El amigo de Conzi cambió su declaración

Los testigos complicaron hoy en el juicio oral a Horacio Conzi, acusado por el asesinato del joven Marcos Schenone.

Su amigo Roberto Halbinger modificó su declaración y dijo hoy ante el Tribunal Oral 4 de San Isidro que no estuvo con Conzi en el momento del crimen.

"Su testimonio fue absolutamente incriminatorio para el futuro de Horacio Conzi", dijo el abogado de la familia Schenone, Marcelo Adamoli.

El letrado señaló que Halbinger dijo que estuvo en Dallas con Conzi hasta la 1 de la mañana y que después se fue a su casa.

En la instrucción, el amigo de la familia Conzi había declarado que estuvo con Conzi hasta las 4:30 de la mañana.

"Hoy el testigo manifestó que en su momento sintió presiones para beneficiar a Conzi y que ahora se arrepintió", relató Adamoli.

Halbinger reconoció que al día siguiente del crimen recibió el llamado de Hugo Conzi que le pidió que llevara a Horacio Conzi a Mar del Plata.

Otro testimonio. En tanto, una empleada del local gastronómico de Horacio Conzi recordó hoy que recibió la orden de echar del lugar a Marcos Schenone y a sus amigos a pedido de su jefe, a quien describió como irascible, temido por otros empleados y "acostumbrado a que se haga lo que él quería".

Al declarar como primera testigo de la tercera audiencia del juicio oral y público a Conzi por el crimen de Schenone, Marisol Ulloa, coordinadora de Las Olas -ex Dallas-, recordó que el 16 de enero del 2003, por orden del gerente Sergio Colazante y a pedido de Conzi debió echar del lugar a los cuatro jóvenes luego atacados cuando iban en remise por Béccar.

La joven recordó que previo a ello había visto a una de las chicas que estaba con Schenone -Paula Alonso- conversando con su jefe en el primer piso del local.

Luego, recordó, tuvo que acercarse a esa chica y a los otros tres jóvenes que la acompañaban -Schenone, Gustavo Pacheco y Giselle Carabetta- para pedirles que se fueran, para lo cual empleó un argumento "usual", que fue decirles que estaban por cerrar.

Según Ulloa, el pedido que recibió de Colazante fue: "Deciles que se retiren porque Horacio (Conzi) quiere que se vayan", aunque ella sólo se limitó a decirles a los jóvenes que estaban por cerrar.

Orden de Conzi. Una testigo de identidad reservada que era empleada del boliche Dallas aseguró hoy que Horacio Conzi ordenó echar del local a Paula Alonso y a Marcos Schenone cuando los vio besándose en la barra.

"Estaba Horacio a los gritos, decía ´sáquenlos, sáquenlos´. Estaba enfurecido, como queriendo atacar a alguien, deduje luego que a una pareja que estaba besándose en la barra. Después supe que eran Marcos y Paula", dijo la testigo.

La joven también afirmó haber escuchado por handy cuando alguien daba la orden de preparar la camioneta cuatro por cuatro porque iba a salir el dueño del boliche.

Denuncia. La representante del ministerio público, Gabriela Baigún, denunció ayer ante los integrantes del Tribunal Oral que los testigos de identidad reservada siguen trabajando en el restaurante del acusado, Las Olas (ex Dallas).

El temor de la fiscal es que dichos testigos, por miedo a perder su trabajo, no quieran declarar contra su empleador.

Sospechas. Ayer, en la segunda audiencia del debate que se inició el lunes último, el remisero que manejaba el auto supuestamente atacado por Conzi reveló que cobró 32 mil dólares de mano del acusado para entregar la bala que lo había impactado, la que terminó incriminando al empresario.

Conzi es juzgado por el ataque a balazos cometido la madrugada del 16 de enero del 2003 en Béccar, cuando fue atacado el remise en el que viajaban dos amigos y dos chicas, además del chofer.

Schenone murió baleado y por ese asesinato el empresario es sometido a debate desde el lunes último.

Pedido. Por su parte, Elsa Schenone, la mamá de Marcos, pidió a los testigos que deben declarar en el juicio que "miren a los ojos a sus hijos" y piensen cómo van a enfrentarlos luego si mienten.

Para la mujer "evidentemente" hay testigos comprados y amenazados, a quienes llamó a pensar bien en lo que van a hacer para no salir luego judicialmente perjudicados.

"El mejor testigo es Marcos, que no tuvo que pagar que nada más que con su vida para demostrar que esta porquería de gente que estaba asolando San Isidro y zonas aledañas eran lo que todo el mundo sabía y todos por miedo callaban", agregó.

Agencias Télam y DyN

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