
De tapas y compras
MADRID.- ¡Una caña de cerveza y un bocata de jamón ibérico! ¡Una copa de vino y una tosta de salmón ahumado!, son algunos de los pedidos que se escuchan en los bares de tapas. Pero ¿qué es el tapeo? Es una tradición muy arraigada en los españoles y consiste en ir de un bar a otro probando pequeñas porciones de comida, acompañadas por cerveza o vino.
Canapés o tostas de paté con anchoas, bocatas o pinchos de jamón ibérico y queso manchego, patatas bravas, croquetas, albóndigas de carne, tortilla a la española, aceitunas, calamares fritos, son las tapas más comunes, pero la lista es interminable. Y a estos platitos minúsculos se los puede cambiar por las raciones (porciones más abundantes). En más de una ocasión esta vuelta por los bares resulta siendo la cena y deja de ser solo “para el picoteo”, como dicen los madrileños.
Las opciones para tapear son tan numerosas como los variedades de platitos. Desde el clásico Plaza Mayor, donde más acuden los turistas, pasando por Plaza Santa Ana, hasta los barrios Malasaña, La Latina, Lavapiés y Chueca son algunas de las posibilidades más destacadas para probar estos manjares en la ciudad. Pero si de tapear se trata, sólo caminando unos metros, esté donde esté, se topará con una terraza para degustar de estos sabrosos aperitivos.
De rebajas
A los atractivos turísticos e históricos, se le suma a la capital española la atracción por las compras, sobre todo en esta época de rebajas por cambio de temporada.
Desde las populares tiendas cercanas a la Puerta del Sol, por sus calles Preciados, Carmen, Arenal y la Gran Vía hasta el barrio de Salamanca, con sus tiendas exclusivas y grandes marcas en la calle Serrano, Ortega y Gasset y Goya.
Los carteles anuncian descuentos de hasta el 70 por ciento en sus vidrieras y es cuestión de, si es poco lo que se quiere gastar, encontrar el rincón de las rebajas.
Y además, El Rastro, que se transforma los domingos para convertirse en uno de los más famosos mercados al aire libre del mundo. Puestos y más puestos a lo largo de la Ribera de los Curtidores, que se inicia en la Plaza de Cascorro y se extiende hasta la Ronda de Toledo. La variedad es increíble, se exponen todos tipo de objetos: valiosas antigüedades, ropa y accesorios, todo combinado con el ir y venir de gente que no quiere perder la oportunidad de ver y comprar.





