si vengo un día y está lleno no vengo, pero no es el caso. Esto es vida, no es lo mismo que estar en el balcón. Hay que charlar y juntarse, porque de lo contrario se hace difícil vivir solo".
Mientras tomaba un poco de sol con un amigo, el jubilado contó que solo va a salir de lunes a viernes porque el fin de semana la zona se va llenar de padres con sus hijos: "Lo que menos quiero es contagiarme y contagiar a alguien. Ahora todos los bancos están vacíos. Mi hijo me alentó a salir. El me trae las compras una vez por semana y una vez por mes me aplican las inyecciones en casa. No le tengo miedo a la muerte, me cuido porque le tengo miedo al coronavirus".
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