
De la morgue al hospital
1 minuto de lectura'
No tuvieron mucho tiempo para despedirse. Carla Franconi, de 26 años, abordó el vuelo 3142. Nidia Gudiño, su madre, embarcó otra aeronave de Dinar 15 minutos después. No tuvo noticias certeras de su hija hasta ayer al mediodía.
"Quedamos en encontrarnos en Córdoba. Mi marido nos iba a buscar allí", relató Gudiño. Madre e hija viajaron a Buenos Aires para asistir a un curso de capacitación en la empresa de cosméticos en la que ambas trabajaban. Volvían a Córdoba en distintos vuelos, con una diferencia de 15 minutos.
Carla se embarcó primero. Minutos después, Nidia se estremecía con el estruendo de una explosión. Cuando los pasajeros del vuelo que no llegó a despegar descendieron del avión de la empresa Dinar, Nidia presintió lo peor.
Pero su temor se confirmó 12 horas después. Sabe que su hija está muerta, aunque aún no identificó su cuerpo: debe esperar el resultado de la prueba de ADN.
Esta historia de incertidumbre, con distintos protagonistas y un mismo objetivo, localizar a los desaparecidos, se repitió en la comisaría 51a., en los hospitales Fernández, Argerich, Rivadavia, en el Instituto del Quemado y en la Morgue Judicial.
Los familiares de las víctimas se alojaron en los hoteles Eleven Palace, Regente Palace, Bauen y Wilton. Muchos de ellos acudieron a buscar datos a la Casa de Córdoba, situada en Callao 332. Allí, hay habilitadas dos líneas telefónicas para información: 4372-2602/2638.
Diego García, de 34 años, es camionero y buscaba a su madre, Carmen. Preguntaba, con rostro desencajado, cuál era el número del vuelo fatal. Dudó al escuchar que era el 3142. "Sólo sé que empezaba con 31 y que ella pensaba viajar en uno de los dos vuelos de la noche. Pero desde ayer (por anteayer) nadie me contesta cuando llamo a su casa", susurró García.
Alguien le preguntó si había averiguado en las oficinas de la línea aérea, y el rostro de García adquirió una expresión tensa. "Si voy allá y me responden como lo están haciendo, soy capaz de alguna barbaridad", disparó.
El dato cierto o presunto de que sus familiares habían abordado el Boeing de LAPA siniestrado arrastró a muchos a los mostradores de la línea aérea.
Llegaban a pie o en automóviles, desesperados, cumplían un insólito trámite identificatorio ante el férreo vallado que impedía el paso en el cruce de Rafael Obligado y Sarmiento y después de permanecer un rato en la estación aérea volvían tan demudados como al ingresar. Sin respuestas.
1
2Una ginecóloga explicó por qué aumentaron los casos de sífilis en el país y advirtió cuál es la población de riesgo
3Qué implica “dormir bien” y por qué a algunas personas les cuesta lograr un sueño reparador
4Una joven argentina fue premiada por la paz en La Haya y recibió una ovación por su emotivo discurso: “A los héroes de América”


